Hay personas que viven sin preguntarse nada por la vida y, sin embargo, viven responsablemente. Otras, tal vez las más soberbias, o escasos de humildad y algo llenos de vanidad, nos preguntamos por el sentido de la existencia. No sé si para la mayoría, esos interrogantes pasan como momentos sin mucha importancia, resignándose a una vida sin sentido o aún, dándole un sentido materialista o indiferente.