Politóloga - Licenciada en Ciencias Políticas
UNTREF - ULP
Este año el Foro Económico Mundial contó con la presencia de nuestro presidente Javier Milei, para muchos era de gran expectativa lo que pudiese decir en su discurso, luego de pasado el mismo, las sensaciones que dejó eran de asombro, pero principalmente de vergüenza.
Más que nada este último sentimiento fue expresado por muchos ciudadanos argentinos y de otros países, entre los que cuales había diversas opiniones al respecto, de periodistas tanto de nuestro paìs como de periodistas internacionales, enviados especiales, académicos, distintas personalidades de la cultura, la ciencia, etc, que no salían del asombro por muchas de las cosas que dijo, sino que a su vez hacían eco en ese asombro y vergüenza, lo que los medios internacionales mencionaban sobre lo expresado por el presidente Javier Milei y los modos en que lo dijo.
Ahora vamos a lo que más ruido, asombro y vergüenza provocó. Primero negar la violencia de género, donde sabemos que cualquier estadística podría desmentir rápidamente esta aseveración pronunciada por el presidente. Hace unos días Cenital en su columna Primera Mañana, señalaba que en el 2023 hubo una víctima de violencia de género cada 26 horas según un informe de la ONG La casa del Encuentro.
Segundo, negar el cambio climático en el mundo, cuando también distintos informes, estudios científicamente comprobados demuestran la veracidad de este fenómeno.
Ambas afirmaciones esgrimidas por el presidente son refutadas con hechos, datos y el consenso casi unánime de la gran mayoría de los países miembros de la ONU.
Por último, y a lo que en este punto me voy a explayar es, la afirmación de que el Estado es el problema, de que no necesitamos al Estado, que el mercado es el único que debe prevalecer, que el mundo debe ser capitalista y no necesita al Estado, según las efusivas palabras del presidente Javier Milei, esbozadas en su discurso.
Vamos a ir por partes, ordenando algunas ideas que considero necesarias para entender y ayudar a entender la necesidad del Estado, de los Estados en el mundo.
Por un lado, haciendo un poco de historia, los Estados surgen como necesidad, precisamente en los comienzos del capitalismo. Así lo señalan varios estudiosos de la teoría Estado y de la necesidad de su surgimiento para la consolidación del sistema capitalista en el mundo. Intentare explicar la necesidad del Estado a través de dos teóricos y estudiosos del Estado.
Michael Mann [1]y Guillermo O’Donnell[2], el primero sociólogo y el segundo politólogo. Ambos toman como punto de partida la definición de Estado de Max Weber, con algunas leves diferencias entre los tres.
Pero toman como base la siguiente definición de cuño weberiano, que sostiene que, el Estado es: “un Un conjunto de instituciones y de relaciones sociales (la mayor parte de estas sancionadas por el sistema legal de ese estado) que normalmente penetra y controla el territorio y los habitantes que ese conjunto pretende delimitar geográficamente. Esas instituciones tienen último recurso, para efectivizar las decisiones que toman, a la supremacía en el control de medios de coerción física que algunas agencias especializadas del mismo estado normalmente ejercen sobre aquél territorio”.
En el caso de Mann este nos señala que, “el Estado se puede definir en términos de lo que parece, institucionalmente, o de lo que hace, sus funciones". Señalando también “la necesidad del Estado, que las sociedades sin estado han sido primitivas, que no hay sociedades civilizadas complejas sin algún centro de autoridad dominadora coactivo, por limitado que sea su campo de acción, que las sociedades con Estado han tenido un valor de supervivencia superior al de aquellas sin Estado”. A lo que agrega que, “la mayoría de las sociedades parecen haber requerido que algunas reglas, relevante para la protección de la vida y la propiedad, sean impuestas de forma monopolística, y éste ha sido territorio del Estado, debido a que las sociedades necesitaban que algunas de sus actividades sean reguladas sobre un territorio centralizado”.
A su vez también señala, que él considera que son cuatro las actividades centrales de los Estados: “mantenimiento del orden interior, defensa contra la agresión extranjera, mantenimiento de las infraestructuras de comunicación: caminos, ríos, moneda, pesos y medidas, ordenamientos mercantiles y redistribución económica”
Por su lado, O’Donnell que también retoma la definición de weber sobre el Estado, pero él se enfoca más en lo que el Estado puede hacer o hace.
O’Donnell sostiene que, el Estado bajo esta mirada abarca tres dimensiones fundamentales que funcionan como tendencia, pero que ninguna se cumple al ciento por ciento y resultan de carácter históricamente contingente. Un “conjunto de burocracias, las cuales deben ser eficaces, un sistema legal, estado de derecho, el cual debe ser efectivo y un foco de identidad colectivo, es decir, un Estado para la nación, el cual debe ser creíble.
También señala que, el surgimiento de los Estados fue un proceso contemporáneo con la expansión del capitalismo, de relación compleja, pero relacionados al fin. Ya que como bien lo señala O’Donnell “esta conexión crucial fue provista por la extensión del Estado y su legalidad, que por un lado institucionalizó la autoridad de la burocracia estatal y por el otro promulgó las reglas legales que establecieron sólidas garantías de la propiedad privada, la comercialidad de la propiedad inmobiliaria y la libertad de contratar y en especial de vender la fuerza de trabajo. Crearon un espacio económico y una moneda unificada, lo cual todo esto resultó absolutamente fundamental para el desarrollo, expansión y consolidación del capitalismo".
Esto a grandes rasgos y de manera sucinta es el Estado y su relación con el capitalismo, pero también el Estado, los Estados, pueden ser democráticos o no y ese es otro tema. Pero en Estados democráticos, los Estados también son garantes de derechos no sólo de derechos a los señores capitalistas, sino que los Estados están al servicio del bien común o del interés público.
Lo que intento explicar es que, tanto para el mercado como para la sociedad civil, el Estado, los Estados son necesarios.
En lo referido al mercado, los mercados no existen sin Estado y por qué, porque el Estado es quien garantiza que no haya situaciones de abuso dominante. Como mencionaba en estos días Martín Reydó, director Ejecutivo de Fundar, que es un centro de investigación y diseño de políticas públicas, donde señalaba que “hay una creencia que, si vos sacas regulaciones legales o administrativas, si sacas al Estado, si sacas burocracias, detrás de eso está el mercado". Un mercado que también se cree que no tiene fallos y que si los tuviese se corrige solo, y "que el mercado es anterior al Estado”. A lo que aduce Reydó que, “eso no es cierto, los países que tienen poco Estado, poca regulación, pocas capacidades estatales, malas burocracias, no son países que tienen fuertes mercados. Los países más pobres del mundo, por ejemplo, el África subsahariana, no es que hay buen mercado funcionando, no hay mercado funcionando”. Concluye, “si no hay Estado no hay mercado, el mercado también es creado por el Estado, por un estado fuerte, que sabe regular, que sabe premiar y castigar cuando se cumple o no la ley. Ahí tenés buenos mercados funcionando”.
En lo referido a la sociedad civil, a los derechos, como bien lo sostiene Oscar Blando, doctor en Derecho Constitucional, que también señala esta creencia, de la no necesidad del Estado, de que el Estado es el problema, como clima de época, que así como pretende instalar la necesidad de que no haya Estado, que con el mercado es suficiente, también quiere instalar “la idea de que el Estado es siempre un enemigo de la libertad y los derechos” a lo que nos señala Oscar que,” es al revés sin la intervención estatal los derechos y libertades reconocidos en las Constituciones y Convenciones de DDHH son mera retórica”.
Con todo esto, lo que queda claro, es la necesidad de un Estado, de los Estados presentes, la necesidad de como mencionara O’Donnell, de que estos Estados sean eficientes, eficaces y creíbles.
La necesidad de mejorar estos Estados, de entender que son creaciones humanas y por lo tanto perfectibles, es decir, con capacidad de perfeccionarse o de ser perfeccionados, la necesidad de una sociedad civil vigilante del mismo, atenta a señalar situaciones que atentan contra el mismo, como la corrupción y no me refiero sólo a la corrupción a gran escala, me refiero a que cada uno de nosotros puede mejorar su accionar respetando ciertas reglas, ciertas normas de convivencia, de colaborar en la construcción de Estados más democráticos, más inclusivos, de denunciar atropellos y de defender los derechos adquiridos.
De creer firmemente en la necesidad de un Estado presente, y no me refiero a un Estado como un gran Leviatán al que hacía referencia Hobbes, sino a un Estado eficiente, equitativo, activo, un Estado social, es decir, un aliado de la libertad y los derechos, algo que el mercado no puede gestionar, porque los derechos, como dice Oscar Blando “no son mercancías que pueden quedar librados al libre juego de la oferta y la demanda”.
[1] Mann, Michael. 2006 [1991]. “El poder autónomo del Estado: sus orígenes, mecanismos y resultados”. Revista Académica de Relaciones Internacionales 5
[2] O’Donnell, Guillermo. 2004. “Acerca del Estado en América Latina: diez tesis para debate”. En La Democracia en América Latina, contribuciones para el debate. PNUD-ONU.
La última frase lanzada por el presidente Javier Milei, haciendo referencia al tratamiento de la “ley ómnibus”, esto me lleva a pensar en lo que Nicolas Maquiavelo dice en su célebre libro El Principe sobre de qué modo deben los príncipes mantener su palabra y recurre a la comparación entre la zorra y el león, una representando la astucia y otra la fuerza, lo que deja entrever la necesidad de la estrategia, de la negociación estratégica en el caso de la política, de mezclar la astucia con la fuerza pero sin que se note la segunda. Algo con lo el presidente Javier Milei parecería no llevarse muy bien, esto de los equilibrios.
Intenta imponer la fuerza “bruta” irracional, por sobre la astucia estratégica, en vez sumar, de generar consensos necesarios, de ser un astuto estratega, solo deja a su león rugir, lo que en política puede no resultar, al menos dentro de las formas de hacer política democrática.
Parecería por momentos desconocer el juego, al menos el juego democrático, donde las instituciones importan, tienen peso. Donde él llega al poder dentro de un régimen democrático, presidencialista, con división de poderes.
Donde Poder Ejecutivo y Poder Legislativo poseen igual legitimidad de origen, llegan al poder por medio del voto popular, lo cual Juan Linz [1] denomina “legitimidad democrática dual”, es decir dos instituciones democráticas elegidas por vía democrática, a través de las urnas, por el mismo electorado y que por lo tanto representan la voluntad del pueblo.
A esto Linz lo menciona como una crítica al sistema presidencialista porqué, porque esta legitimidad de origen de ambos poderes puede desencadenar una “crisis de gobernabilidad”, ya que no siempre el Poder Legislativo es del mismo color partidario que el Ejecutivo, es donde se produce una lucha de poderes, de poderes en pugna, lo que puede en determinados casos provocar la caída del presidente. No obstante, también esta pugna de poderes entre el PL y el PE pueden en el mejor de los casos desempeñar un verdadero Checks and balances, actuando de frenos y contrapesos.
Dónde surge el problema, precisamente en esta incapacidad o en esta negación de combinar la fuerza y la astucia, de una adecuada estrategia de negociación. En este caso donde el presidente Javier Milei necesita para llevar a cabo su agenda de gobierno la aprobación no solo de su mega decreto (DNU) sino también de su “ley ómnibus” y acá volviendo al inicio de mi columna de opinión, donde lo que me provoca escribir sobre esto es precisamente la frase “no negociamos nada”, donde deja prevalecer al león, la fuerza por sobre la astucia de la zorra.
Si analizamos en detalle Javier Milei llega a la presidencia producto de un electorado fragmentado que produce un presidente minoritario con escasa legitimidad, por medio de una doble vuelta. La doble vuelta fabrica mayorías artificiales, es decir, de ese 56 % que lo votó, no es un voto todo a su espacio. Precisamente esta segunda vuelta se da entre dos opciones que se presentan al electorado y este opta por el “menos malo”, lo que no quiere decir, que estén de acuerdo totalmente con su propuesta de campaña, ni comulguen con su ideología al cien por cien.
Esta es una de las consecuencias de los sistemas electorales de segunda vuelta, que se aplican en sistemas multipartidistas, donde muchas veces la distancia ideológica entre los distintos partidos tiene una tendencia hacia los extremos, dando lugar a multipartidismos muy polarizados y en donde las opciones para el electorado se presentan mucho más radicalizadas.
En el caso del presidente electo, el programa de gobierno era totalmente opuesto al de su adversario (Sergio Massa) en la segunda vuelta, y aquí encontramos otro problema del presidencialismo señalado por Linz y es que produce un ganador único, conduciendo a una personalización del poder, lo que generalmente lleva a una fuerte polarización, debido a la concentración del poder en una sola persona. La cual solo se atenúa, si el electorado se sitúa en el centro del espectro político y comparte posiciones moderadas.
Lo que en este caso se deja entrever que, si bien se podría decir gana con una mayoría artificial fabricada por la segunda vuelta, dentro de esa mayoría hay un núcleo duro del electorado muy radicalizado con una tendencia a la polarización extrema.
Es aquí, donde las dos de las críticas al presidencialismo esgrimidas por Linz entran en escena, la personalización del poder en manos de una única persona, el presidente y el problema de la legitimidad democrática dual, que como mencionaba provoca que, ambos posean la misma legitimidad de origen y por lo tanto se arroguen ambas la legitimidad para gobernar y se traben en una lucha de poder.
La salida en este caso en un sistema democrático es mediante el dialogo, el consenso, donde las estrategias de negociación de ambos poderes sean la vedette de la escena, donde se combine la fuerza y la astucia negociadora, por el lado del Poder Ejecutivo para poder imponer su agenda y por el lado del Poder Legislativo para actuar como un verdadero sistema de control y equilibrio.
El problema estaría radicando hasta el momento que desde el lado del Poder Ejecutivo no hay ni voluntad de diálogo, ni de consenso, ni una estrategia negociadora, lo que inevitablemente nos lleva a pensar que, de no dar el brazo a torcer el Poder Ejecutivo, cuál será la salida a esto, dentro del régimen democrático presidencialista para nuestro querido país. Qué herramientas posee nuestro sistema presidencial dentro de las instituciones democráticas, para resolver esta pugna de poderes y que no conlleve a una crisis de gobernabilidad insostenible.
Nos quedará estar atentos y observar estos vertiginosos primeros días de la presidencia de Javier Milei, que de luna de miel ha tenido pocos, como ambos poderes y principalmente desde el Ejecutivo puede encontrar la capacidad de construir consensos sin polarizar y radicalizar más a la sociedad, de encontrar en la política las herramientas necesarias para que la política vuelva a ser el arte de gestionar el conflicto, vuelva a estar en escena, donde las instituciones democráticas puedan demostrar su capacidad de control y equilibrio de los poderes.
[1] Valenzuela, A., & J. Linz, J. (1989). Presidencialismo, semipresidencialismo y parlamentarismo. Estudios Públicos, (36). Recuperado a partir de https://estudiospublicos.cl/index.php/cep/article/view/1517
Acá estamos comenzando a transitar los primeros días de este 2024, primera semana para ser precisos, con muchas expectativas, pero también con mucha incertidumbre, esto último parece que nos va a seguir acompañando por un rato largo, y por qué digo esto, y es porque según venimos observando en estos días son muchas cosas aún están por definirse, no solo en lo económico sino también en lo político y social.
Según las encuestas, las perspectivas de Massa están complicadas, si bien se espera un triunfo cómodo en su interna de cara a las generales, el escenario es sumamente incierto.
Si bien Massa la tiene difícil, teniendo en cuenta la cuestión económica actual. Podemos rescatar varias cosas positivas.
Primero, la candidatura de Massa hizo que el peronismo se pusiera en carrera, le dio competitividad. En segundo lugar, Massa tiene la posibilidad de ampliar su base electoral tanto hacia la derecha como a la izquierda, hasta incluso la posibilidad de captar al votante de centro derecha.
Se podría decir que Massa tiene dos situaciones complicadas, que podrían reducirse a una, la primera es que va a pasar con la economía, en particular con la inflación y, en segundo lugar, el FMI.
De llegar la plata del FMI, cómo se van aplicar las medidas que este le exige, según lo estipulado en dicho acuerdo técnico.
Ahora, porqué decimos que estas dos cuestiones se reducen a una: la crítica realidad económica del país, es la que hoy estaría definiendo el voto, por encima casi de lo ideológico.
Por el otro lado, JxC hace unas semanas que se encuentra dentro de una batalla discursiva, entre ambos precandidatos, la cual en estos últimos días ha escalado considerablemente.
Bullrich y Larreta han decidido que sus diferencias vayan más allá, de que uno sea un halcón y el otro una paloma.
Patricia Bullrich, por un lado, propone en todo sentido, político, económico y social, principalmente en estas dos últimas dimensiones, visiones mucho más extremas, modelos más duros, mano dura contra el crimen, la protesta social, políticas económicas de shock.
Larreta, por el otro lado, busca desde lo discursivo hasta el momento, en las tres dimensiones, política, económica y social consenso, moderación.
Si bien esta moderación parecería ser más una narrativa, ya que la figura de su candidato a vice, Gerardo Morales, lo deja en una posición más limitada y más dura en cuanto a la captación de votos. El voto que captaría sería más de derecha y centro derecha a diferencia de lo que decíamos de Massa.
Durante estas últimas semanas diferentes encuestadores siguen planteando que, Bullrich vendría sacando una leve diferencia por sobre Larreta.
En el caso del tercero en disputa Javier Milei, este viene haciendo muy malas elecciones a nivel provincial. Pero aun a nivel nacional, según distintos informes, se continúa percibiendo un escenario de tercios. Lo que indicaría que Milei se ubicaría cómodo, hasta el momento.
Lo quedaría por ver, es que precandidato presidencial de JxC resulta ganador.
En esa foto que resulte de las PASO, hay que observar dónde van ir parar los votos tanto de Milei, como del que resulte perdedor en las PASO de JXC.
Hasta el momento en las elecciones al interior del país los espacios de UxP y JxC, han mostrado mayor resistencia, dejando al espacio de Milei muy por debajo, de lo por él esperado.
Según el diario El Cronista, del 31 de julio del 2023, “teniendo en cuenta que hasta el momento ha habido elecciones en 14 provincias, de las cuales en cinco ganó UxP, en tres JxC y cinco fuerzas provinciales”, lo cual queda por ver de estas cinco fuerzas provinciales ganadoras, a quién van a ir sus votos a nivel nacional.
Esto nos deja un panorama de mucha incertidumbre, tendremos que seguir de cerca, antes que nada, si el motor de la economía baja o sube la temperatura y desde la batalla discursiva que candidato se impone más.
Quedan menos de dos semanas para las PASO y cada candidato y espacio tiene grandes desafíos por delante en estos días y obviamente para Massa son mucho mayores, por no solo ser candidato sino precisamente por ser parte de la gestión actual y por ser él quien lleva el timón de la economía.
En congruencia con los datos del Latinobarómetro 2023, https://www.latinobarometro.org/, en lo relacionado con el apoyo a nuestra democracia en Argentina, un estudio realizado por Pulsar.UBA, que es un observatorio de la universidad que se especializa en analizar la opinión pública, Facundo Cruz en su columna de la Gente Vota, https://cenital.com/, nos comparte algunos datos de una encuesta nacional, del programa de dicho observatorio que se llama, Creencias Sociales, donde analizan 1000 casos, los encuestados son: argentinos y argentinas de 18 años, en este caso el análisis se enfocó en: democracia, la política y los consensos, el rol del Estado, las libertades y la igualdad, el orden público, las relaciones internacionales y distintas agendas o temas de debate público, del que se desprenden algunos datos interesantes y que pueden ahondar en los links indicados.
Comparto algunos datos de importancia:
Lo que señala el informe es que, el tema aborto esta partidizado: JxC y La Libertad Avanza, por un lado, en contra y el por el otro, el peronismo.
Si, se reclama presencia del Estado, pero un estado reformado, presente pero que no avasalle las libertades individuales, así se trate de estados de excepción.
Sintetizando esto se podría decir que estos 40 años de democracia han sedimentado en el inconsciente colectivo, que se lo sigue prefiriendo con algunos matices, muestra que las ideologías no han muerto, que la sociedad no es tan apática o que no hay desafección por lo político y por la política, que la sociedad sigue prefiriendo y reclamando la presencia del Estado, si de un Estado reformado, que combine lo público con lo privado, que lo controle, quiere al mercado, pero no un mercado que nos engulla, sino un mercado controlado desde el Estado. Muestra una sociedad bastante conservadora en algunas cuestiones de derechos sociales que, si bien ha avanzado mucho en ellos, aun ciertos temas generan grandes controversias morales. Reclama mayor seguridad, prevención del delito, poder de policía, pero desde el Estado.
Lo que nos sugiere que de cara a las elecciones presidenciales, los distintos partidos o espacios políticos, los candidatos tomen nota no solo de este informe, hay muchos informes de sondeo de opinión pública y puedan no solo conocer que quiere la ciudadanía, sino cómo hacer para establecer consensos, apelar a la moderación, al diálogo, a fin de poder ofrecer distintas alternativas de respuesta a las demandas ciudadanas, sin romper con los compromisos democráticos y tener presente que hace 40 años la sociedad dijo Nunca Más.
Como dice el título este fantasma autoritario que recorre la región que hoy podríamos llamarlo Bukele, por ser en la actualidad, la deriva autoritaria que más visibilidad ha tenido en este último tiempo, a quien muchos intentan imitar, al menos en las expresiones discursivas, porque algunos aún carecen del poder de Bukele, pero no es un dato menor las expresiones. Porque al final terminan convirtiéndose en relato y ese relato empieza a crear marcos discursivos y lo peor de todo es que esos marcos terminan encajando en cualquier situación regional.
Pero lo no que se mide, son las consecuencias de esos relatos, de esos marcos, porque en el enojo “razonable” y remarco razonable, porque sin ir más lejos en cuarenta años de democracia en Argentina, hemos comprobado que no era suficiente con decir y parecer democráticos, sino que la democracia si bien se ha mantenido estable en el caso de nuestro país, es constatable que, con garantizar elecciones libres y competitivas, no alcanzaba. La democracia requería y requiere más cosas. Como muchos recordaran lo que decía en su discurso el ex Pte. Alfonsín, que con “Con la democracia se come, se cura y se educa”, pero hoy podemos constatar en los últimos datos de los índices de medición de pobreza, por ejemplo, que no se estaría reflejando eso que parecía que con la democracia ya lo teníamos garantizado.
Esto significa que la democracia todavía tiene grandes desafíos por delante, no caben dudas que para muchos de nosotros, de los que tenemos por cercanía generacional el recuerdo algo más nítido de no vivir en democracia, de los horrores de una dictadura, pero el problema son las nuevas generaciones y no es que sean ellas el problema, es decir, la democracia no ha alcanzado los estándares para convertirse en una democracia plena, tanto en la Argentina como en gran parte de la región, se está frente a democracias defectuosas y algunas ya han pasado a otro estadio, de defectuosas a interrumpidas, caso Venezuela, Nicaragua y otras como el de El Salvador, donde el presidente Bukele ha empezado a recorrer un camino del casi lineal hacia la pérdida total de la democracia, por ahora se podría decir que se ubica dentro de lo que se denomina un “autoritarismo competitivo”, categorías diseñadas que van dando cuenta de este recorrido hasta llegar a convertirse en meras dictaduras.
En lo referido a nuestro país, estamos frente a un año electoral, el cual se presenta complejo, y lo que se puede observar es el surgimiento de personajes que se aprovechan de la llamada “grieta”, que a mi parecer no es más que la diferencia y en esto claramente no menor, porque de cada lado de la grieta hay dos modelos de país, diferentes, opuestos, de un lado, tenemos lo que representa un gobierno para pocos, un gobierno que cree que, para qué hacer universidades si los pobres no llegan a la universidad, un gobierno que en su discurso de lanzamiento de uno de sus candidatos apela a la moderación, a salirnos de la grieta y pero cuando por estrategia electoral, y en cuanto estrategia electoral me refiero es que, cuando los números no dan, se decide sumar opciones diferentes aunque eso signifique correrse de lo dicho primero, porque en definitiva, la finalidad en términos utilitarios es ganar, simplemente ganar.
Apela a la moderación en el discurso, pero cuando observa que con eso podría no llegar a alcanzar el triunfo, suma opciones más radicalizadas, no moderadas, para ser más claros, de esos que creen que la libertad pasa por “meter balas a los falsos mapuches, a dar batalla contra “el curro de los derechos humanos”, hay otros dentro de este espacio que proponen armar a la sociedad para defenderse, de crear cárceles para narcos, como si esa fuera la solución, entonces dentro de este lado de la grieta tenemos a los que evidentemente su modelo de país no es inclusivo, no es para todos, sino de los privilegiados. Donde la moderación es solo discursiva, porque si para ganar es necesario correrse cada vez más a la derecha, es una opción que no se descarta.
Del otro lado de la grieta tenemos los que con sus aciertos y fallas intentan gobernar para todos, los que creen en la educación pública, en la salud pública, los que creen en la necesidad de la justicia social, de la inclusión, en los que a pesar de todas las críticas y posiblemente con muchos desaciertos, pero que por donde mires y no hablo desde lo emocional, sino desde los datos, un país tan grande como la Argentina, que en el momento más difícil no solo para Argentina sino para el mundo, en el momento en que se declaró la pandemia del Covid, el gobierno logró con mucho esfuerzo y sobre todo con mucho esfuerzo colectivo, que en cada provincia, ciudad, pueblo llegaran las vacunas para hacer frente a la pandemia, a pesar de que del otro lado, de los que quieren otro país menos inclusivo, contrariaran y criticaran toda disposición nacional, pero aun así transcurrió la pandemia del Covid en nuestro país, con costos sobre todo en vidas humanas mucho menores, que comparado con muchos países de la región se logró tener el mayor número de población vacunada en tiempo y forma y el número de personas fallecidas por Covid no llegó a las cifras exorbitantes de otros países de la región e incluso de países europeos.
Por lo tanto, esta es la otra Argentina o el otro modelo de país, el de un gobierno que intenta ser para todos, que cree que no se puede gobernar para unos pocos, que piensa y cree que las mujeres, las disidencias debemos ser parte, que sigue apostando por lo público, y resalto lo público porque sabemos que eso es lo único que es de todos, que sin importar cuál sea tu ideología, tu sexo, género, condición social, tus méritos, etc, nos pertenece a todos, todos podemos acceder.
Hay algo que considero que resulta necesario aclarar es que, en este modelo de inclusión y justicia social, es necesario realizar varias autocriticas, porque efectivamente los desaciertos han sido muchos y eso se hace evidente en los datos, en la pobreza, desocupación, inflación en la economía en general, en la justicia, y podríamos enumerar muchos más, muchos de los cuales son estructurales, de larga data y otros coyunturales, como la pandemia, la guerra de Rusia con Ucrania, situaciones que han venido a agudizar viejos problemas y a crear otros, por lo tanto el desafío y no hablo solo en cuestión democrática, sino el desafío de este modelo es profundizar la justicia social, la inclusión, teniendo como norte esto, avanzar en la construcción colectiva de un modelo productivo y de una economía incluyente, de una justicia con alcance real, con una educación y salud pública de calidad y esto se logra con mucha voluntad política, con una decisión firme, con la mirada puesta en lo colectivo.
Pero antes que nada para lograr esto es necesario reconocer y hacernos cargo y preguntarnos, no será que estas opciones tan radicalizadas, surgen por nuestras fallas y si en vez de criticarlas empezamos a accionar para demostrarles, pero con hechos que reconocemos nuestros desaciertos y creemos firmemente que los cambios solo se pueden hacer desde lo colectivo, con las instituciones democráticas, dentro de un Estado de Derecho, que como decía el politólogo Guillermo O’Donnell, “no es un problema si el Estado es más grande o más chico, lo que es necesario que las instituciones democráticas sean efectivas, eficaces y confiables”. Ese es el gran desafío de este modelo para los políticos que integran este espacio y para la política democrática en general.
Esos son los dos modelos de país, de un lado y del otro lado de la grieta, pero no termina ahí el problema es que tenemos un tercer modelo, un modelo más cercano a uno de estos, pero mucho más ubicado en el extremo, un modelo que no cree en el Estado, ni en las instituciones democráticas, un modelo que construye su narrativa en tormo a ciertos malestares de la época, que apela a la rebeldía y ahí está su centro de apoyo, es ese marco discursivo que compran sobre todo los jóvenes, pero también muchos enojados con la falta de respuestas o mejor dicho por estos problemas y desafíos democráticos no resueltos aun.
Mirando el cuadro desde una cierta distancia se podría decir que la grieta y los lados opuestos ocupados por ella no es más que lo que siempre se vio, dos modelos de país, dos visiones, una más inclusiva, siempre apelando y promoviendo la ampliación de derechos y la otra más excluyente, con la cual ya hemos tenido ejemplos de estos gobiernos, recortes de derechos, concentración de la riqueza en pocas manos con el consecuente peligro, que de ser necesario se corran un poco más a los extremos, pero el peligro radical y valga la expresión radical, es el otro modelo, ese que va en contra de la democracia, del Estado de derecho, que descree en las instituciones democráticas, ese que le pone distintos nombres al fantasma del autoritarismo en la región, dependiendo de quien lo personifique pero que en esencia no es más que la antesala a la no democracia.
Como dice el reconocido politólogo Andrés Malamud, “esas opciones anti establishment son funcionales a la democracia, no le hacen mal, porque dentro del sistema electoral le ofrece a la gente un boleta con un nombre con una propuesta, obvio anti establishment, pero lejos de hacerle mal a la democracia, porque que la ausencia de alguien que proteste dentro del sistema electoral, es lo que si le hace mal a la democracia, en cambio la presencia de un candidato alternativo es bueno para ella y es malo para los políticos que están, pero no es malo para la política, porque a la política estas opciones le hacen bien mientras no ganen.”
Como dice el título 40 años de democracia no es poca cosa, ahora ¿cómo llegamos hasta acá?, ¿te pusiste a pensar?
En mi caso sí y hace mucho tiempo que vengo pensando en ello y en qué hacemos para mantenerla y mejor aún para acrecentarla. Porque si nos detenemos un poco a pensar, seriamente la cuestión, sobre todo me refiero a los que como es mi caso nos parió la dictadura, pero por la lucha de mucho pudimos ser educados por la democracia.
Vemos que a lo largo de estos 40 años, la democracia ha pasado primero por una situación de auge, de euforia, de triunfo, la abrazamos en 1983 y le dimos la bienvenida como cuando esperamos algo por mucho tiempo, más aún porque entendíamos "la gran mayoría" que no podíamos continuar como estábamos, ya no se podía seguir tapando el sol con un dedo, ya no había mundial de fútbol que acallara el dolor, o tapara las torturas y los gritos que provenían del Pozo de Quilmes o ninguna radio que sonara tan alto, en cualquier lugar del país, que tapara los gritos de los desaparecidos, de los torturados, de los muertos de la dictadura.
Una dictadura que marcó a fuego la vida de muchos de nosotros. La última dictadura que vivió el país, porque ya veníamos de una seguidilla de estas interrupciones a la democracia, la última dictadura, que a pesar de la negación de muchos y de la legitimación de muchos, se había llegado al punto de que no se podía seguir más así, que para los muertos y desaparecidos ya no había lugar, ni mar que los ocultara, que el olor a muerte y los gritos de dolor, que el silencio del país ya era casi un grito desesperado, fue cuando entendimos que con censura, que sin libertad de prensa, sin libertades individuales y colectivas, en fin que sin derechos civiles y políticos no se podía continuar, que había que decir de una vez por todas “señores nunca más”.
Fue cuando la política entendió el juego, fue la multipartidaria, un grupo de políticos de distintos partidos, en ese momento los cinco partidos políticos más importantes de la Argentina: la UCR, el PJ, el Partido Demócrata Cristiano (PDC), el Partido Intransigente (PI) y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), fueron los representantes de estos partidos quienes entendieron, que si querían lograr una transición a la democracia en plena dictadura militar, era necesario trabajar en conjunto, sin perder sus ideales ni sus lógicas propias, ni la visión que cada partido tenia, sea del tipo de país o de sociedad que querían construir, pero algo los unía y era un objetivo principal y fundamental, más allá de sus ideologías, y era de una única forma, con democracia, era el retorno al Estado de derecho, era volver a instaurar los derechos humanos en el país, era volver a la actividad política, sindical, a los centros de estudiantes, era que volvieran las elecciones, era volver al libre acceso a los medios de comunicación del Estado, era volver a las libertades civiles, políticas y sociales.
Ese era el juego que entendió la política y los políticos que debían jugar, para que volviera la democracia, ¿y sabes porqué fue posible? porque más allá de las diferencias, hubo “consenso”, dejaron las diferencias de lado y los unió el consenso de que sin democracia el juego se termina y también la vida.
Por eso es necesario, no solo cada 24 de marzo, sino todos los días educar en democracia, para las nuevas generaciones que han tenido la suerte de nacer en democracia, para los más grandes que muchas veces nos olvidamos de los que pasó o creemos que no va a volver a pasar, para muchos que como según ellos no vieron nada, negaron y siguen negando la dictadura, por eso es fundamental que todos desde el lugar que nos toque o el papel que nos toque actuar en esta sociedad colaboremos en la construcción de la democracia, que dejemos verla como algo estático, porque no lo es, está en continuo movimiento.
Vemos todos los días noticias en la región y en el mundo del avance de los autoritarismos y nos alarmamos con noticias donde vemos el avasallamiento a los derechos humanos, ponemos el grito en el cielo cuando miramos países de la región con gobiernos autoritarios, pero después aplaudimos a leones locales que creen que gritando se hace política, que creen que prendiendo fuego instituciones o negando las instituciones democráticas es la forma. No nos equivoquemos, no dejemos que nos vuelva a pasar.
Más que un deseo es casi una obligación que empecemos a mirar muy bien lo que aplaudimos o lo que dejamos pasar por alto, porque así como tenemos derechos por el hecho de vivir en un país democrático también tenemos obligaciones y una de ellas es cuidar nuestra democracia y en este año en particular que es un año electivo, procuremos cuidarla, ¿como?: no difundiendo noticias falsas, informarnos antes de opinar, de desacreditar, pensando bien qué tipo de país, de sociedad queres para vos y tus hijos, si queres un país para todos, un país con acceso a la educación, a la salud, un país con derechos sociales para todos sin privilegios para pocos, bueno este es un buen momento para empezar a cuidar la democracia y los valores que ella representa y que no tengamos otra vez volver a pasar por tanto dolor y muerte para volver a decir nunca más ni tener que esperar por un nunca más.
La Agrupación Oktubre integra las listas de todos los sublemas de Unión por San Luis que tiene como eje vertebrador al Partido Justicialista, para las próximas elecciones del 11 de junio.
La política no debe nutrirse de extorsiones ni de especulaciones. Formamos parte de las fuerzas políticas del campo nacional y popular y en tal sentido adherimos formalmente -en el contexto provincial y local- al LEMA UNIÓN POR SAN LUIS que tiene como columna vertebral al Partido Justicialista. De igual modo, en el ámbito nacional, integramos el Frente de Todos.
Lo expresado en el párrafo anterior es tan concreto como que no ocupamos lugares en listas, ni ejercemos cargos en ningún estamento de gobierno (ni nacional, ni provincial ni municipal); la metáfora de que “integramos todas las listas” se debe a que militaremos todo nuestro compromiso y potencial, en el marco del LEMA UNIÓN POR SAN LUIS, para que en diciembre, a las actuales gestiones peronistas le sucedan también gestiones peronistas: en el gobierno nacional, provincial y en cada pueblo o ciudad sanluiseña.
Cualquiera de los sublemas que integran el LEMA UNIÓN POR SAN LUIS es digno de ayuda y acompañamiento. Cada compañera y compañero de la AGRUPACIÖN OKTUBRE tiene la libertad de sumarse al equipo de trabajo en donde sienta que puedan ser mejor aprovechadas sus capacidades. Siempre dentro del LEMA UNIÓN POR SAN LUIS y con la premisa de exhibir y reclamar el respeto que toda y todo compañero merece.
No codeamos ni mendigamos espacios. No nos sentimos ni más de lo que somos ni menos de lo que debemos ser. La Agrupación Oktubre no tiene intermediarios que lo representen ante las conducciones nacional y provincial.
Caminamos despacio, pero sin detenernos. Nos posicionamos y buscamos nuestros ámbitos de militancia a través de medios de comunicación propios como herramientas de militancia (radio Calle Angosta y Portal de noticias CalleAngosta.com.ar). Y con la participación de muchxs de nuestros compañeres en otros medios: podcast, radio, televisión.
Elaboramos y presentamos proyectos al Ejecutivo Municipal y al HCD. Brindamos capacitaciones a la comunidad en general, articulando con la Fundación Oktubre y los Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, para algunos proyectos; y el de Desarrollo Social de la Nación, para otros. Ofrecemos apoyo escolar a niñas, niños y adolescentes en comedores y merenderos; ayudas a otras ONG; jornadas de concientización sobre “parto respetado” y “lactancia materna” entre otros temas.
Mantenemos un local partidario abierto desde hace tres años en el que nos reunimos y planificamos las acciones políticas y solidarias que podemos llevar adelante. Siempre de acuerdo con nuestras posibilidades desplegamos una modesta ayuda social facilitando alimentos, elementos ortopédicos y medicamentos. Colaboramos para acercar la información necesaria y oportuna a la comunidad para el acceso a diferentes beneficios y ayudas que puedan provenir tanto del nivel local, provincial y nacional.
Queremos que sea evidente: no es necesario ejercer cargo, ni ser funcionario, ni ser candidata o candidato para abrazar la actividad política.
“No es gritando ¡la vida por Perón! que se hace Patria; sino manteniendo el credo por el cual luchamos” | Juan D. Perón.
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