Decenas de gremios confirmaron su participación en la marcha contra el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a realizarse el próximo 25 de mayo, que contará con la presencia de movimientos sociales y por personalidades del mundo actoral y del espectáculo.
La adhesión de un sector del sindicalismo fue ratificada este lunes en conferencia de prensa por Hugo Yasky, Pablo Moyano y Sergio Palazzo, quienes estuvieron acompañados por un grupo de dirigentes que se sumaron al movimiento Multisectorial denominado #21F, creado luego de la movilización contra el gobierno del 21 de febrero pasado.
“Los trabajadores no podemos faltar en esta convocatoria para expresar nuestro rechazo a la irrupción del Fondo Monetario Internacional y para manifestar la decisión de seguir en la calle contra el ajuste, contra la reforma laboral y por los derechos de los trabajadores”, señaló Yasky, líder de la CTA.
Además de Camioneros y Bancarios, la convocatoria contará con el acompañamiento del SUTPA de Sergio Sánchez, SAFyB de Marcelo Peretta, UDOCBA de Miguel Díaz, ATE Capital de Daniel Catalano, SITRAJU CABA de Vanesa Siley, Curtidores de Walter Correa, Canillitas de Omar Plaini, SUTCA de Christian López, SECASFPI de Carlos Ortega, entre otro grupo de sindicatos.
Para Pablo Moyano, la marcha del viernes “es la continuidad de esa pelea que tenemos contra este modelo económico, que estamos viendo que todas las actividades están siendo afectadas con despidos, con suspensiones, con la inflación, con la mentira del 15% de paritarias y la frutilla del postre, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional”.
A pesar de la ausencia de la cúpula de la CGT, el dirigente camionero dijo que participarán “muchos compañeros de las seccionales de la CGT que representan a los trabajadores de su ciudad, San Martín, La Matanza”, y afirmó: “Seguramente va haber una autoconvocatoria de la CGT exigiéndole al triunvirato un paro nacional”.
El exsecretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y expresidente de Colombia, Ernesto Samper, consideró que permitir la desaparición del organismo sería un error histórico.
El día que se cumplen diez años de la aprobación del Tratado Constitutivo de la Unasur, Samper llamó a detener el "vendaval que pretende llevarse por delante" este organismo conformado por doce países de la región.
Para Samper su desintegración significaría "no sólo acabar con diez años de integración, sino también debilitar a nuestros países cuando más falta hace plantar cara a las amenazas que acechan a la región y al mundo desde que el disparatado Donald Trump preside los Estados Unidos (EE.UU.)", afirmó en un artículo publicado en un medio internacional.
Samper explica que desde que dejó su cargo en el organismo, los países miembros no hay llegado a un consenso sobre quién debe sustituirle.
El 20 de abril, seis países que integran el Grupo de Lima (Colombia, Perú, Chile, Brasil. Paraguay y Argentina) decidieron suspender temporalmente sus actividades hasta que no se cubra la Secretaría General.
Aclaró que comparte "la legítima posición de este grupo porque la acefalia institucional, muy dañina, ha creado un vacío de poder que debe llenarse de manera rápida y satisfactoria". Pero agregó que "si lo que pretenden es desmontar por la puerta de atrás el patrimonio institucional de la Unasur, construido como digo tras una década de integración, estaríamos hablando de lo que el excanciller brasileño Celso Amorim ha calificado de suicidio".
Samper: Si alguien puede resolver la situación de Unasur es Evo
Para Samper es necesaria la unidad para enfrentar los desafíos que atraviesa la región ante la política del presidente de EE.UU., Donald Trump: la expulsión de migrantes latinos, la construcción de muros fronterizos con México, el incumplimiento en materia de medio ambiente y revertir el proceso de normalización con Cuba iniciado por Barack Obama.
"No está de más recordar que la Unasur se creó hace diez años para preservar Suramérica como un área de paz y libre de armas nucleares; para asegurar la continuidad de la democracia y para garantizar la plena vigencia de los derechos humanos", afirmó.
A su vez, reseño algunos de los organismos y logros de la Unasur alcanzados en estos diez años:
- El Consejo Suramericano de Defensa, creado para enfrentar riesgos comunes de seguridad hemisférica como el narcotráfico, el terrorismo, la trata de personas, el armamentismo o la defensa soberana de las fronteras.
- El Consejo Electoral Suramericano, encargado de acompañar diversos comicios en la región
- El Consejo Suramericano de Salud, que ha identificado patologías regionales.
- Reducción de la pobreza en más de 120 millones de personas.
- La elaboración del concepto de “Ciudadanía Suramericana” y el fortalecimiento de una identidad regional que permite " no caer en la peligrosa trampa de la desintegración".
Un viejo refrán afirma que gota a gota se llena la copa y este adagio podría aplicarse al dólar estadounidense que ha impuesto su hegemonía en el mercado internacional desde finales de la Segunda Guerra Mundial cuando se convirtió en dueño y señor de todas las transacciones importantes del orbe.
Los golpes contra el billete verde se han ido sucediendo unos tras otros pese a que los dos primeros intentos a principios de este siglo resultaron fallidos cuando Irak y Libia intentaron hacerlo. Sus dirigentes, Saddam Hussein y Moummar Gadafi, respectivamente, fueron derrocados por Estados Unidos.
La dependencia de la moneda estadounidense, y por ese motivo el control que ejerce Washington en el ámbito económico y político mundial, somete y ya hastía a importantes países exportadores e importadores de petróleo.
Recordemos que tras los acuerdos de Bretton Woods, en 1944, y por diversas maniobras de Estados Unidos, el dólar se estableció como moneda de reserva en el orbe. Para 1973 Washington logró que Arabia Saudita aceptara solo dólares por el petróleo que exportaba y que invirtiera los beneficios obtenidos en bonos y letras de cambio del Tesoro estadounidense.
En 1975, los entonces 13 miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordaron vender su crudo únicamente en dólares mientras los importadores debieron acumular sus excedentes comerciales en esa moneda, con el fin de comprar el combustible. Así nació el llamado petrodólar.
Al controlar el sistema financiero mundial, Washington abusó del poder y empezó a aplicar la fuerza del dólar para desestabilizar a otros países.
Pero en los últimos años se ha ido formando una coalición para promover la desdolarización del mercado energético mundial que incluye a relevantes exportadores e importadores de crudo como son Rusia, China, Venezuela e Irán.
El pasado 25 de abril, Irán prácticamente se despidió del dólar al anunciar que sustituirá todas sus transacciones por el euro como moneda extranjera de referencia oficial. Teherán, con esta decisión, se une a un club informal de los países que buscan liberar a la industria del petróleo de la dependencia del dólar y tratar de quitarse la espada de Damócles que Estados Unidos mantiene sobre su país por las prolongadas sanciones económicas que le ha impuesto.
Alrededor de un 70 % del petróleo iraní lo compran los países de la Unión Europea y China, además de suministros a Rusia y otras naciones de Asia.
Para Teherán sus ventas de hidrocarburos al exterior le representan una entrada de 70 000 millones de dólares al año. La postura asumida por el país persa resulta un golpe económico para Washington debido a que es uno de los principales productores y exportadores de crudo.
Semanas atrás, Beijing lanzó contratos de futuros de petróleo en yuanes con su posible conversión en oro, lo que posibilita a exportadores como Rusia, Venezuela e Irán evitar el uso del dólar.
Moscú y Beijing hace más de un año acordaron ignorar el dólar en sus intercambios y comerciar directamente con sus respectivas monedas nacionales.
Las constantes agresiones económicas norteamericanas contra Venezuela, impulsaron al gobierno bolivariano a vender sus producciones petroleras en yuanes y euros, como una acción de alta soberanía e independencia nacional.
El empuje y la fuerza que ha experimentado el yuan en los últimos tiempos, al igual que el uso del euro y otras monedas nacionales por parte de diversas naciones en sus intercambios bilaterales, están haciendo temblar a la Casa Blanca que observa cómo el sistema financiero internacional comienza a cambiar en detrimento del billete verde.
Un claro ejemplo es que ya más de 30 naciones abrieron sus Bancos a negociaciones con el renminbi. Una institución relevante, el Banco Federal Alemán mediante un acuerdo con el Banco Popular Chino, convirtió a Frankfurt en el principal centro financiero de Europa en obtener el derecho a liquidar y arreglar pagos en yuanes.
Otras gotas para ir llenando la copa fue que la Bolsa Internacional Mercantil de San Petersburgo cotiza desde 2016 el petróleo ruso en rublos, mientras que desde Moscú, el ministro de Energía, Alexandr Nóvak anunció que su país está considerando la posibilidad de realizar pagos de petróleo en monedas nacionales, en particular, con Turquía e Irán.
Con esas medias, Rusia, Irán y Venezuela están evitando el riesgo del bloqueo de pagos en dólares estadounidenses. Como se conoce, el uso del dólar en el comercio mundial de hidrocarburos le garantiza al billete verde, el estatus de moneda de reserva principal del mundo
Al gozar aún de ese privilegio, los analistas consideran que la caída de la hegemonía del dólar en los mercados mundiales de energía es un proceso largo que se mantendrá aún entre 10 y 15 años.
Para el comercio mundial y para la mayoría de las naciones del orbe sería beneficioso que la moneda estadounidense continuara bajando la cuesta.
"La era está pariendo un neo-liberalismo global. El fantasma que recorre el mundo no es el del proletariado que se alza frenético y no tiene nada que perder salvo sus cadenas, sino un fantasma neo-fascista ultra neo-liberal".
"La esperanza de un mundo mejor, porque ya las masas saben que se puede, saben a través de sacrificios, que demanda densidades enormes, pero que a través de todo esto se puede llegar a la victoria"
Ernesto Che Guevara
La redistribución progresiva, la movilidad social ascendente, la democratización del acceso a los modos y formas de producción y reproducción de la vida y de las ideas, articula, crea síntesis, vuelve inteligible los procesos sociales y la vida. Los reorganiza, discursivamente, en una cadena de acontecimientos de la que pueden extraerse sentidos. El todo comienza a tener una lógica. A articularse. Aunque, bien y mal sabemos, que no todo puede articularse(r).
En tiempos de tempestades neo-liberales la desarticulación del tiempo, el desguace de la psiquis, la proliferación de los padecimientos del Yo (las “enfermedades del alma”), la ausencia de sentido, en fin: la angustia, se vuelve la moneda de cambio de la crisis. La incertidumbre fragmenta.
¿Qué re-articula? ¿Qué re-ordena, cohesiona, otorga, retroactivamente, sentido, construye mitos posibles dónde sólo reina la ininteligibilidad de la locura que producen los procesos sociales neo-liberales? El Estado nacional popular, las revoluciones y la democracia. Tres conceptos que, aunque contradictorios, y aunque no salven, aunque no nos priven de la renuncia que debe pre-existir a toda participación política, incluso previamente a la cogitación frente al estado de las cosas, y al momento leninista del ¿Qué hacer? Ellos y ellas están ahí, crean síntesis donde había caos, crean condiciones de posibilidad y condiciones de reconocimiento para que puedan emerger. Re-articulan el tiempo, en un espacio, una época, re-ordenan las historias de La Historia. Esas que se disgregan, que se desterritorializan. Porque para el neo-liberalismo sólo hay desterritorialización, y no sólo de la producción, que se hace en China lo que se traslada a Francia para ser consumido en Bolivia. No es sólo eso. Lo que se produce es la fragmentación subjetiva, y la fragmentación social, que van por caminos separados y juntos a la vez. Como una partícula elemental que actúa por súper-posición. Pasan dos cosas al mismo tiempo que se muestran, a primera vista, y si nos regimos por las leyes de la lógica mecanicista, contradictorias.
Los padecimientos del Yo en las sociedades contemporáneas (la melancolía, la nostalgia, la depresión, las distintas neurosis de angustia, el propio proceso de la paranoia, como así también las psicosis, como máxima expresión del sistema) no son más que el síntoma social, producción lógica de la histeria que ofrece lo que nadie puede tener, y demanda que todxs lo tengan al mismo tiempo ¿quién puede responder a esa demanda? Nadie. La locura es el resto, la factura más lógica en un sistema que reproduce desigualdades. Al mismo tiempo, provee todas las instancias culturales para repetir y crear el hiper-individualismo clásico de la división de clases, la expulsión de lo que va más allá de la piel de lo Uno. Es pura muerte. El neo-liberalismo es tanhático. Pura máquina de producción y reproducción tanhática. Expulsa al Eros, que, en su agonía (aunque, al decir de Freud, no menos inmortal) lucha contra su mortífero adversario que es una bestia con los colmillos bañados en sangre del Tercer Mundo, y regados de neurosis de los propios amos que creen ser amos mientras son esclavos de sus propias y remilgadas artimañas, supersticiones, y suposiciones que construyen el mundo tal cual es. Otorgándole validez.
¿Por qué es que todxs respondemos al mundo tal cual es? Zaffaroni lo ha escrito más de una vez, ¿queremos que el régimen del mundo caiga, que la organización social, cultural, comercial, política, caigan? Bueno, dejemos ya mismo de responder a cada uno de sus mandatos. Pero no, nuestra conducta los sostiene. Y eso es porque estamos divididos. Estamos partidos en dos. Porque más allá, o más acá de lo que queremos siempre hay algo que no sabemos que es que está, y que, como dicen, opera, y provee algún tipo de goce. Ahora, Alemán también lo señala, dimitir frente lo que parece imposible es perpetuar la impotencia. ¿Qué impotencia? La más obvia de todas, ¿Te creés que al mundo lo vas a cambiar vos, militante? No, es imposible. Nadie puede solo. Es imposible. El problema de toda revolución es que su auto realización implica, necesariamente, una realización de la totalidad de las revoluciones, entonces, dice García Linera, toda Revolución está destinada al fracaso, pero, entonces, ¿para qué sirve? Para avanzar. Para conquistar derechos. Para conseguir mejores condiciones de vida, para construir nuevos horizontes. Aún en la derrota siempre parcial, aún en la victoria siempre parcial, lo importante es conservar una idea intacta: Nada es irreversible, pero la idea reguladora de la igualdad social es verdadera.
Son los hombres y las mujeres quienes cambian las circunstancias, pero sólo organizadxs y unidxs transforman el número en fuerza. No se puede pretender, tampoco (y esto vale como ley sociológica de las revoluciones) realizar ninguna revolución sin antes cuestionar principios básicos, elementales, incuestionables, del cuerpo teórico básico revolucionario. Todas las revoluciones de la humanidad que se han hecho para abolir el sistema de clases han tenido que suprimir, trastocar, modificar, o desconocer algo dicho por Marx, o por cualquier de los nombres que hablaban, hablaron y hablarán en su nombre. China, Cuba, Nicaragua, Vietnam, la propia Rusia lo atestiguan. Al decir de Gramsci son revoluciones hechas “contra El Capital” (el sistema y el libro, por si quedó en duda).
Está claro que el tercer momento de las revoluciones es siempre el momento de “administrar la disolución del Estado” en el choque con el límite de lo individual de un acontecimiento aislado. “No se puede instaurar el socialismo en un solo país”, grita el compañero o la compañera Trotskysta al Stalin de los gulags y el exterminio de la disidencia. Es cierto. Lenin lo supo. Creó la Nueva Política Económica porque esperaba que suceda algo más en Europa luego del 17. No ocurrió. El tercer momento es el momento de la administración del Estado, el momento en que se construye una alternativa económica distinta en un mundo globalizado que no sostiene los mismos principios filosóficos, políticos y/o éticos del socialismo, la transición al tan ansiado comunismo, una forma de organización social colectiva donde el hombre no es el lobo del hombre, sino su hermano o hermana. A Cuba le ha ocurrido lo mismo, sólo que no es el gigante ruso, es apenas el valor de una isla ubicada a escasos kilómetros del epicentro del Imperio. Nicaragua, Vietnam, la propia Venezuela, siempre a medio camino entre la democracia nacional popular y el revolucionarismo, queda como bastión del siglo XXI frente al neo-liberalismo global post 11-S, luego de la muerte de las ideologías y la caída del muro: El realismo capitalista. Venezuela es la Cuba del Siglo XXI, en este realismo neo-liberal. Con sus límites, con sus alcances. Expresa exactamente lo mismo que, en su contexto, expresaba Cuba. No pudo hacer ni la mitad de lo que realizó la epopeya cubana, ni hablar de la Rusa. Todxs somxs hijxs de nuestra época. La era está pariendo un neo-liberalismo global. El fantasma que recorre el mundo no es el del proletariado que se alza frenético y no tiene nada que perder salvo sus cadenas, sino un fantasma neo-fascista ultra neo-liberal. Una nueva organización del comercio y una nueva división del trabajo son necesarias, es cierto. La guerra parece no estar permitida (porque de darse, extingue a la especie o acaba el planeta). La nano-tecnología avanza. La blackmirrorización es un hecho. Wetware para todxs. La ciencia ficción es el realismo del Siglo XXI. Vigilancia, castigo, control y aniquilación de la disidencia son los signos reguladores que el sistema-mundo necesita para mantener todo tal cual está. Pura muerte. Tánhatos. Sumisión y acatamiento a las leyes “naturales” del sistema-mundo vigentes. La gobernanza internacional todo lo domina. El joystick de los cinco ojos que todo lo ven, todo lo recogen, todo lo asocian, todo lo analizan, ¿todo lo controlan? Así parece. ¿Qué hacer? Nos volvemos, una vez más, filosóficamente leninistas, sin embargo nadie puede extrapolar experiencias vaciándolas de sus re-significaciones, de sus acciones por fuera de los “pie de la letra”, de las citas revisitadas de memoria. Toda revolución se hizo matando la letra que vivía muerta. Nacida para caer, en la práctica, que muchas veces resuelve lo que no puede la teoría, y viceversa.
No podrá haber gulags en nuestras futuras revoluciones. Deberán ser universales. No hay posibilidad de salir del fracaso en que han caído quienes se propusieron un sistema económico, político y social alternativo si sólo surge la esperanza en un solo país. La Revolución Permanente Trotskysta, leída desde el Tercer Mundo da una mirada positiva. Con sus mayores y menores aciertos, los gobiernos pos-neoliberales de la región no son bonapartistas, en todo caso, abrevando en Gramsci pueden ser considerados como Cesarismos progresivos sui géneris de izquierda (todos con condiciones particulares que deberán ser cuidadosamente revisadas en cada caso), gobiernos que crean condiciones para conseguir mayores grados de conciencia, participación, mayor y mejor interés por la política, por las discusiones que se da consigo misma una sociedad, en la lucha pública que expone sus antagonismos, etc. Estos gobiernos no son la realización de las utopías, son condición de posibilidad para pensarlas. Para que se le aparezcan en la cabeza a mi vieja, a mi viejo, al verdulero, a la verdulera, a/la villlerx. Y no es etapismo. El desarrollo, bien sabemos, es desigual y es combinado. Podemos saltear etapas. Lo que no podemos es rechazar identidades, tradiciones, especificidades, en nombre de doctrinas universales. Lo que no podemos es fusilar homosexuales, o recrear categorías clínicas capitalistas en nuestra concepción de la salud. Las revoluciones deberán ser integrales. Al llegar a México Trotsky tuvo que reveer varias de sus ideas, sin ceder (hay que ser justos) en aceptar a Cárdenas como un “compañero”. No olvidemos que venía del otro lado del mundo y su concepción cultural de la vida, de las ideas, del amor, del mundo, eran otras. La territorialidad suele ser intransferible. Sin embargo, no dejó de ver en él reformas que, en ciertas condiciones y apoyadas en la clase obrera, podían significar avances en la lucha de clases a favor de los sectores populares. Resta decir que hay datos que se desconocen. Cuando Cárdenas nacionaliza el petróleo Leo Davidovich defiende la medida. Luciano Galicia, un ultra-izquierdista trotskista la rechaza por considerarla una medida clásica de un “bonapartismo” “nacionalista burgués”. Trotsky lo expulsa de la 4ta internacional. Podemos arriesgarnos, y éste texto es de riesgos, ya que tiene como tema las revoluciones, a propósito de aquella heroica gesta de los pueblos del 17, y decir que el gobierno de Juan Domingo Perón produjo transformaciones políticas mucho más radicalizadas que las de su par Mexicano. El fenómeno peronista, en Argentina, alcanzó un inusitado grado de transformación de la vida cotidiana de las masas populares locales. No contó con el apoyo de lxs trotkistas. Sí con sus críticas más acérrimas. Ellxs, que poseían el arsenal teórico, dejaron sólxs a lxs obrerxs resistentes. Querían esa “sana distancia”. La necesitaban para no tener que negar toda la construcción teórico práctica que habían desarrollado. Sin embargo existieron hombres como Carlos Olmedo, quienes cancelaron (y lo pagaron con su vida) éstas contradicciones pueriles de la izquierda argentina. Las canceló, conteniéndolas en una superación dialéctica. Desde la Critica del la razón dialéctica de Sartre. Su respuesta al PRT-ERP hoy se vuelve instrumento necesario para la lucha irrenunciable por las igualdades sociales.
¿Será posible una internacional progresista donde confluya Podemos, Syriza, el Kirchnerismo, el Mas Boliviano, el Chavismo (y todxs los gobiernos nacional populares latino americanos) junto con las fuerzas más avanzadas que hoy crecen en el mundo? Muchxs dirán que no, ellxs, sin duda, estarán bien cuando nosotrxs estemos mal, “disfrutan nuestro excedente” y, cuando podemos estar bien nosotrxs, es porque les arrancamos un porcentaje de ese “bienestar”.
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