Isaías Suárez, Rodrigo Chilote y Jonathan Moareno, acusados del crimen, enfrentan cargos que podrían condenarlos a prisión perpetua si son hallados culpables.

Jesús Muñoz, de 28 años, perdió la vida en un intento de robo violento en el barrio Mil Viviendas de Villa Mercedes. Aquella noche de verano, Jesús había llegado con su novia en su motocicleta a una plazoleta del barrio. Tres delincuentes los abordaron con la intención de robarles.

Según la reconstrucción de los hechos, los acusados se desplazaban en otra motocicleta. Rodrigo Chilote fue el primero en acercarse a la novia de Jesús, exigiéndole sus pertenencias, mientras que Jonathan Moreno lo apoyaba con un cuchillo y Suárez se mantenía como conductor. Jesús, intentando proteger a su pareja, le pidió que huyera para buscar ayuda, enfrentándose a los atacantes.

En inferioridad numérica, Jesús fue golpeado con un casco, recibió puñetazos y patadas, hasta que Moreno lo apuñaló en el brazo y el corazón. La agresión terminó cuando los delincuentes lograron robar su moto y su celular, escapando rápidamente del lugar.

Las investigaciones, lideradas por los fiscales José Olguín y Marcelo Palacio, se basaron en múltiples pruebas que apuntaron a los tres jóvenes. Las cámaras de seguridad captaron a los imputados en motos huyendo hacia el sur de la ciudad. Además, el sistema de geolocalización del celular de la víctima permitió rastrearlo hasta una vecina de los acusados, quien confesó haberlo adquirido de Moreno y lo entregó al enterarse de que pertenecía a Jesús.

Durante los interrogatorios, los acusados se culparon mutuamente, lo que reforzó las hipótesis de la Fiscalía.

El juicio, que comienza este lunes, será presidido por el Tribunal conformado por los jueces Virna Eguinoa, Daniela Estrada y Sebastián Cadelago Filippi. La acusación estará a cargo del fiscal Ernesto Lutens, mientras que la defensa será asumida por Rocío Mediavilla y Javier Quiroga.

Los cargos que enfrentan Suárez, Chilote y Moreno son por “Homicidio criminis causa en concurso real con robo calificado por el uso de arma, en poblado y en banda”, un delito que prevé prisión perpetua como única condena posible en caso de ser declarados culpables.

Los padres de Jesús, María Esther Escobar y Cristian Muñoz, han sido contundentes en su reclamo: desean que los tres acusados reciban la misma pena máxima. “Queremos que nunca más vuelvan a salir y que no le arrebaten la vida a otra persona como hicieron con nuestro hijo”, expresaron.