"La grieta es democracia y derechos para todxs contra antidemocracia y privilegios para pocxs", cuestionó la nieta de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Además de Estela de Carlotto, había muñecos que simulaban estar ahorcados con fotos de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner, Hebe de Bonafini, Axel Kicillof y Máximo Kirchner, entre otros.
Bárbara Carlotto, nieta de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, calificó este domingo como defensores de la "antidemocracia y privilegios para pocxs" a quienes colgaron este sábado en Plaza de Mayo muñecos con sogas, simulando ahorcamientos, con fotos de los rostros de funcionarios y dirigentes del oficialismo, entre ellos el de la mencionada referente de los derechos humanos.
"La bolsa con la cara de mi abuela no falla nunca en este tipo de movilizaciones. En esta oportunidad simulando una ejecución, un ahorcamiento en una plaza. La grieta es democracia y derechos para todxs / antidemocracia y privilegios para pocxs", escribió Barbara Carlotto en su cuenta de Twitter.
El tuit fue retomado por la diputada nacional bonaerense del Frente de Todos, Victoria Tolosa Paz, quien expresó: "Siempre Estela y Cristina en el podio de los odiadores, pero hay que seguir diciendo que hay una Argentina posible para todxs, en donde el rol del Estado es clave para que no se profundice la desigualdad social. Y seguiremos en este camino".
Más temprano, la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, ironizó en referencia al tema en sus redes sociales: "Esta es la marcha en defensa de la república que encabezó la oposición".
La titular de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura porteña, Victoria Montenegro (Frente de Todos), anunció que solicitará al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires videos para poder identificar a los responsables de colocar los muñecos colgados alrededor de las rejas de la Pirámide de Mayo.
Los muñecos fueron colocados durante la protesta realizada el sábado por la tarde en la Plaza de Mayo, por productores autoconvocados y agrupaciones rurales, con apoyo de dirigentes de Juntos por el Cambio, que pidieron una baja de los impuestos y un menor gasto público.
"Los mueve el odio, siempre. Vamos a pedirle al Gobierno de la Ciudad, organizador de esta marcha, las cámaras para poder dar con los responsables de estas amenazas", indicó Montenegro en Twitter, junto a fotos de la instalación.
Los muñecos tenían pegadas fotos del presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner; Carlotto; la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini; el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el diputado Máximo Kirchner, entre otros.
"La inseguridad nos mata" decía una bandera argentina que acompañaba las figuras que simulaban un ahorcamiento masivo.
La legisladora porteña Claudia Neira (FDT) también se refirió con un tuit a la colocación de los muñecos: "Como no había ningún dirigente agrario en la marcha de hoy y sí había muchos dirigentes opositores, me imagino que serán Larreta y el PRO quienes se harán responsables de esta vergüenza. No es 'el campo'. Son algunos haciendo política".
Durante siglos, ese órgano con forma de cilindro sin salida que mide unos 10 centímetros y está conectado al ciego (la primera porción del intestino grueso) había sido un enigma.
Jacopo Berengario da Carpi, médico italiano, publicó la primera descripción del apéndice en 1521 en su "Commentaria", y lo describió como una pequeña cavidad vacía.
Leonardo da Vinci teorizó que era un lugar para retener el exceso de gas y evitar que los intestinos y el colon explotaran durante los episodios de estreñimiento.
Andreas Vesalius utilizó por primera vez la palabra 'apéndice' en 1543 y lo comparó con un gusano.
El botánico suizo Caspar Bauhin especuló en 1579 que era un receptáculo para las heces de un feto durante la gestación, una especie de miniletrina.
El anatomista italiano del siglo XVIII Giovanni Dominico Santorini creyó que era el hábitat natural para los gusanos intestinales, los cuales necesitaban "un lugar cálido y tranquilo para vivir".
Sin una teoría muy convincente, en su libro sobre la teoría de la evolución "El origen del hombre" (1871), Darwin planteó la hipótesis de que el apéndice en realidad no tenía ninguna función: era un órgano vestigial que había perdido su razón de ser "como consecuencia de cambios en la dieta o los hábitos".
Eso fue probablemente lo que te enseñaron en la escuela.
Pero, ya a mediados del siglo XX, con el desarrollo de herramientas para observar más de cerca nuestros órganos, la idea de que el apéndice no servía más que para inflamarse y poner en riesgo vidas empezó a disiparse.
Y, en el siglo XXI, los científicos han estado descubriendo que está lejos de ser un pedacito sobrante.
En 2007, un equipo del Duke University Medical Center hizo un gran avance cuando descubrieron que el apéndice tenía una rica biopelícula.
Es una capa de bacterias beneficiosas de las que viven en nuestro intestino y nos ayudan a extraer nutrientes y energía de los alimentos. Además, cuando digieren la fibra, producen ácidos grasos de cadena corta que pueden cruzar al torrente sanguíneo y al cerebro para protegerlo.
El misterioso y desdeñado órgano era entonces como un reservorio de esas bacterias, listas para repoblar el intestino si las perdemos, como cuando nos da diarrea o tomamos antibióticos.
Eso era algo que Darwin nunca podría haber adivinado, ya que vivió mucho antes de que los científicos reconocieran la existencia del microbioma humano
Y había algo más.
Unas décadas antes se había descubierto que el apéndice tenía una alta concentración de tejido linfoide asociado al intestino o GALT (por sus siglas en inglés), pero en ese entonces no se sabía que éste ayuda a estimular el sistema inmunológico en caso de un patógeno invasor.
Es decir que, además de ser un lugar de almacenamiento de bacterias, está involucrado en comprender cuándo el intestino está amenazado y cómo responder.
Seis años más tarde, otro estudio del Duke University Medical Center encontró que las personas sin un apéndice tendían a tener un mayor riesgo de una infección bacteriana muy desagradable y peligrosa: Clostridium difficile o C diff.
Pero los científicos también descubrieron algo que los tomó por sorpresa: los antievolucionistas habían aprovecharon sus investigaciones a su favor.
Sin proponerselo, habían refutado algo dicho por Darwin, pero sobre todo, quizás el ejemplo más común citado en los libros de texto y por los educadores como evidencia de la selección natural.
Los científicos, afirmaban los creacionistas, habían demostrado que la teoría de la evolución era inválida.
"Darwin estaba equivocado en que el apéndice era vestigial", concedió, en conversación con la BBC, Heather Smith, profesora de anatomía en la Universidad Midwestern en Arizona, pero aclaró con vehemencia: "Eso no significa que estuviera equivocado sobre sus teorías de la selección natural y nuestra comprensión de la adaptación".
De hecho, sus propias investigaciones han demostrado que, lejos de socavar la teoría de la evolución, el apéndice la confirma.
En 2017, Smith y un equipo de colegas decidieron comparar el apéndice humano con el de 533 especies de mamíferos.
Revelando una historia de más de 80 millones de años, construyeron una filogenia de consenso de mamíferos, que es básicamente un gran árbol genealógico.
Con él se pueden recopilar datos y mapearlos, y eso te permite decir cuántas veces ha evolucionado una característica particular, en este caso, el apéndice.
"Determinamos que el apéndice ha evolucionado alrededor de 30 veces diferentes a lo largo de la evolución de los mamíferos, y eso implica que cumple una función importante, de lo contrario no seguiría apareciendo en la evolución".
En términos evolutivos, si un órgano aparece, permanece y no desaparece, es un buen indicador de que es útil de alguna manera. Más aún si sucede en varios linajes de mamíferos diferentes.
El nuestro apareció en escena hace entre 32 y 20 millones de años, y todavía está ahí, así que este estudio nos dice que el apéndice está haciendo algo importante, aunque aún no sepamos con precisión qué es.
Aquel que fue considerado como un órgano innecesario se ha convertido en foco de varios estudios cuyo objetivo es comprender mejor su función.
Uno de ellos, publicado en julio de 2021 por investigadores del Inserm y el Museo Francés de Historia Natural e inspirado por ese gran árbol genealógico del equipo de Smith, analizó datos en 258 especies de mamíferos y encontró que la presencia del apéndice se correlaciona con una mayor longevidad
Por otro lado, algunas investigaciones de vanguardia muestran que existe una conexión el intestino y el cerebro, conocida como el eje intestino-cerebro.
"Una de las áreas más emocionantes en la ciencia del cerebro y la neurología en este momento es realmente la creciente apreciación de los intestinos y la microbiota intestinal en las enfermedades neurogenerativas", le dijo a la BBC el profesor John Cryan, de la Universidad de Cork, experto en el tema.
En ese área, resaltó el experto en el el eje intestino-cerebro, aunque la investigación aún es ambigua, hay "una cosa está clara: no podemos ignorar el apéndice en relación con la señalización cerebral intestinal".
A pesar de todo esto, hay casos en los que realmente no podemos vivir con el apéndice.
Aunque un número creciente de estudios (entre ellos un metanálisis de investigaciones que incluyó a 404 pacientes pediátricos) ha encontrado que en casos de apendicitis no grave, el tratamiento con antibióticos podría ser tan efectivo como la cirugía, ésta no es a menudo una opción segura.
Un apéndice perforado es una emergencia médica grave que puede matar a las personas, y se debe extirpar un apéndice gravemente dañado o canceroso.
No sólo está comprobado que podemos vivir una vida plena y feliz sin él, sino que nada de esto significa que una apendicectomía realizada en un ser humano para tratar la apendicitis tenga un efecto sobre la longevidad.
La apendicitis a una edad temprana es claramente beneficiosa pues fortalece la educación del sistema inmunológico y le permite combatir cualquier infección posterior con mayor eficacia.
Así que el tratamiento indicado para la apendicitis sigue siendo la apendicectomía.
Lo que la historia reciente de este pedacito de nuestra anatomía nos enseña es que el cuerpo humano es extremadamente complejo y aún nos queda mucho por entender.
* Parte de este artículo está basado en el episodio"The Appendix" de la serie de la BBC "Made of Stronger Stuff"
Científicos dicen haber identificado bacterias en la orina que están relacionadas con el cáncer de próstata agresivo.
El descubrimiento podría proporcionar nuevas formas de detectar e incluso prevenir estos peligrosos tumores, esperan los expertos.
Aunque todavía es demasiado pronto para decir si las bacterias podrían causar el cáncer, en lugar de ser solo un marcador útil.
El equipo de la Universidad de East Anglia que encontró el vínculo planea más estudios para ver si eliminar la infección con antibióticos podría prevenir tumores malignos.
Se sabe que la infección bacteriana desempeña un papel en el desarrollo de otros tipos de cáncer. Por ejemplo, un virus llamado H. pylori puede desencadenar cáncer de estómago; y un ciclo de antibióticos podría eliminar este riesgo.
El cáncer de próstata no siempre pone en peligro la vida: algunos tumores crecen con demasiada lentitud como para causar algún problema, y se pueden dejar solos de manera segura y simplemente controlarlos.
El desafío es diagnosticar y tratar rápidamente a los hombres que tienen tumores agresivos y de rápido crecimiento, mientras evitan que otros reciban un tratamiento innecesario.
Las pruebas actualmente disponibles, como el análisis de sangre PSA y una biopsia, no siempre pueden predecir qué cánceres serán dañinos.
Para este último estudio, publicado en la revista European Urology Oncology, los investigadores estudiaron a más de 600 pacientes con y sin cáncer de próstata para evaluar la utilidad de la prueba bacteriana en la orina.
Identificaron cinco tipos de bacterias que eran comunes en muestras de orina y tejido de hombres cuyos cánceres finalmente se volvieron agresivos.
Todos eran tipos de bacterias que pueden crecer sin oxígeno. Algunos eran tipos completamente nuevos, nunca encontrados hasta ahora.
Dos de las nuevas especies de bacterias encontratas por el equipo han recibido el nombre de dos de los patrocinadores del estudios: Pophyromonas bobii, por The Bob Champion Cancer Trust; y Varibaculum prostatecancerukia, por Prostate Cancer UK.
La doctora Rachel Hurst, miembro del equipo de investigación, dijo que "entre las cosas que aún no sabemos es cómo las personas contraen estas bacterias, si están causando el cáncer o si es una respuesta inmuno deficiente que permite el crecimiento de la bacteria".
"Pero esperamos que nuestros hallazgos y el trabajo futuro puedan conducir a nuevas opciones de tratamiento, que podrían retrasar o prevenir el desarrollo de un cáncer de próstata agresivo. Nuestro trabajo también podría sentar las bases para nuevas pruebas que usan bacterias para predecir el tratamiento más efectivo para el cáncer de próstata de cada hombre con cáncer".
Su colega, el profesor Colin Cooper, quien codirigió la investigación, le dijo a la BBC que estaba muy seguro de que los hallazgos eran reales, ya que habían seguido medidas rigurosas para asegurarse de que no hubiera posibilidad de contaminación mientras realizaban el trabajo de laboratorio.
Dijo que era posible que algunas de estas bacterias produzcan hormonas que impulsen el desarrollo de tumores agresivos.
Sam Godfrey, de Cancer Research UK, añadió que "casi cuatro de cada diez casos de cáncer en el Reino Unido están relacionados con factores de riesgo conocidos, como el tabaquismo y la obesidad. Pero hay otros factores que causan cáncer, como las bacterias, que estamos comenzando a identificar".
"Se necesitan más estudios para establecer cómo estas bacterias están involucradas en el crecimiento del cáncer de próstata, pero esta investigación podría ayudar a generar nuevas herramientas de detección y prevención que ayudarían a reducir el impacto de estos cánceres en la sociedad", concluyó.
Fuente :BBC
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