Viernes, 22 Noviembre 2024

Fútbol femenino: la Selección de Estados Unidos logró la igualdad salarial

Publicado el Miércoles, 23 Febrero 2022 12:52 Escrito por Antonella Bernetti

Tras décadas de lucha, la USWNT consiguió dejar atrás la invisibilidad y la discriminación de género. "Es una victoria para las jugadoras del mundo", manifestaron.

Tras años de lucha, se hizo justicia en el fútbol ante la desigualdad de género y un nuevo hito que marca un antes y un después en el fútbol estadounidense. Las jugadoras de la Selección Nacional de Estados Unidos (USWNT) llegaron a un acuerdo por un total de 24 millones de dólares en su demanda colectiva buscando la igualdad salarial contra la Federación de Fútbol de Estados Unidos (USSF). Al resolverse la petición, habrá un pago global de 22 millones que se distribuirá entre las mismas deportistas.

Cabe destacar que, al mismo tiempo, la U.S. Soccer deberá abonar $2 millones adicionales .alcanzando los 24 millones- a una cuenta común para beneficiar a las jugadoras del seleccionado que se hayan retirado del deporte profesional y también para iniciativas benéficas relacionados con la igualdad en el fútbol. Cada una de ellas podrá solicitar hasta un total de $50.000 de dicho fondo común. Dicho convenio depende que las jugadoras de la USWNT ratifiquen un nuevo Acuerdo de Negociación Colectiva (CBA) y cuando esto ocurra, se aprobará lo manifestado por el Tribunal de Distrito.

Al mismo tiempo, la USSF se comprometió a proporcional una tasa salarial igualitaria en el futuro para ambas selecciones -tanto femenina como masculina- de cara a los amistosos, diferentes torneos y, principalmente, la Copa del Mundo. Una de las grandes problemáticas, por ejemplo, era la desigualdad en las bonificaciones tras los mundiales disputados. "Pensé que llegaríamos a este punto, al 100%. Pensé que ganaríamos todo el tiempo en esto. Esta es una victoria para nosotras", dijo la capitana y referente máxima del equipo, Megan Rapinoe. Y remarcó:

 "Es una victoria para las jugadoras de la próxima generación, para todas las jugadoras del mundo".

Además, la mejor jugadora del mundo, que también es un símbolo de la comunidad LGTBI+, manifestó que la única justicia real es que "nunca vuelva a suceder" dicha desigualdad en el mismo deporte. "Con el arreglo de las condiciones de trabajo y este arreglo que depende de un contrato colectivo de trabajo que tendrá el mismo salario en el futuro, no hay otra forma de verlo que solo una victoria monumental para los deportes femeninos y el futbol femenino en particular", sostuvo en diálogo con ESPN OL Reign. Desde el sindicato de jugadoras (USWNTPA) también celebraron la resolución lograda, calificándola como "un paso importante para corregir errores del pasado". Al mismo tiempo felicitaron a las deportistas por su éxito en una lucha que se vio atravesada por la discriminación de género desde la Federación y que se extendió durante décadas. "Queda mucho trabajo por hacer", remarcaron.

Más allá de la lucha de las jugadoras, también fue clave el papel de la opinión pública. Durante la final de la Copa Mundial Femenina de Francia 2019, conseguida por los Estados Unidos (venció por 2-0 a Holanda), se escucharon cánticos a favor de la igualdad salarial que pusieron en jaque a la propia federación. Los pedidos siguieron tras el título conseguido. Dichas quejas se dieron en el mismo momento en el que las jugadoras de la Selección Argentina, comandada por referentes como Estafanía Banini y Florencia Bonsegundo, alzaron la voz pidiendo ser escuchadas y por primera vez, dejar atrás la invisibilidad transformándose en una prioridad para la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en el inicio de un proceso que terminó con la semi-profesionalización de los torneos femeninos en el país. 

La demanda de la USWNT: una lucha con décadas de historia

En un principio las jugadoras de la Selección de Estados Unidos buscaban un total de 66,7 millones de dólares en pagos retroactivos. Las 28 futbolistas presentaron la demanda en marzo del 2019, donde acusaron a la USSF por ejercer "discriminación de género institucionalizada". Este pedido se presentó bajo la Ley de Igualdad Salarial y el Título VII de la Ley de Derechos Civiles. Los objetivos fueron la Igualdad de salario y mejora en las condiciones de trabajo. Antes de esto, en 2016, cinco jugadoras y referentes -Megan Rapinoe, Alex Morgan, Carli Lloyd, Becky Sauerbrunn y Hope Solo- también denunciaron la discriminación salarial.

La solicitud tomó mayor visibilidad en marzo del 2020 cuando se hizo pública una presentación legal de la USSF. En ella, desde el ente señalaban que las jugadoras "no realizan el mismo trabajo" que los hombres y que la habilidad para jugar al fútbol estaba influenciada por "ciertos atributos físicos" que tenían los hombres y no las mujeres. Allí fue cuando Carlos Cordeiro, presidente del ente regulador, renunció y fue reemplazado por Cindy Parlow Cone. Dos meses después, el juez del Tribunal de Distrito -Gary Klausner- desestimó el pago igualitario; algo que lógicamente generó la apelación de las deportistas.

Es importante destacar que los sindicatos del fútbol masculino y femenino están separados. Por lo tanto, en el caso de las mujeres, hay un sistema "híbrido" en el que 16 jugadores cuentan con contratos a tiempo completo. A ellas se les paga siempre, aunque estén lesionadas o no sean convocadas y reciben beneficios como licencias por maternidad. ¿Y las restantes? Se denominan "jugadoras sin contrato" y se les paga solo cuando son convocadas al seleccionado nacional, no contando con ningún beneficio. Como puede observarse, las desiguladades también están presentes en el propio sindicato.

Al mismo tiempo, el principal foco se puso en la diferencia entre ambos casos: por jugar en el equipo masculino y participar en un Mundial, cada jugador recibe más de 67 mil dólares; mientras que las mujeres ganan poco más de 35 mil dólares. Lo mismo ocurre con las victorias: si la selección masculina triunfa ante una potencia -primeros 25 equipos del ránking FIFA- obtiene una importante bonificación superior a 9 mil dólares por jugador y si pierde, el número baja un pequeño porcentaje; en el caso de las mujeres: si ganan, la cifra es un 44% menor y si pierden, no reciben absolutamente nada. Es decir, por triunfar las mujeres reciben lo mismo que cuando sus pares masculinos ven la derrota.

De ganar la Copa del Mundo, la ganancia de las mujeres es un 75% menor. Lo insólito de esto último es que el seleccionado masculino no tiene ningún tipo de peso en la competencia más importante a nivel selecciones pero la USWNT es la máxima ganadora en lo que refiere al femenino: con cuatro títulos conseguidos, un subcampeonato y tres terceros puestos. El Mundial del Fútbol Femenino tiene tan solo ocho (8) ediciones. Es decir: siempre estuvo en el podio. 

La desigualdad está a la vista. La FIFA le otorgó un premio de más de 32 millones de Euros a la Selección Masculina de Francia por ganar el Mundial de Rusia 2018. En cambio, a la Selección Femenina de los Estados Unidos, que consiguió el mismo objetivo, accedió a solo 3,4 millones de euros.  El colmo se vio al comparar al seleccionado de hombres de EE.UU. Los varones estadounidenses quedaron eliminados en octavos de final del Mundial 2014 en Brasil. Por su magra actuación recibieron 4,5 millones; mientras que sus homólogas femeninas, al año siguiente,  solo tuvieron 1,45 millones por salir campeonas en Canadá 2015.

La diferencia sigue siendo abismal. Por eso, destacar lo conseguido por la USNWNT es clave para que sea tan solo el inicio de una serie de cambios que le den al fútbol femenino: reconocimiento, visibilidad, igualdad y condiciones de trabajo justas en un mundo, todavía, demasiado injusto.

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