“El presidente Avellaneda […] frente a las quejas de los diputados provincianos que le pedían garantías, les mostraba el vigilante que estaba en la esquina de su casa y les decía “¿Qué garantía les puedo dar yo, que ni siquiera tengo poder sobre ese vigilante que está ahí?”
Félix Luna: Breve historia de los Argentinos
Ni la imagen de un arma a punto de disparar a metros de la cara de una mujer pueden acallar las voces del odio.
El odio es una emoción humana que consiste en desear causar mal a una persona, o un género de personas. Algunas de sus causas son la envidia, el resentimiento o el asco. Vamos a tomar la envidia, que nos muestra un camino al análisis que queremos expresar en este escrito.
La envidia es una emoción negativa que provoca malestar y dolor por el bien ajeno o la felicidad de los otros y se alegra del mal de los demás. Los bienes que se envidian principalmente son los que llevan consigo precio, estimación, honores, prestigio y gloria. Se puede considerar que la envidia, una vez desarrollada, pervierte el juicio más intensamente que las restantes pasiones.
Carlos Thiebaut, filósofo español, con un vasto trabajo teórico en cuestiones referidas a filosofía moral y política contemporánea sostiene que “los odios políticos pueden nacer de un desprecio puntual, pero se consolidan porque lo odiado se entiende como amenaza, como un peligro que, a su vez, nos odia”. El odio concluye, “ es una emoción, que puede ser manipulada y ha tenido históricamente gran poder movilizador, precisamente por las vinculaciones con el binomio identidad/alteridad. Los odios públicos buscan causar mal a un colectivo concreto y suelen ser caldos de cultivo para diversas manifestaciones, como los delitos de odio o los genocidios”.
Aquí entendemos entonces la magnitud de las repercusiones observadas días posteriores al intento de magnicidio.
Es decir, el odio ya no a Cristina persona, sino a lo que ella representa.
En la última semana se pudo ver en sentido estrictamente político que es lo que como figura política sintetiza. Un sector al que se dificulta encorsetar en viejas categorizaciones sociales: Vimos a un gran sector del gremialismo (orgánico y del otro) marchando conjuntamente con gran cantidad de mujeres militantes de todas las edades. Vimos jóvenes cuarentones que se sumaron al peronismo de la mano de Nestor y el conflicto con el campo de 2008, ahí estaban también las organizaciones de derechos humanos, el colectivo de actores y actrices, un amplio espectro de la intelectualidad, la música y la cultura argentina. Vimos a curas villeros. y a “sueltos”, vimos mucha gente suelta, que saltea a las organizaciones y pone el cuerpo igual. Vimos a Gobernadores, Intendentes, legisladores nacionales y comunales, que no dudaron en poner el cuerpo ante la represión de Larreta en los comienzos de la semana pasada. Todo este colectivo el Viernes 2 de Septiembre demostró su apoyo a la democracia.
El resto del arco político prefirió no convalidar una supuesta “ jugada política” urdida por una mente perversa que auto fraguó el atentado para victimizar a esa detestable mujer. Algunos solo dieron mensajes escuetos y de pura formalidad. Poco a poco volvieron ( con la ayuda del andamiaje mediático) a retornar el camino de la deshumanización y el resentimiento.
Desde la oposición se complicó dar un mensaje coordinado, lo que evidencia lo ficticio y marketinero de su discurso.
El Viernes el propio Gobernador de la Provincia Alberto Rodriguez Saá dió un mensaje a toda la provincia. Salir de la grieta y no hundirse en la disputa política nacional parece ser la estrategia.
Volviendo a la oposición y su postura, el arco opositor sanluiseño va en la misma dirección. Claudio Poggi aún hoy 4 de Septiembre, no ha realizado ningún tipo de repudio a lo sucedido. Qué podemos esperar de esta dirigencia si Silvia Palacios, su representante en el Tribunal de Contralor mercedino, se burló macabramente de la muerte de Verónica Bailone?. Se espera aún la palabra del concejal mercedino Andrés Forgione, cuyo único mérito reconocido es su odio y agresión constantes hacia la ex-presidenta Cristina.
El pueblo mercedino en tanto, el Sábado 3 dijo no a la violencia política. En una gran marcha se manifestó el repudio al intento de magnicidio contra la Vicepresidenta, pero siempre en estos hechos se espera una mayor presencia de autoridades con representatividad social. La masividad de la marcha sorprendió a propios y extraños, ya que incluso las organizaciones políticas que organizaron fueron gratamente sorprendidas, lo que pone en evidencia la necesidad de encauzar un sentir social que no parece estar cómodo con la actual situación política.
Como vemos, a San Luis no le va a ser fácil mantenerse ajeno al devenir nacional. De eso se trata un país federal.
San Luis sufre la autoficción de un peronismo que no existe y el descontento que el odio pretende capitallizar. Pero ¿hay lugar para la esperanza? ¿Qué puede hacer el Pueblo de San Luis, si políticamente lo único que se le presenta son dos posturas antagónicas? Por un lado, un gobierno provincial que se dice peronista, votado por el Peronismo y sectores populares, y cuyo gobernador ahora dice que el Justicialismo Nacional y el Kirchnerismo no lo contienen a él personalmente, totalmente perdido y desorientado ante los sucesos nacionales que nos interpelan y que exigen definiciones, centrado en su propia visión y pensamiento, tal como actuó frente a cada gobierno nacional peronista.
El peronismo o cualquier proceso político social que marca el desarrollo histórico de una sociedad tiene algún hecho fundante o un “quiebre” en el cual todo parece encolumnarse en un devenir que paradójicamente, encuentra, en la solidez del quiebre, su propia falta de consistencia real.
En pocas palabras, ayer en recoleta pasó algo sólido, concreto. Pero que no sabemos bien adónde va o qué futuro va a conformar.
Algunos autores, como el caso de Badiou, hablan de hechos como el 17 de octubre como “acontecimientos” que a posteriori, conforman individuos que a la larga configuran los procesos políticos. Dice “Un acontecimiento no es meramente un evento importante o significativo que pueda ocurrir en el ámbito político, artístico, científico o amoroso. Es un quiebre del campo del saber de una situación, porque con el acontecimiento emerge una verdad no considerada por el saber de la situación misma.
Ayer , desde todos los sectores, cada subjetividad sintió la nueva dicotomía “ellos” y “nosotros, otras de las características propias de estos hechos fundantes.
No estamos comparando lo de ayer con el 17 de Octubre, no estamos analizando a la ligera el hecho. Solo estamos dotando de un poco de contexto teórico el intento de analizar la situación.
El sistema político sanluiseño no permanecerá ajeno al acontecimiento ( o al eventual acontecimiento?) que sucede en lo nacional. No va a existir provincia cuya realidad política no se vea condicionada por el contexto argentino. Sería al menos inocente pensar lo contrario.
Sobran ejemplos de posicionamientos de los partidos políticos locales respecto de la dictadura militar, el inicio del proceso democrático allá por la década del 80 , el posterior peronismo neoliberal, la crisis de partidos políticos de principios de los 2000, la integración del ancho camino del medio o la revolución de la alegría. Negar esto sería como negar la geopolítica en desmedro de lo que pasa en la política nacional.
La oposición provincial ha dado sobradas muestras de estar totalmente encolumnadas con la política que representa Juntos por el Cambio: Proscripción del peronismo, libertad de mercado, todo lo que ya demostró Mauricio Macri como presidente, pero más rápido. Incluso ya Claudio Poggi acompañó un pedido de juicio político al presidente de la Nación Alberto Fernandez. En tanto el oficialismo provincial se coloca por encima de la “grieta” lanatista intentando así preservar su capital político electoral. Esta lectura de lo nacional y el impacto en el sistema político puntano es evidente. Así lo ha sido en los últimos casi 40 años. No nos debería sorprender.
Lo particular de esta situación será determinante en tanto continúe el proceso de consolidación o búsqueda del “acontecimiento” al que nos referimos en un principio. Que definitivamente se trate de un hecho de características históricas para el peronismo como fuerza política. Es interesante observar como ese ser popular ha surgido en todo el país muy a pesar de sus dirigentes. Vemos por ejemplo instituciones partidarias que emiten documentos que son posteriores a movilizaciones espontáneas de sus propios militantes. Ese pueblo militante parece haber desbordado las segundas y terceras líneas dirigenciales. Con ese espejo nacional: que actitud va a tomar la dirigencia sanluiseña? que va a hacer ese peronismo puntano? va a continuar al margen de la historia grande, para escribir la historia de las migajas?
La oposición ya parece haber definido su posicionamiento. Es el mismo de siempre, los sectores dominantes y conservadores de la patria. Lo exhiben orgullosos y se jactan de su postura cómoda y su discurso vacío de contenido real. Se nos dificulta mucho encontrar en Poggi algo más que saluditos de buenos dias por las redes, conferencias y entrevistas pagas por Cacace en las redes o proyectos delirantes en los concejos deliberantes promovidos por sus dirigentes.
Seguramente esto continuará desarrollándose y vamos a seguir de cerca los acontecimientos. Pero el escenario político provincial no va a permanecer ajeno a lo que pase en el resto del país, de eso si estamos totalmente seguros.
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