Viernes, 22 Noviembre 2024

Cómo fue que Pennie Smith convirtió a los Clash en íconos

Publicado el Miércoles, 21 Septiembre 2022 13:00 Escrito por

Fotografió a las estrellas más grandes. Pero con los Clash ella hizo ‘click’. Pennie Smith revive una explosiva gira por los Estados Unidos, y revela cómo sacó «la mejor foto de rock».

Por Rob Walker para theguardian.com 

Pennie Smith estaba parada a menos de dos metros cuando Paul Simonon, bajista de los Clash, dejó hecho pedazos su bajo sobre el escenario del Palladium de New York. Ella llevaba dos semanas de gira con la banda, fotografiando su segunda gira por Estados Unidos, pero siempre se quedaba del otro lado del escenario, cerca del guitarrista principal, Mick Jones.

Esa noche, para variar, cambió de lado y recuerda que Simonon giró de repente hacia ella.

-Él estaba de re mal humor -dice ella- y él no era así.

Ella hizo un paso para atrás para enfocar mejor su Pentax de 35 milímetros… y entonces se desató el infierno. Simonon, furioso, levantó su Fender Precision como un hacha, le dio la espalda al cantante Joe Strummer y lo bajó hasta estrellarlo.

-Esa toma no fue una elección -dice Pennie-. Mi dedo simplemente actuó.

La fotografía inmortalizó la furia de Simonon en un blanco y negro granulado. Fue una reacción emotiva -dijo después él- ante un público neoyorkino rígido, que estuvo sentado toda la noche en sus asientos y no se movía.

-En realidad no se alcanza a ver que sea Paul -dice Pennie-. Pero creo que esa es la gracia.

Al otro día, en el micro de gira, Strummer eligió la imagen para la tapa de London Calling, el disco de 1979 que resultaría ser la obra maestra de los Clash: un clamor exuberante que sigue siendo considerado uno de los discos más influyentes de todos los tiempos. Su hábil mezcla de punk, reggae, blues y rockabilly, con letras que Strummer rara vez pudo superar, fue citado por todos (desde U2 hasta SpringsteenNirvana y los Beastie Boys) como un momento trascendental.

-Son la banda que cambió todo -dijo recientemente Chuck D, revelando que los Public Enemy pretendían ser un equivalente rapero de los Clash.

La imagen de Smith se volvió una instantánea de la época… y de algo más grande. En 2002, la revista Q la declaró la mejor foto de rock de todos los tiempos, por capturar el momento definitivo: la pérdida total de control. Pero en ese momento, Pennie despotricó:

-Yo decía «está totalmente fuera de foco, ¡no va a servir!». Pero Joe no lo aceptaba. Decía «Ésa es la foto». Así que pensé «Bueno; no voy a discutir. Es tu disco de mierda, ya fue».

Pennie piensa que su atractivo perdurable, se debe a la sensación de «desasosiego adolescente» que capturó.

-Podría ser cualquiera que pierde los estribos -dice-. Estoy contenta de haberla sacado, pero medio que es un peso sobre los hombros. Sigue apareciendo para pegarme en la nuca. A veces amigablemente, pero otras veces me fastidia.

Smith está en su oficina de Londres, que hace las veces de librería de usados. Es parte de una vieja estación de trenes remodelada: la parada de subte ahora en desuso Osterley y Spring Grove, de la línea Picadilly. Bajando la escalera, todavía se puede ver la plataforma desierta.

-Hace añares que estoy acá -dice-. Es re linda y tranquila.

Pennie Smith de gira con los Clash en Japón, 1982.

Pennie no es fanática de las entrevistas, pero habla porque ahora hace 40 años que los Clash publicaron London Calling, y el Museo de Londres presenta una muestra centrada en las fotos de Smith. Una de las fotógrafas de rock más prolíficas del último medio siglo, Pennie capturó a todos, de Bowie a Blondie, de los Rolling Stones a los Stone Roses, pero raramente exhibe su trabajo. No le ve el sentido.

-Es una pérdida de tiempo -dice-. E involucra mucho ego.

Pero hizo una excepción por los Clash.

-Paul, Mick, Tops y yo, somos todos locos por la historia -dice ella.

«Tops» es el baterista Topper Headon, a quien la banda bautizó así por su parecido con el Mono Mickey de la historieta Topper. De hecho, Pennie habla de los Clash como si fueran sus hermanos: durante siete años de locura, eso parecían.

-Teníamos la misma mentalidad -dice.

En 2002, cuando Strummer murió de repente, Smith fue una de las primeras personas en recibir la llamada.

-Simplemente fue horrible -recuerda.

Pennie no quiere hablar de eso, y debatir sobre su obra tampoco es algo que la haga sentir cómoda. Una de las razones por la que se llevó tan bien con la banda -dice-, es porque ella no habla tanto. No cuenta historias. Pero sí me lleva hasta el comienzo: los Clash tocando en el Instituto Real de Arte, en Londres.

Era noviembre de 1976 y Pennie tenía 27. Como fotógrafa freelance de NME, le habían pedido cubrir el reci. Ella recuerda que tenía gripe y no se sentía en condiciones. Algo le hizo cambiar de parecer -dice-. Quizás el instinto. Así que apareció -quejándose- por el camarín de la banda, sacó fotos durante 10 minutos y después se las tomó. No le importó el reci.

Con gripe o sin gripe, esa era la característica de Smith. Nunca le copó particularmente el rock, y ahora tampoco. Lo que le gustaba capturar (paradójicamente, si pensás en su toma más famosa), eran «los momentos tranquilos, fuera del escenario».

Su primer trabajo en NME fue una sesión de fotos para Alice Cooper. No solamente no sabía nada del «padrino del shock rock»: nunca había abierto un periódico musical.

-Yo no sabía que las bandas se paraban en formaciones como los equipos de fútbol -dice.

En cambio, capturó a Cooper tomando una taza de té. A NME le encantó e imprimió las imágenes completas, sin recortes. Pegaba con una nueva era de la historia del periódico y Pennie Smith estaba en el centro.

-Le decían a todos que salieran a la calle, persiguieran algo que los movilizara y escribieran sobre eso o sacaran fotos de eso. No pagaban bien, pero nos encantaba. Todos se copaban con todo.

Pronto empezó a hacer fotos de tapa; casi todas las semanas.

Alice Cooper

Los Clash la querían conocer. Ella cree que el reci en el Instituto Real de Arte fue una especie de prueba. Directamente después de eso, Strummer la llamó por teléfono y le preguntó si podía sacar más fotos.

-Había aprobado -dice ella.

Después de eso, Pennie fotografió a la banda con frecuencia, y cuajaron de una manera que ella nunca había experimentado con otros grupos.

También trabajaba con los Jam y, en un momento, ellos le pidieron que trabajara full-time. Pero a Smith, Paul Weller y su banda le resultaban demasiado cohibidos frente a la cámara. Eran como recortes rígidos de cartón, posando en un casamiento.

-Se paraban como patriotas, hombro con hombro en cada foto -dice.

The Jam

Los Clash, por lo contrario, eran «tangibles». Parecían más relajados y tenían «mejor presencia». Se abrazaban, se agarraban de los hombros, paveaban. Ella sigue prefiriendo fotografiar bandas así.

-Por lo general son ligeramente pretenciosos; definitivamente inconformistas. Simplemente necesito un poco de emoción.

Pennie tuvo un problema similar con los U2, que también le pidieron que fuera su fotógrafa permanente.

-Entré a la sala, hice una toma y sentí que había una pared de vidrio entre nosotros. Simplemente no funcionó. Estaban parados contra una pared. Les saqué fotos y parecían gente parada contra una pared. No pude conseguir que pasara algo mental o físicamente con ellos.

En cuanto a Morrissey, ella recuerda un desacuerdo que tuvieron por una sesión para una revista. Pennie siempre usaba blanco y negro, pero a pedido del cantante, usó un rollo a color. Morrissey se quejó de que no le gustaban las imágenes porque «parecía que estaba usando demasiado maquillaje». Las fotos nunca se publicaron en la revista, pero después aparecieron en la tapa de su single nuevo.

Ella también recuerda un distanciamiento con Debbie Harry. La cantante de Blondie estaba furiosa cuando Smith apareció inesperadamente en un rodaje de videoclip, en Londres. Sin embargo, la situación se calmó más tarde, a la noche, cuando Pennie fotografió a la cantante en la cama, abrazando a Chris Stein, guitarrista y novio de ese entonces.

-Esas funcionaron de diez -dice ella.

Pero con los Clash nunca había malos ratos. La banda la hacía reír constantemente, y cuando ella levantaba la cámara, confiaban totalmente.

-Por eso funcionaba.

Así que cuando Strummer le pidió que fuera a EE.UU., no lo pensó dos veces. A esa altura, ella estaba consolidada como fotógrafa estrella de NME y necesitaba un nuevo desafío.

Desde entonces se han escrito resmas completas sobre su toma de London Calling (un crítico dijo «Jackson Pollock y Willem De Kooning reviven en esa tapa»), pero otras fotos de ese viaje son las que rankean entre las favoritas de Smtih. Las que le sacó a Simonon: fumando en un desarmadero y sentado en un auto y con «un poco de cara de culo». También menciona cuando capturó a Jones parado junto a un poste de luz, en una húmeda New York.

-Simplemente un día tranquilo -recuerda ella-. Era impresionante sentarse en ese micro y ver los Estados Unidos desenroscarse frente a vos.

Simonon había armado casetes de temas a medida para la llegada a cada nueva ciudad, abarcando desde rock y reggae a rockabilly y ska. Música que iba a alimentar a London Calling. La primera parada obligada siempre era una feria americana, donde la banda buscaba sombreros, prendas y material para los shows. No tenían estilistas, como las bandas actuales, dice Smith. Hacían todo ellos mismos.

-Ahora es todo cuidado y seguro -dice-. No hay espontaneidad ni peligro. Creo que la gente debería ser más sucia, tener un poco más de gérmenes; salir a explorar.

Nuestra conversación deriva de nuevo a esa noche en New York, hace 40 años. Después de la presentación, Simonon le dio a Pennie su reloj, con el vidrio hecho añicos. Él sabía que la pulsera del reloj de ella estaba rota y le pareció que la podía reemplazar. Ella todavía tiene el reloj, con las manecillas marcando las 10:50. El museo se lo pidió para la muestra, pero Smith dijo que no. No esta segura por qué. Algo que ver con que es muy personal, incluso más conmovedor que la foto, que ella ya no siente suya.

Le sugiero que tal vez lo está guardando para el 50º aniversario, dentro de diez años.

-A esa altura vamos a estar todos muertos -dice-. ¿Por qué creés que hacen todo esto ahora?

—–

La muestra «The Clash: London Calling» está desde hoy en el Museo de Londres.

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