Jueves, 28 Marzo 2024

“EL” el único

Publicado el Martes, 23 Enero 2018 13:41 Escrito por

Así dice el  Señor, el Señor Todopoderoso, rey y redentor:

“Yo soy el primero y el último; fuera de mí no hay otro Dios.
¿Quién es como yo? Que lo diga. Que declare lo que ha ocurrido
desde que establecí a mi antiguo pueblo; que exponga ante mí lo que está por venir, ¡que anuncie lo que va a suceder! No tiemblen ni se asusten. ¿Acaso no lo anuncié y profeticé hace tiempo? Ustedes son mis testigos. ¿Hay algún Dios fuera de mí? No, no hay otra Roca; no conozco ninguna.

Los que fabrican ídolos no valen nada; inútiles son sus obras más preciadas. Para su propia vergüenza, sus propios testigos no ven ni conocen. ¿Quién modela un dios o funde un ídolo, que no le sirve para nada?  Todos sus devotos quedarán avergonzados; ¡simples mortales son los artesanos! Que todos se reúnan y comparezcan; ¡aterrados y avergonzados quedarán todos ellos!

El herrero toma una herramienta, y con ella trabaja sobre las brasas;
con martillo modela un ídolo, con la fuerza de su brazo lo forja. Siente hambre, y pierde las fuerzas; no bebe agua, y desfallece. El carpintero mide con un cordel, hace un boceto con un estilete, lo trabaja con el escoplo y lo traza con el compás. Le da forma humana; le imprime la belleza de un ser humano, para que habite en un santuario. Derriba los cedros, y escoge un ciprés o un roble, y lo deja crecer entre los árboles del bosque; o planta un pino, que la lluvia hace crecer.

Al hombre le sirve de combustible, y toma una parte para calentarse; enciende un fuego y hornea pan. Pero también labra un dios y lo adora; hace un ídolo y se postra ante él. La mitad de la madera la quema en el fuego, sobre esa mitad prepara su comida; asa la carne y se sacia. También se calienta y dice:     «¡Ah! Ya voy entrando en calor, mientras contemplo las llamas». Con el resto hace un dios, su ídolo;  se postra ante él y lo adora. Y suplicante le dice: “Sálvame, pues tú eres mi dios”

No saben nada, no entienden nada; sus ojos están velados, y no ven; su mente está cerrada, y no entienden. Les falta conocimiento y entendimiento. Usan la mitad para combustible; incluso hornean pan sobre las brasas,
 asan carne y la comen. Y hará algo abominable con lo que queda, Se postrará ante un pedazo de madera. Se alimentan de cenizas, se dejan engañar por su iluso corazón, no pueden salvarse a sí mismos, ni decir: ¡Lo que tengo en mi diestra es una mentira!.

Recuerda estas cosas, Dios te formó, EL no te olvidará, Ha disipado tus transgresiones como el rocío, y tus pecados como la bruma de la mañana. Vuélvete a EL, que te ha redimido, arrepiéntete de tus pecados, EL es fiel y justo para perdonarte, ve y no peques más. Y si Dios lo dice, no se dice más…

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