Según el vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, más del 60% de los trabajadores universitarios se encuentran en situación de pobreza, una cifra alarmante que ha encendido las alarmas en el ámbito académico.
El conflicto entre las universidades y el Poder Ejecutivo por la ley de financiamiento del sector educativo volverá a manifestarse en las calles el próximo miércoles. La comunidad universitaria exige que el gobierno no vete la ley sancionada por el Congreso, la cual prevé un incremento en los fondos destinados a las universidades nacionales, tanto para cubrir gastos operativos como para mejorar los salarios.
Yacobitti expresó que la situación es crítica: “Hoy más del 60% de los trabajadores de la universidad, en todas sus categorías, están por debajo de la línea de pobreza”. Como ejemplo, mencionó el caso de un profesor adjunto con dedicación exclusiva que, pese a trabajar ocho horas diarias, cobra apenas $840.000 pesos en mano.
Esta pérdida del poder adquisitivo está afectando directamente la calidad educativa, ya que muchos trabajadores se ven obligados a buscar otros empleos, lo que reduce su dedicación a la universidad. Algunos docentes optan por ofertas en universidades privadas o en el extranjero, lo que agrava la fuga de talento.
En la Facultad de Ciencias Veterinarias, por ejemplo, 48 profesores renunciaron recientemente en busca de mejores salarios, lo que representa un 10% de la planta docente.
Un ajuste sin precedentes
El vicerrector también denunció que los sueldos docentes y no docentes han perdido un 50% de su valor en los últimos meses. A pesar de que el Gobierno reconoce esta pérdida, ha decidido mantener su postura de vetar la ley de financiamiento universitario.
Según un análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso, con solo el 0,14% del PBI se podría cubrir la actualización de los gastos de las universidades y recomponer los salarios. Sin embargo, el gobierno de Milei insiste en que mantener el equilibrio fiscal es prioritario.
A pesar de las tensiones, la comunidad universitaria sigue firme en su defensa de la educación pública, mientras el país se prepara para la marcha que promete ser una de las más importantes en los últimos años.