Jueves, 28 Marzo 2024

Joan Jett: feminismo, poderío y rock & roll

Publicado el Miércoles, 11 Mayo 2022 21:51 Escrito por

La cantante y guitarrista reflexiona sobre su historia y los retos que afrontan las mujeres en la industria musical

Joan Marie Larkin (ese es su verdadero nombre) no vino al mundo a obedecer. Vino a tocar rock & roll y a superar las barreras que se atraviesan cuando una mujer desafía a la sociedad. Por eso la hemos visto enfrentarse valientemente a Ted Nugent, ese tipo machista, racista y retrógrado, que ha intentado quitarle a Joan Jett el mérito de aparecer entre las grandes figuras de la guitarra para ROLLING STONE. Hay muchas formas de confirmar la estupidez de Ted Nugent, pero no vale la pena dedicarle más tiempo. En esencia es un tumor que se le ha caído a Donald Trump.

Acá estamos para hablar con Joan Jett, la legendaria cantante y guitarrista que se ha convertido en un símbolo de poder femenino, y que ha vuelto a figurar gracias a su trabajo junto a Miley Cyrus, además de su más reciente álbum, ChangeUp, un cálido recorrido por 40 años de música.

Joan, ¿cómo decidiste hacer un álbum totalmente acústico?

Se dio, en parte, gracias a que es el 40º aniversario de mis primeros álbumes, Bad Reputation y I Love Rock ‘n Roll. Queríamos encontrar otras maneras de darle a los fans algo que quizá no hubieran escuchado antes, algunas perlas directamente del estudio. No estábamos seguros, pero habíamos tocado en formato acústico al lanzar el documental en 2018, querían que tocáramos algunas canciones en el teatro donde se estaba dando la recepción, pero no podíamos hacerlo con guitarra eléctrica, nos pidieron tocar con acústicas. Y funcionó muy bien con canciones como ‘Bad Reputation’. Así que confiamos en que podríamos traducir las canciones hasta cierto punto. 

Una vez comencé a grabar algunas de estas canciones, así como algunas cosas adicionales, decidimos grabar casi todo lo que hemos tocado en vivo para hacerlo también en el estudio. Terminamos con más de 25 canciones porque hay varias que grabamos para este disco, ChangeUp, en particular, pero solo fue una idea que fluyó, nada fue hecho a propósito, excepto explorar este lado acústico y ver cómo resultaba las canciones. Me sorprendió gratamente.

Changeup es un álbum extenso para estos días, con 25 canciones.

Bueno, simplemente lo hicimos porque podíamos, Teníamos el suficiente material para lanzar esa cantidad; si te soy honesta, cuando estaba haciendo otros álbumes, escribíamos tantas canciones como podíamos, pero siempre eran entre 10 y 14, eso era todo. Pensé que sería entretenido que la gente tuviera más canciones y recordara, de cierta manera estamos haciendo un homenaje al 40º aniversario de Bad Reputation y I Love Rock ‘n Roll. Sentimos que algunas de estas canciones pueden haber sido pasadas por alto en mi carrera, y este tipo de presentaciones acústicas me hizo concentrar más en las letras; ese también fue otro buen resultado, te puedes concentrar más en las historias de las canciones. 

¿Qué tan difícil fue transmitir esa energía eléctrica a una presentación acústica?

¿Sabes? Nos dimos cuenta de que no queríamos esa misma energía. Por su naturaleza, ya tiene su propia energía. Me gusta cantar fuerte cuando estamos tocando con guitarras eléctricas, canto duro y alto, y estas canciones no necesitaban eso. 

Quizá en algunos momentos, subir el volumen, pero en su mayoría solo necesitaba relajarme e intentar algo diferente en la letra y la melodía. Una canción que para mí destacó fue ‘Victim of Circumstance’, la melodía es completamente diferente a la versión eléctrica, es casi una armonía con la melodía principal, si eso tiene algún sentido. Entonces cada canción era diferente, pero todas son rock & roll, y eso siempre se transmite, sin importar el instrumento, la energía puede ser más sutil, pero creo que tiene los mismos mensajes.

Changeup es como una celebración de tu historia musical, ¿qué tan difícil fue ser mujer en la industria de la música en los 80?

Hubo varias dificultades, muchas personas no se lo tomaron en serio, pensaban que todo era una broma, y esas personas eran compositores y compañías discográficas. Tuve la suerte de conocer a Kenny [Laguna] en 1979, comenzamos a escribir juntos y se convirtió en mi productor para una canción que habíamos escrito juntos. Y también se quedó siendo mi mánager, porque nadie quería lidiar conmigo. 

Fue muy raro, porque pensaba, “Solo quiero tocar música, no estoy lastimando a la gente, no voy a salir a destrozar un bar o algo así, no soy problemática”, nunca lo entendí. Mi versión de problemática era una niña que hacía lo que le habían dicho que no debía hacer. 

Mis papás, de pequeña, me dijeron que podía ser cualquier cosa que yo quisiera, y supongo que les creí. Quería ser muchas cosas antes de decidirme por la música. Quería ser astronauta, quería ser arqueóloga, me interesaba mucho el espacio, así que, ¿quién sabe? Me decidí por el rock & roll y estaba en una circunstancia que me permitía cumplir mis sueños, estaba en Los Ángeles, estaba en una ciudad en donde había otras chicas que querían tocar rock & roll como yo. Por lo tanto, lo intenté y tuve la suerte de poder hacerlo. No sé qué otro camino hubiera tomado mi vida.

¿Qué recuerdos especiales tienes de tu época con The Runaways?

Oh, tengo muchos recuerdos especiales. Éramos mucho más populares fuera de Estados Unidos, y nos divertimos mucho girando por el planeta. Yo me divertí mucho yendo y conociendo todo tipo de gente alrededor del mundo, pero todos tienen este lenguaje familiar que es el rock & roll, con el que todos nos podemos relacionar, ¿no? Fue muy divertido, pero no sé si hay una historia en particular. 

Una vez me arrestaron por llevarme las llaves de la habitación de un hotel en Inglaterra durante nuestra primera gira; con Cherie [Currie] le preguntamos a Robert Plant, de Led Zeppelin, “Nos vamos de gira por Inglaterra, ¿qué debemos hacer? ¿Cómo conmemoran una gira? ¿Qué hacen ustedes?”, y nos dijeron que se llevaban las llaves de sus habitaciones de hotel para recordar dónde habían estado. Pensé que sonaba genial e hice lo mismo, guardé las llaves de Inglaterra, y cuando estábamos a punto de subir a un transbordador a Francia, pasamos por aduanas y un oficial me revisó la chaqueta y sacó una llave, y me dijo que estaba bajo arresto por robo. 

Quedé sorprendida, luego me sacó otras tres llaves y me dijo: “Tenemos a una manos largas aquí”, le respondí que no quería robarlas, que era un souvenir; “¡Robert Plant me dijo que lo hiciera!” [Risas]. Fue un poco descarado. Y terminamos no yendo a Francia, pero quizá fue el momento más divertido y aterrador para Cherrie, Lita [Ford] y para mí. 

Cortesía Joan Jett

Comparando con la época en que tú comenzaste, ¿sientes que las cosas han cambiado para las mujeres en la industria de la música?

No es tan distinto. Creo que la diferencia está en que ahora tenemos buena promoción, que “las mujeres han llegado”, “las mujeres son iguales y pueden hacer lo mismo que un hombre”. Pero no es cierto, todavía se encuentran con las mismas barreras que yo he enfrentado toda la vida, que me digan que no puedo hacer algo; dicen “¿Por qué no puedes hacerlo?” “Porque las mujeres no lo hacemos” “¿Por qué las mujeres no quieren hacerlo?” “¡Porque nunca nos dejan!”.

¡Déjenlas intentarlo! Y si fallan, pues fallan, como todo el mundo. Esas barreras siguen ahí, y no solo en la música, sino en todos los negocios y corporaciones. Siempre escucho que las mujeres tienen los mismos problemas, la gente no las toma en serio, no creen que estén a la altura de los trabajos, todavía tienes que no pelear, pelear es la palabra incorrecta, pelear por ti, por lo que quieres, si quieres algo en la vida, tienes que intentarlo, no puedes dejar que otros tengan decisión en tu vida, porque siempre serán los que digan: “No puedes hacerlo”, “¿Por qué haces eso? Es una locura”, en vez de animarte y decir: “Wow, sí, inténtalo”, “Si no funciona, puedes hacer algo más”. Pero siempre intentamos derribar los sueños de las personas en vez de animarlos. Quiero pertenecer al lado de los que dicen: “Hazlo, y si no lo logras, al menos lo intentaste y no te arrepentirás por el resto de tu vida”.

Has sufrido discriminación por ser mujer, ¿te pasa lo mismo ahora por tu edad?

Porque soy mayor, sí, estoy segura que pasa, aunque nadie nunca me lo ha dicho a la cara, porque no creo que tengan el valor de hacerlo. Es ridículo, es una doble moral, porque vemos a hombres mayores y pensamos que son sexis, pensamos que sus arrugas son sexis, que les dan carácter. No entiendo por qué es tan diferente con las mujeres. Creo que viene del hecho de que todo el mundo quiere verse de veintitantos, y tampoco es bueno. Creo que a la gente le cuesta envejecer, y es parte de la vida, no entiendo por qué le tienen tanto miedo. Quiero disfrutar de ser una persona mayor y no tenerle miedo, decir: “Sí, ¿qué pasa si tengo esta dad? Todavía puedo hacer lo que necesito hacer y cuando sienta que no puedo hacerlo, no lo haré”.

¿Has pensado en el retiro?

Sí pienso en el futuro. ¿Querré hacer esto en 10 años? No lo sé, no creo que quiera hacer esto por siempre, pero tampoco sé cuándo querré detenerme. Pienso que lo sabré en el momento, sentiré que he hecho lo suficiente y quiero detenerme, pero todavía no estoy en ese punto. 

¿Qué ha significado para ti trabajar con Miley Cyrus? Supongo que te ayudó a alcanzar una audiencia más joven. 

Ha sido maravilloso. Miley me dijo que audicionó para Hannah Montana con ‘I Love Rock ‘n Roll’, ‘Crimson and Clover’ y esas canciones. Ha sido fan desde que era una niña, eso me parece increíble, además de poder conocerla y trabajar juntas en un disco. Y también hizo mi presentación en el Salón de la Fama del Rock & Roll. Pienso que es increíble, es una chica muy inteligente. 

¿Cuáles eran tus modelos a seguir cuando comenzaste, las personas que admirabas?

Diría que Marc Bolan, de T-Rex, David Bowie, y Suzi Quatro definitivamente está en esa lista. Ella me hizo entender que las chicas podíamos hacerlo, que había chicas exitosas en Inglaterra, ella tenía discos exitosos, ¿por qué no podíamos nosotras hacer lo mismo? Fue muy inspiradora. 

También escuchaba mucho glam británico, que era como rock & roll de tres acordes, muchas voces, palmadas, era como rock bailable adolescente, o algo así. Muchos adolescentes estadounidenses nunca lo escucharon, pero había un club en Los Ángeles que ponía esa música y era como una discoteca para adolescentes –si tenías 21 años ya eras demasiado mayor–, así que ahí iba a escucharla.

Poco después cerró, y el punk rock comenzó a colarse lentamente en todos lados, en los clubes, y me enamoré de muchas bandas de punk rock, así como de otras estadounidenses y británicas. Me parecía que recibían de mejor manera a una variedad de bandas que en Estados Unidos, varias veces veía primero qué estaba pasando en Inglaterra y luego como que se transfería a Estados Unidos. 

Dijiste que tus padres apoyaban tus sueños, ¿cómo era esa relación? ¿Qué pasó cuando les dijiste, “Quiero tocar la guitarra, quiero tocar rock & roll”?

Ellos pensaban que sería una etapa, “Hará esto por unos meses, y ya”. Mis padres fueron muy indulgentes conmigo, porque me dijeron que podía ser lo que quisiera ser y luego me lo demostraron. Quise ser jinete de caballos y tuve uno, pero debía ir a la granja una vez a la semana a limpiar los establos, trabajaba con ellos y todo eso, esa era la forma en la que podía montarlo y tomar lecciones. Ahí tenía 11 o 12 años, a los 13 les pedí una guitarra eléctrica, no podía ser acústica, tenía que ser eléctrica. Y me la dieron, una Sears con un mini amplificador y todo. Creo que pensaron que sería una fase pasajera.

Cuando fui a las clases, el profesor me dijo que las chicas no tocaban rock & roll e intentó enseñarme otras cosas. Me retiré después de esa primera clase y compré un libro para aprender a tocar acordes básicos de guitarra. Me sentaba a escuchar mis discos, intentando tocar al tiempo, así fue cómo realmente aprendí a tocar la guitarra en un comienzo, y no practiqué mucho hasta que me mudé a California un año después. Me di cuenta de que realmente podía hacerlo, podría conocer otras chicas que quisieran hacer lo mismo que yo, y entendí que debía practicar más. 

¿Qué dijeron tus papás cuando se dieron cuenta de lo exitosa que eras con The Runaways?

Mi mamá estaba muy orgullosa y nos apoyaba. Obviamente los padres no vieron algunas de las cosas más sórdidas que pasan en una banda de rock & roll, iban a shows y estaban muy orgullosos de sus hijas, pero mis padres se estaban separando en ese momento. No sé qué tan sencillo habría sido salir de la casa si mi papá hubiera seguido viviendo allí. No estoy segura, pero luego supe que mi papá venía a los conciertos de The Runaways y se quedaba atrás viendo el show. 

Muchos años después, cuando ya estaba con los Blackhearts, también fue a un concierto, y de alguna manera supe que él estaba entre la audiencia. Me sorprendí muchísimo de que mi papá estuviera ahí, y lloré, después me dijo que había ido a muchos de mis conciertos. Así que también estaba orgulloso. A mis padres les encantó que pudiera hacer lo que dije que haría, creo que vieron el panorama completo.

Después de todos estos años, ¿cómo te sientes al tocar en vivo canciones como ‘I Love Rock ‘n Roll’ o ‘I Hate Myself for Loving You’?

Es una experiencia nueva con cada público. Por eso no importa cuántas veces hayas cantado una canción, es nueva para quienes estoy cantando y eso me emociona, me la paso muy bien, estoy muy orgullosa de estas canciones y del poder compartirlas. En canciones como ‘I Love Rock ‘n Roll’ o ‘I Hate Myself for Loving You’ todo el mundo canta, es como si fuera nuestra presentación cuando la vuelvo a ver; al ver a las personas felices, disfrutando, me hace sonreír de oreja a oreja, liberan tensión cantando, es un gran escape.

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