Una vida agobiada por deudas
La raíz de este trágico desenlace, según las declaraciones de la propia Silva y de su familia, está en las deudas que la suboficial había acumulado. Con un sueldo embargado y pasivos que ascendían a casi 7 millones de pesos, Silva intentaba cubrir múltiples compromisos financieros con préstamos de empresas de microcréditos. A pesar de la ayuda constante de sus familiares, incluidos su padre, su madre y sus hermanos, la situación económica de la suboficial no dejaba de deteriorarse.
En una carta que dejó antes de cometer los asesinatos, Silva mencionó que había tomado todas esas decisiones sola, eximiendo de responsabilidad tanto a Jonathan Funes, padre de Bautista, como a su propia madre. “No quiero que los chicos sean una carga para nadie”, habría dicho, según familiares y las investigaciones policiales.
La planificación del crimen
Los detalles del doble homicidio revelan una fría planificación. De acuerdo con la fiscal adjunta Antonella Romagnoli, Silva utilizó su arma reglamentaria, una pistola Bersa de 9 milímetros, para disparar contra sus hijos mientras estaban acostados en su cama. Antes, había abierto una garrafa de gas, aparentemente con la intención de aumentar las probabilidades de que el plan terminara en tragedia. Los niños murieron por disparos certeros: Bautista fue alcanzado en la cabeza y el pecho, mientras que Sofía también recibió disparos mortales en la cabeza.
A pesar de haber planeado suicidarse tras cometer los asesinatos, Silva no logró quitarse la vida, y fue encontrada en la escena del crimen.
Violencia y conflictos previos con Jonathan Funes
El trasfondo violento de la relación entre Silva y Funes también salió a la luz. Funes fue condenado en 2022 por amenazas y abuso de armas, tras un incidente en el que intentó llevarse a su hijo en medio de una disputa económica. En esa ocasión, Silva lo denunció por agresión, señalando que las tensiones entre ambos eran motivadas, en gran parte, por los problemas financieros que enfrentaban.
Funes, que cumple una condena de dos años en suspenso por esos hechos, estuvo presente en la escena del crimen cuando la Policía lo convocó tras el hallazgo de los cuerpos de sus hijos. “Me dijo que dejaba a los chicos en la escuela y se iba al banco”, declaró, visiblemente afectado por la tragedia.
Un problema financiero que no pudo ser resuelto
El padre de Marina Silva, Diego Silva, reveló que la familia había intentado ayudarla a salir de las deudas. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano. “Le saqué préstamos, le presté la tarjeta y estoy hasta acá de deudas”, mencionó, describiendo la presión financiera bajo la que vivían. Las autoridades, por su parte, han confirmado que la suboficial había adquirido nuevas obligaciones crediticias tan solo tres meses antes del crimen, lo que terminó de ahogar su situación económica.