Hoy el Peronismo, como Movimiento Político y Social, se encuentra ante horas verdaderamente obscuras. El Frente de Todos, un Frente Político construido con fines de Justicia Social tal como adscribió gran parte de la población, dejó al desnudo su utilidad solamente electoral, sin lograr consolidarse como fuerza político-social necesaria, para reestablecer las condiciones básicas hacia una estabilidad social y económica autosustentable. Condiciones decisivas para la Justicia Social, eje fundamental del Peronismo y de todo movimiento que se considere popular.
¿Quién tiene el Poder Real?
Se dice que el Poder Real son los Grupos de Poder tradicionales; los concentradores de la tierra, de los productos del campo, de la gran industria, los monopolios y especuladores financieros entre otros. A éstos se le suman sus empleados políticos y judiciales.
Sin embargo, suele olvidarse fácilmente que aparte de estos grandes y tradicionales Grupos llamados “el Poder real” -y que ejercen Poder-, existe no un grupo, sino un Pueblo mayoritariamente trabajador, que tiene la Fuerza Social, el verdadero Poder Real. Para Eva Perón el Poder estaba en la Voluntad Popular. Confiar en esa Voluntad Popular, es lograr la fuerza social para no arrodillarse ante los poderosos.
Muchas veces se pone el eje en el Poder Económico de los Grandes Grupos como el decisivo, o se cree que el Poder Político o el Formal -éste a veces no tiene ni el Político ni el Económico-, constituyen el Poder Real. Pero, sin Poder Social, no hay Poder Real.
Hay Grupos que tienen y ejercen el Poder, para el bien o para el mal, pero no son depositarios de aquél cuyo legítimo depositario es el Pueblo. Aquellos grupos usan el Poder Económico, Político y Judicial para diluir, adormecer y dominar la Fuerza Social de los Trabajadores, criminalizándola si fuese necesario.
Éste sale a la luz cuando los sectores que disputan los intereses económicos -de consecuencias sociales y políticas graves-, agudizan los enfrentamientos, tratando de legitimar y justificar, con discursos y pensamientos, su accionar, generalmente desplegados con emociones. Aquí es cuando el debate ideológico desnuda las verdades e intenciones de cada sector, develando la posición y situación de cada uno. Pero lo ideológico no se trata de un “displicente debate de ideas a-políticas o pseudopolíticas como las partidarias, que nunca se cumplen”; nunca lo es, sino que es atreverse a la discusión seria de la pobreza, desempleo, desigualdad social, indecisión por frivolidad y oportunismo, legalismo burgués, obsolescencia del sistema de gobierno, injusticia y desamparo social. También incredulidad de la Política. Derechos Civiles conculcados. Una discusión que visualiza responsabilidades, acusando las causas de la injusticia sin hipocresías ni eufemismos.
El debate ideológico se contamina de lo emocional, empañándose en conceptos y discursos de racismo, xenofobia, maltusianismo, puestas en escena para generar sentimientos de odio entre nosotros. Frente a esto, empieza a delimitarse el campo de lo humano de lo inhumano, descarnadamente, sin sutilezas.
¿Qué se espera cuando los gobernantes traicionan la voluntad popular? La hipocresía política, suele vestirse de esperanza y eufemismos. Pero no podemos esperar peras del olmo. La necesidad termina sobrepasando cualquier plan, cualquier gobernabilidad, cualquier legalidad. Y frente a esto, el surgimiento de la oportunista y falsa antipolítica que se disfraza de razonabilidad, fuerza y solución a los problemas y frustraciones. Nada más peligroso.
Estamos ante una crisis ideológica, institucional y política sin precedentes, mientras que los grupos de poder económico se enriquecen cada vez más con la anuencia de gobernantes y oposición, indiferentes a las serias consecuencias sobre la mayoría del pueblo argentino. ¿Por qué ajustar al pueblo y no a los ricos? ¿Por qué pagar deudas ilegítimas legitimadas por gobernantes que se arrodillan al extranjero y a los grupos de poder? ¿Por qué seguir justificando palos en la rueda sin buscar soluciones para que el carro funcione? ¿Por qué no se toman decisiones políticas para una distribución equitativa de la riqueza que produce nuestro trabajo, en lugar de temer a los Grupos de Poder? ¿Por qué no se hace un referéndum popular sobre las medidas económicas para que el gobierno despierte y vea la realidad que se está produciendo porque parece sordo y ciego?
La crisis es Ideológica, no tanto por adhesión a ideologías anacrónicas, que vuelven a surgir con gran fuerza defendiendo a un capitalismo salvaje bajo un discurso fascista, buscando chivos expiatorios con discursos de racismo: morochos, cabecitas negras, criollos, judíos; de xenofobia: inmigrantes; de aporofobia: villeros, planeros, pobres; de maltusianismo: proletarios; ideológicos: comunistas, socialistas, peronistas, etc., sin contar el desprecio y discriminación por clase social, educación y género.
Es institucional, porque se socavan las instituciones familiares, culturales, educacionales, de salud, de justicia y gobierno, sin respetar leyes y derechos humanos y sociales elementales, llevando al país a una clara ausencia de legitimidad de cualquier norma y Derecho.
Es Política, porque la displicencia de políticos tanto de la oposición como gobernantes demuestra que a ninguno de ellos les interesa verdaderamente el interés del Pueblo y del País todo, salvo a muy pocos, que coherentes con un proyecto nacional y popular, brillan por la ausencia de su protagonismo o se desaniman porque les parece que hablan a un gobierno de sordos.
A esta altura a nadie le interesa ser condenado o no, por la Historia. Algunos porque se creen impunes y creen que la memoria de los pueblos es frágil y olvidadiza; y otros porque esperan que acontecimientos futuros reivindiquen sus acciones. Unos y otros si pensaran las consecuencias sociales de sus acciones presentes, no dudarían en evitar el infierno tan temido.
Integrantes de diversos espacios políticos y dirigentes que suscriben al pie expresan su enérgico repudio a las declaraciones vertidas en las últimas horas por un político sin criterio propio ni amor por San Luis llamado Claudio Poggi, Diputado Nacional de Juntos por el Cambio, como así también a las abominables “operaciones” engañosas ejecutadas en medios de comunicación de su propiedad, con el objeto de alterar la paz social y el ánimo de los puntanos.
Lo que está sucediendo en estos momentos en Ucrania, sin dudas está reconfigurando el escenario mundial. Cuando pensamos que estas situaciones son ajenas a nuestra vida diaria, quizás no advertimos, que una suba del precio de los cereales en ese país ( uno de los principales productores agrarios del mundo) puede afectar directamente al precio del pan que ponemos en nuestra mesa todos los días. Esto es producto del fenómeno de la globalización.
Como resultado del final de la Segunda Guerra a mediados del Siglo pasado, los vencedores se preocuparon por crear instituciones mundiales que sirvieran de contensión a hechos violentos que pusieran en riesgo la paz mundial.
Nacen de esta manera la ONU, el FMI, el Banco Mundial y las corporaciones multinacionales comienzan a expandirse por todo el globo. El dólar como moneda única de comercialización es el garante de esto. No hay que ser muy inteligente para comprender quien es la potencia que se consolida en la cumbre de esta pirámide, sostenida por su desarrollo tecnológico y la maquinita de imprimir el billete universalmente aceptado.
A comienzos del Siglo XXI aparecen dos nuevos "antiguos" actores mundiales con ansias de protagonismo: Rusia y China actualmente están dispuestos a disputar a Estados Unidos la hegemonía mundial. En Ucrania, el conflicto pone de manifiesto lo frágil de la economía capitalista y Rusia condiciona a Europa con una mano en el grifo del gas ruso. China en tanto, continúa invirtiendo y colaborando con las economías en desarrollo (Argentina entre ellas) y ahora se pone en conflicto concreto frente a EEUU: le cuestiona duramente al país norteamericano la creciente relación bélica y comercial con Taiwán. Recordemos que esta isla es el refugio de aquellos pro-capitalistas que perdieron la Guerra Civil china de1849.
En los próximos días vamos a ver la evolución de este conflicto y su impacto en nuestras vidas. Estos conflictos tienen grandes impactos económicos que se propagan a todos los países producto de la globalización que mencionamos al principio. Grandes líderes políticos sostienen que mirar la geopolítica condiciona la vida interna de los estados, la vida de los ciudadanos. Y estamos plenamente de acuerdo.
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