En 1967, Juan José Pizzuti y Racing Club de Avellaneda tendría un récord para la institución de nueve encuentros ganados entre lo que fue la disputa del Torneo Metropolitano y la Copa Libertadores. Pero 55 años después, Fernando Gago y sus jugadores alcanzaron la marca y pueden sobrepasarla, luego de nueve cotejos entre Copa de la Liga Profesional de Fútbol, Copa Argentina y Copa Sudamericana.
La “Academia” de 1967 ganó 9 encuentros entre la disputa del Metropolitano de ese año, que en una final apasionante consagraría a Estudiantes de La Plata y además a la Copa Libertadores de 1967.
Bolívar de Bolivia, Huracán, Lanús, Independiente de Medellín, Independiente Santa Fe, Atlanta, Boca, 31 de Octubre de Bolivia y Bolívar fueron los duelos que el equipo de Juan José Pizzutti tuvo como una marca que parece inexpugnable y que en le “era Gago” puede ser superada.
Victoria por la mínima frente a Atlanta
La racha de hace 55 años fue cortada curiosamente por Independiente de Avellaneda el 7 de mayo de 1967, como visitante, tras ganarle por 1-0 a su eterno rival.
En los nueve cotejos, la “Academia” contabilizó 32 goles a favor y sólo 6 en contra.
En ambos equipos hay números que son favorables a la era más gloriosa de la institución racinguista, la que por ejemplo le dio la Copa Libertadores y convertirse en el primer campeón del mundo de clubes para la Argentina, con la obtención de la Copa Intercontinental ante el Celtic de Escocia.
55 años después Gago y los suyos quieren quedar en la historia.
Los dirigidos por el ex futbolista de Boca, Vélez, Real Madrid, Roma y la Selección Argentina, de paso inicial bajo la dirección técnica en Aldosivi de Mar del Plata, suma nueve encuentros sin conocer la derrota entre Copa de la Liga Profesional de Fútbol, Copa Argentina y Copa Sudamericana.
Talleres de Córdoba, Atlético Tucumán, Independiente, Gimnasia y Tiro de Salta en Copa Argentina, Sarmiento de Junín, River de Uruguay, Platense, Cuiabá de Brasil y Unión de Santa Fe fueron a los equipos que Racing venció para igualar la marca histórica y quedar a un pasito de superarla.
En dicho récord, los de Avellaneda anotaron 19 goles y recibieron sólo 3.
El mediocampista "Millonario" anotó desde el punto de penal ante Banfield que le permitió abrir el marcador de lo que luego sería una trabajada victoria en el Florencio Sola.
Fernández suma 4 goles en lo que va del torneo, con 3 tantos anotados en el primer tiempo y 1 en el segundo.
Gimnasia y Esgrima La Plata, Defensa y Justicia, Argentinos Juniors y Banfield fueron las "víctimas", a la que se le suma Fortaleza de Brasil por Copa Libertadores, donde además desde la fecha 4 es uno de los titulares de Marcelo Gallardo.
Su total de gritos en el campeonato local se contabilizan con 1 en el periodo 0-15´, 1 entre 15´-30´, 1 en 30´-45´ y 1 entre los 45´ y 60´.
Sus cuatros tantos se contabilizan con dos de jugada y la misma cantidad desde los doce pasos.
En cuanto a sus números, el futbolista que pasara por Defensa y Justicia suma 22 disparos al arco, con 16 en el primer tiempo y 8 en el complemento.
Además tiene 4 disparos al arco, 5 que dieron en el palo y 9 que se fueron desviados.
Entre los pases, Enzo Fernández es uno de los jugadores que forma parte de un mediocampo "Millonario" donde es gravitante y de gran importancia para el esquema de Marcelo Gallardo.
El jugador "Millonario" se encuentra en 3ra colocación en cuanto a pases totales de la Copa de la Liga, con 591, con 494 correctos y sólo 97 inexactos.
Entre los que fueron concretados, Fernández, dio 145 en los primeros 45 minutos y 249 en la segunda.
Racing encabeza la Zona A de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol, con 24 puntos y le sigue River con 22, en un mano a mano de alto voltaje, con Gago como entrenador que quiere imponer su estilo, en el torneo local, la Copa Argentina y la Sudamericana. Mientras que Gallardo y los suyos quieren luchar por el torneo, la Copa local y la Copa Libertadores.
Cuarenta y cinco años de lucha ininterrumpida de las Madres de Plaza de Mayo se cumplen este 30 de abril, fecha que recuerda la primera vez que un grupo de mujeres se reunió en la plaza frente a la Casa Rosada para reclamar por la aparición con vida de sus hijos secuestrados, torturados y desaparecidos.
Lo hicieron en 1977, en pleno auge de la dictadura cívico militar, que finalizó con 30 mil desaparecidos, el robo y la expropiación de muchos de los hijos e hijas de los buscados de entonces, y con la ruina económica del país, sumido en una deuda externa de proporciones inéditas.
Cansadas de presentar amparos y denuncias buscando el paradero de sus hijos e hijas, las Madres cambiaron de estrategia: "Individualmente no vamos a conseguir nada. ¿Por qué no vamos todas a la Plaza de Mayo? Cuando vea que somos muchas, Jorge Videla (el entonces presidente de facto) tendrá que recibirnos", convocó Azucena Villaflor de Vicenti, una de las organizadoras.
El encuentro fue el 30 de abril de 1977, cuando se concentraron alrededor del monolito, en el centro de la plaza. Inmediatamente, varios oficiales intentaron sacarlas del lugar advirtiéndoles que no podían estar allí paradas. Pero, frente a la negativa de las mujeres, insistieron: "Circulen, circulen".
Así comenzó la historia, y las Madres empezaron a caminar lentamente alrededor de la Pirámide de Mayo, tomadas de los brazos, pese al desamparo y al temor que no les impidió seguir con su propósito.
Junto a Azucena Villaflor de Vicenti, se juntaron en aquella primera ronda Berta Braverman, Haydée Gastelú de García Buelas, María Adela Gard de Antokoletz, Julia Gard, María Mercedes Gard, Cándida Gard, Delicia González, Pepa Noia, Mirta Baravalle, Kety Neuhaus, Raquel Arcushin y dos mujeres más de las que no se conocen sus nombres.
Se realizaba así la primera ronda. La primera de muchas otras que se sucedieron todos los jueves -hasta hoy- a lo largo de décadas. Y esa lucha silenciosa siguió pese a los diferentes gobiernos, incluso aquel 20 de diciembre de 2001, cuando la policía montada intentó correrlas también de la Plaza de Mayo, en medio de la represión desatada tras la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa.
Ese 20 de diciembre, las Madres de Plaza de Mayo -la Asociación y la Línea Fundadora- y otros referentes de organismos de derechos humanos fueron blanco de la represión en un capítulo inédito en la historia de la democracia argentina.
No obstante, las mujeres siguieron concentrándose año tras año, logrando el reconocimiento internacional y el respeto en la lucha por los derechos humanos.
Además de Azucena Villaflor de Vicenti, se juntaron en aquella primera ronda Berta Braverman, Haydée Gastelú de García Buelas, María Adela Gard de Antokoletz, Julia Gard, María Mercedes Gard, Cándida Gard, Delicia González, Pepa Noia, Mirta Baravalle, Kety Neuhaus, Raquel Arcushin y dos mujeres más de las que no se conocen sus nombres.
Al año siguiente de la primera marcha, en 1978, las protestas silenciadas tuvieron una visibilidad inesperada: fueron filmadas en un documental holandés durante el primer día del Mundial, frente al desconcierto de la cúpula militar que había invitado a medios extranjeros para poner en evidencia el espectáculo deportivo, intentando ocultar la situación política del país.
En los registros históricos que se repiten en cada aniversario, se las puede escuchar: "Queremos saber dónde están nuestros hijos. Que nos digan dónde están, por lo menos".
"Mi hijo, hoy, hace 15 meses que no está", se escucha a una mujer, mientras otra superpone para preguntar: "¿Dónde están los bebés? ¿Por qué no nos dicen a nosotros si están vivos o muertos? Sólo pedimos que nos respondan, después nos retiramos".
Otra explica: "Mi hija estaba embarazada de cinco meses cuando se la llevaron, mi nieto tiene que haber nacido en agosto del año pasado, hasta ahora no he podido saber nada de él. Lo único que sabemos es que los chicos nacen pero los dejan en establecimientos, en casas cuna como NN", denuncia.
"No ve que dicen que tenemos un mundial en paz", interrumpe otra, y frente a la repregunta del periodista, que desliza "En el Gobierno dicen que ustedes son mentirosas", ellas responden indignadas: "¿Mentirosas? ¿Nosotras somos mentirosas?".
De fondo, se observa a un policía que insiste con el "circulen", mientras las mujeres continúan: "No somos mentirosas, está todo comprobado en el Palacio de Justicia, allí están los testimonios, también en el Ministerio de Hacienda y en la Policía Federal tienen todas las denuncias. El gobierno es el que miente".
Otro testimonio da cuenta también de los casos que hoy se juzgan sobre secuestros y torturas: "En mi caso particular allanaron cuatro veces mi casa, me llevaron y me torturaron para que dijera dónde estaba mi hijo". De pronto, una voz que será profética añade: "Yo no quiero a mi hijo solo, yo quiero a todos los hijos, de todas las madres. Somos miles en todo el país".
"No sabemos si están enfermos, si tienen frío, si tienen hambre, y tenemos desesperación porque no sabemos a quién recurrir, consulados, embajadas, ministerios, iglesias, se nos han cerrado las puertas en todas partes, por eso les rogamos a ustedes que son nuestra última esperanza", finaliza entre lágrimas.
En el medio, muestran listados de personas desaparecidas y hasta una carta enviada a los futbolistas argentinos, de las que les dan copia al entrevistador para que lo difunda en todo el mundo.
"Que muestren la cara y digan dónde están. Hay tantas muertes que no se animan a mostrar. Si dicen que son subversivos que den la cara y nos digan por qué. Mi hijo iba a ayudar a las villas", cuenta una mujer joven. Y otra añade: "Vinieron a nuestras casas y nos robaron todo, el Ejército argentino que se llama cristiano, vino a mi casa a hacer eso".
La histórica nota fue realizada el 1 de junio de 1978, a la misma hora en la que comenzaba el partido inaugural Alemania-Polonia. Y fue posible gracias a que el periodista holandés Jan van der Putten, en vez de cubrir el partido, fue a Plaza de Mayo a registrar las entrevistas.
En tanto, Azucena Villaflor tuvo el mismo destino de su hijo Néstor y de su pareja, Raquel. Fue secuestrada en diciembre de 1977 y desaparecida. Su cuerpo apareció el 20 de diciembre en las playas de Buenos Aires, pero fue enterrada como NN y luego identificada en 2005.
Por otra parte, los pañuelos blancos como símbolo de lucha surgieron en octubre de 1976 cuando, para festejar el Día de la Madre, la iglesia católica realizó una marcha a la Basílica de Lujan, y las madres resolvieron poner en sus cabezas un pañal de tela de sus hijos para identificarse. El pañal, con los años, se transformó en pañuelos blancos y, de esta manera, la gente y el mundo comenzó a reconocerlas.
Haydeé Gastelú de García Buela es una de las Madres de Plaza de Mayo que estuvo en la primera ronda del 30 de abril de 1977, cuando buscaba conocer el paradero de su hijo Horacio, secuestrado ocho meses antes, y su presencia quedó registrada en la entrevista que el corresponsal de France Press Jean Pierre Bousquet realizó a las intrépidas mujeres que comenzaron a caminar alrededor de la pirámide.
A poco de cumplirse 45 años de aquel día, ambos relataron a Télam Radio cómo fue esa primera ronda que marcó la historia de los derechos humanos en la Argentina y en el mundo.
Gastelú, a sus 94 años, recordó que "las madres nos encontrábamos en las dependencias oficiales cuando íbamos a pedir información sobre nuestros hijos" y que la primera reunión de la que participó "fue en la iglesia Stella Maris".
"Un día una de las Madres se levantó y dijo 'Vamos a encontrarnos en Plaza de Mayo, pero no vamos a ir solas, vamos todas'. Y me dio un papelito que decía 'tal día en Plaza de Mayo a las 15.30'", evocó al rememorar la convocatoria de Azucena Villaflor de Vicenti.
También recordó que sus maridos "no las dejaban" pero fue igual, y cuando llegó estuvo con Azucena, de quien se hizo "muy amiga: Siempre seguimos juntitas hasta el momento de su desaparición", añadió. "Me preguntan si no teníamos miedo -continuó-; claro que lo teníamos, pero el amor que sentíamos por nuestros hijos era más fuerte, y eso, tapaba todo".
"La vida de un hijo vale mucho más que la de uno, nosotras sobre todo queríamos rescatarlos vivos, jamás pensábamos que los íbamos a encontrar muertos", lamentó. Y agregó que "al principio nos dejaban estar en la Plaza, quietas, pero después, como había Estado de sitio, nos decían 'Circulen, circulen' y ellos mismos marcaron ese lugar, la ronda alrededor de la pirámide. Nosotras empezamos a circular de a dos, del brazo, para poder conversar y arreglar nuestras cosas".
"La primera vez fue un sábado pero después nos dimos cuenta de que no era un buen día, así que pasamos las rondas a los viernes y después a los jueves, siempre a la misma hora", recordó; y sumó que cuando alguien llegaba, la pregunta de rigor era "¿A vos quién te falta? Ya que todas éramos madres o hermanas".
Sobre los pañuelos blancos, contó: "Nació un día que fuimos a la Basílica de Luján. Por la necesidad de reconocernos. En la Plaza nos conocíamos todas pero ahí fuimos en colectivo y después teníamos que identificarnos. Entonces pensamos en los pañales de nuestros hijos, y nos los pusimos en la cabeza".
Hoy, Haydeé Gastelú "volvería a hacer lo mismo" y, como si fuera ayer, recuerda a su otra hija, Alicia Ester: "Ella tenía Síndrome de Down y tenía una estrecha relación con su hermano Horacio, a quien le quitaron. Yo tenía una niñita enferma y la cuidé mucho también. Ella siempre pensaba en su hermano, sabía que no estaba, y todas las mañanas rezaba y pedía por él".
Jean Pierre Bousquet fue corresponsal de France Press en Argentina entre 1975 y 1980; y entrevistó a las Madres de Plaza de Mayo aquel 30 de abril de 1977 frente a la Casa Rosada.
En una entrevista brindada a Télam, el periodista francés recordó que aquel año "había un ambiente pesado para los corresponsales extranjeros que queríamos entender quiénes eran estos militares que se presentaban como quienes venían a poner orden", al tiempo que "llegaban regularmente a nuestra oficina denuncias de secuestros y desapariciones".
"Yo estaba en contacto con algunas Madres, y una de ellas me citó delante del anexo del Ministerio del Interior. Yo fui porque la sola idea de manifestarse, y en la Plaza de Mayo, era muy arriesgado", dijo.
Agregó que "en la primera manifestación eran apenas una docena de Madres y me acuerdo que llevaban un clavo, y me decían que era para recordar el sacrificio de Jesús crucificado en la cruz". Bousquet añadió que "después se organizó todo, y aumentó la participación, pero el primer grupito se concentró alrededor de la pirámide".
"Por otra parte, para nosotros no había mucho riesgo porque la política de los militares era evitar cualquier incidente diplomático. Así que no nos tocaron a los periodistas", añadió el reportero que luego escribió el libro "Las Locas de Madres de Plaza de Mayo".
Afirma que con los años "aprendí a conocerlas" en lo que duró su permanencia en el país y que como "la relación con ellas me impactó, me costó dejar Argentina, pero sobre todo dejarlas sin que tuvieran una respuesta sobre sus hijxs".
*La entrevista forma parte de un especial de Télam Radio, con producción, locución y edición de Andrea Holgado, Fabiana García y Gonzalo María que se publicará el 27 de abril.
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