La gente ha vivido durante mucho tiempo con el dicho de que "los opuestos se atraen".
Se dice que el introvertido se enamorará del extrovertido, o el chico malo de la estudiante sobresaliente. Es una creencia alojada en la cultura popular desde hace mucho tiempo.
Mientras para muchos es una verdad que aceptan rápidamente, e incluso dan ejemplos de su propia vida, varios investigadores han desacreditado la idea a lo largo de los años.
"La investigación es bastante clara: en realidad no es cierto", dice el psicólogo clínico Ramani Durvasula, un experto en relaciones tóxicas.
"Aquellas personas que comparten intereses, carácter y todo eso tienden a ser más propensas a tener citas románticas".
De hecho, varios estudios han demostrado que los amigos y las parejas románticas tienden a compartir creencias, valores y pasatiempos básicos. Que las personas tienden a sentirse atraídas o confiar en aquellas con características físicas similares. Y algunas investigaciones sugieren que las personas se decantan por otras personas con personalidades similares.
También hay evidencia que sugiere que los opuestos se repelen, particularmente en torno a puntos de vista y valores.
Y en un clima social, político y cultural cada vez más dividido en el mundo, es posible que sea todavía menos probable que nos enamoremos de alguien que piensa muy diferente a nosotros.
Factores como las redes sociales indican que se está volviendo mucho más fácil para las personas concertar citas con otras personas con ideas afines, lo que deja la idea de que "los opuestos se atraen" más obsoleta que nunca.
Es difícil precisar exactamente el origen del dicho "los opuestos se atraen", pero el sociólogo estadounidense Robert F. Winch lo sugirió en un artículo de 1954 en la American Sociological Review.
Su investigación se centró en las "necesidades complementarias en la selección de pareja": la idea de que las personas buscaban a quienes tuvieran ciertas cualidades de las que carecían (como el introvertido que elige al extrovertido, tal vez como una forma de que el introvertido se beneficie de la influencia del extrovertido).
Sin embargo, inmediatamente después de la investigación de Winch, otros científicos comenzaron a sacar conclusiones diferentes.
Menos de una década después, otro investigador de psicología social de Estados Unidos, Donn Byrne, desafió la hipótesis y planteó que "un extraño que se sabe que tiene actitudes similares a las del sujeto es más querido que un extraño con actitudes diferentes".
"Ese fue el comienzo", dice Angela Bahn, profesora de psicología en Wellesley College, EE.UU. "Desde entonces, ha habido evidencia muy fuerte y generalizada de atracción por similitud".
Bahn identificó esto en su propio estudio de 2017, en el que los investigadores conocieron a parejas en espacios públicos estadounidenses. Observaron que la similitud entre los pares fue estadísticamente significativa en "86% de las variables medidas", incluidas actitudes, valores, actividades recreativas y uso de sustancias.
Más específicamente, las parejas de amigos y parejas románticas coincidieron en las actitudes sobre el matrimonio homosexual, el aborto, el papel del gobierno en la vida de los ciudadanos y la importancia de la religión.
Aun así, hay muchas razones por las que puede parecer que los opuestos se atraen, como las diferencias superficiales que hacen que las personas parezcan más opuestas de lo que realmente son.
Un "contador cuadrado" y un "artista desinhibido", por ejemplo, pueden parecer una pareja antitética, sugiere Durvasula, pero "sus valores, ya sea en torno a la familia o la ideología política", probablemente serán similares.
Curiosamente, la personalidad sigue siendo un área donde las conclusiones son menos sencillas.
En el estudio de Bahn, por ejemplo, las parejas mostraron "niveles más bajos de similitud" en la personalidad, específicamente en lo que se conoce como los "cinco grandes": apertura, escrupulosidad, extroversión, amabilidad y neuroticismo.
Bahn explica que, por ejemplo, "dos personas que son muy dominantes no van a trabajar bien juntas, por lo que esa es el área donde la complementariedad, que puede considerarse como 'los opuestos se atraen', es mucho más común".
Pero otro estudio de 2017 realizado por Youyou Wu, profesor de psicología social del University College London, arrojó hallazgos diferentes.
Al observar los perfiles de Facebook de aproximadamente 1.000 parejas y 50.000 pares de amigos, Wu y sus colegas mostraron que "existe una similitud más fuerte que la que se encontró anteriormente... para los cinco rasgos de personalidad" entre los pares: una indicación más de que los opuestos pueden no atraerse.
Lo anterior no quiere decir que las personas con valores y puntos de vista polarizados no encuentren el éxito juntos.
Sucede, por supuesto, y puede haber beneficios en el desacuerdo, o incluso en la oposición fundamental en las parejas.
Ipek Kucuk, de 29 años y radicada en París, experta en citas y tendencias en la aplicación de citas Happn, dice que recientemente pasó de salir con una persona con la que"estaba de acuerdo en todo" a con alguien que tiene perspectivas alternativas sobre temas candentes como la vacunación y la religión.
"Antes de romper con mi ex, no sabía lo aburrida que estaba", dice Kucuk. "Si bien fue una montaña rusa de conversaciones con mi pareja actual, porque me impactó con algunas de sus opiniones, realmente me hizo crecer… ampliar mis perspectivas. Realmente aprecio eso".
Sin embargo, Kucuk dice que tiene ciertas creencias que debe compartir con su pareja, como el feminismo y el apoyo a los derechos LGBTQ. Y muchos otros parecen tener la misma preferencia.
En un ejemplo, las menciones de "Black Lives Matter" (BLM) aumentaron 55 veces en 2020 en la aplicación de citas Tinder, lo que indica que las personas no estaban dispuestas a comprometerse con parejas que no compartían sus convicciones más importantes.
Después de que OkCupid lanzó una insignia que los usuarios podían poner en sus perfiles para mostrar su apoyo a BLM, los usuarios que incluían la insignia tenían dos veces más probabilidades de coincidir con otros usuarios que la tenían, le dijo un representante de OkCupid.
La enorme influencia cultural de las redes sociales y sus algoritmos,que conectan a personas con creencias similares, puede estar empujando a las personas aun más hacia aquellos que comparten los mismos puntos de vista y actitudes.
Como explica Wu, varias aplicaciones de citas recomiendan personas en sus redes sociales, o basándose en los "me gusta" compartidos en Facebook o seguidores en Twitter.
"Es fácil conectarse con personas con las que se está de acuerdo en internet", dice Bahn. "Los algoritmos en las plataformas de redes sociales nos muestran cosas con las que creen que ya estaremos de acuerdo".
En 1876, un joven Sigmund Freud llegó a Italia con la esperanza de resolver una gran incógnita que se cernía sobre los científicos de Europa.
"Todas las cuestiones importantes (...) han sido resueltas", había dicho el biólogo alemán Max Schultze en su lecho de muerte dos años antes, "excepto la cuestión de la anguila".
Esa cuestión era un misterio milenario: ¿cómo diantres se reproducían esos peces tan abundantes en las aguas dulces y en las mesas europeas?
La pregunta requería una respuesta porque su ausencia no sólo hacía tambalear los fundamentos de la biología moderna sino los del método científico mismo.
El problema era que nunca nadie las había visto copulando ni engendrando; no había reportes de huevos ni recién nacidos. ¡Ni siquiera parecían equipadas para reproducirse!
Es por eso que Freud, quien entonces tenía 20 años, había sido enviado por Carl Claus, su profesor de Biología y Darwinismo en la Universidad de Viena, a la estación de investigación de biología marina en Trieste.
Ahí diseccionó 400 anguilas en busca de lo jamás antes encontrado: sus testículos.
La historia sexual de la anguila había sido causa de perplejidad desde la Antigüedad.
El acertijo había seducido hasta al gran filósofo, polímata y científico griego Aristóteles.
Buscó en vano los órganos reproductores y resolvió que "la anguila no es ni macho ni hembra y no puede engendrar nada".
Dado lo cual, concluyó el filósofo, era una de las pocas criaturas que no debían su existencia a la reproducción sexual sino a la generación espontánea.
Así como las moscas emergían del estiércol, las anguilas "se generan espontáneamente en el lodo y en la tierra húmeda".
Otros escritores antiguos siguieron la línea de pensamiento de Aristóteles.
En "El banquete de los eruditos", de Ateneo de Náucratis, se nos dice que las anguilas se entrelazan y descargan una especie de fluido viscoso de sus cuerpos que se queda en el barro y genera criaturas vivientes.
El filósofo natural romano Plinio el Viejo (23-79 d.C.), por su parte, explicó que las anguilas se frotaban en las rocas y las partículas raspadas cobraban vida.
Siglos después, Izaak Walton (1593-1683), en su libro "The complete angler" recogió, además de esas, otra respuesta más poética al acertijo.
Contó que algunos aseguraban "que las anguilas nacen de un rocío especial que cae en los meses de mayo y junio en las orillas de algunos estanques o ríos en particular (aptos por la naturaleza para ese final) que en pocos días el calor del Sol convierte en anguilas".
La creencia de que las anguilas existían sin necesidad de la sexualidad se arraigó en la imaginación europea y las hizo muy populares en la Cuaresma.
En esos 40 días del calendario cristiano dedicados a la purificación e iluminación interna en preparación para la Pascua de Resurrección, los deseos sexuales debían suprimirse.
Se pensaba que comer carne, en sí misma producto de la unión sexual, llevaba a la lujuria pero que el pescado no excitaba la líbido de la misma manera.
Entre las criaturas acuáticas, las asexuadas anguilas eran el plato ideal.
La teoría de la generación espontánea de las anguilas se mantuvo en la ciencia occidental y árabe como la más plausible, aunque empezó a ser cuestionada en el Renacimiento.
Sin embargo, fue sólo en el siglo XVII que se le asestó un duro golpe.
Por medio de un experimento en el que puso carne en recipientes sellados y abiertos, el naturalista italiano Franchesco Redi comprobó que en ambos había putrefacción, pero en los primeros no aparecían ni moscas ni gusanos.
Con la ayuda del recientemente inventado microscopio se despejaron las dudas: la carne de los animales muertos no engendraba vida; los animales depositaban huevos en ella; los insectos no nacían por generación espontánea.
Pero las anguilas no eran insectos y, a pesar de que desde hacía tiempo se consideraba absurda, hasta que no se hallara otra, la ciencia no se liberaría de la sombra de la teoría de Aristóteles.
En 1777 un italiano llamado Carlo Mondini localizó por fin los ovarios en una anguila particularmente grande, pero la búsqueda de sus testículos siguió frustrando a muchos investigadores.
Parte de la razón es el hecho de que las anguilas no los tienen por la mayor parte de sus vidas.
Solo desarrollan ovarios y testículos obvios cuando parten en un viaje sin regreso hacia el sexo y la muerte, en el que dejan las aguas dulces de Europa para nadar en las saladas del océano.
En esa asombrosa transformación, sus intestinos se disuelven en grasa para almacenar energía, sus ojos se agrandan para adaptarse a la penumbra del fondo del mar, y su color amarillo se torna en plateado oscuro, para pasar desapercibidas por los depredadores.
Nada de esto lo sabríamos de no ser porque en el siglo XIX, los científicos estaban obsesionados con encontrar una explicación más sensata que la de las autoridades clásicas.
Fue por eso que Freud se esforzó tanto en encontrar los testículos de las anguilas. Y parece que los encontró, o al menos eso dijo en el informe que escribió a su regreso a Viena. Lo extraño fue que ni él, ni nadie más en su universidad, hicieron alarde de ello y dado que el hallazgo los habría cubierto de gloria, lo que quedó de su viaje fue un misterio más.
Pero 20 año después de las pesquisas de Freud hubo un avance clave: el descubrimiento de que una extraña criatura marina llamada Leptocephalus brevirostris era de hecho la forma larvaria de la anguila.
El científico italiano Giovanni Grassi resolvió el asunto en 1896 cuando logró criar un leptocéfalo en un acuario y lo vio convertirse en anguila.
Hoy sabemos que el ciclo de vida de las anguilas consta de cinco etapas: larvas leptocéfalas, angulas, angulones, anguilas amarillas y anguilas plateadas.
Pero sus diferencias físicas son tan grandes y su hábitat tan distante que hasta ese momento los naturalistas europeos pensaban que las leptocéfalas y las angulas eran animales distintos a los angulones y las anguilas amarillas.
En 1904 un investigador danés llamado Johannes Schmidt decidió averiguar qué sucedía entre el momento en que las anguilas maduras desaparecían de las aguas europeas y llegaban las crías.
Tras años de investigación marina, en 1922 reveló triunfante ante la Royal Society de Londres su sorprendente descubrimiento.
No había podido ver a las anguilas apareándose pero encontró las larvas más pequeñas, y por lo tanto el lugar de desove más probable para todas las anguilas europeas, muy lejos de su hábitat… ¡a 6.500 kilómetros de la costa occidental de Europa!
Su lugar de nacimiento, apropiadamente para una criatura tan misteriosa, era el Triángulo de las Bermudas.
Todas las anguilas de agua dulce europeas (Anguilla anguilla) -la misma especie se encuentra en el Cercano Oriente y partes de África-, así como todas las de América del norte (Anguilla rostrata), se reproducen en el Caribe. *
En el pico de la temporada anual de ciclones, miles de diminutas larvas transparentes, con forma de hojas de sauce, salen del mar de los Sargazos y nadan durante tres años, a gran profundidad, a través del Atlántico.
En las aguas costeras europeas se convierten en 'anguilas de cristal' semitransparentes.
Luego se tornan en angulas -anguilas en miniatura- que ascienden ríos y arroyos. Sus vientres se vuelven dorados y, viajando de noche, pueden arrastrarse por la hierba húmeda, escalar obstáculos y excavar en la arena para llegar a lagos y estanques aislados.
Van en busca de un lugar seguro en el cual empezar una etapa de su vida que puede durar varias décadas hasta que sus vientres se tornan plateados y, en las tormentosas noches de invierno, emprenden su épico viaje de retorno a su lugar de origen.
Con el tiempo, se han ido poniendo en su lugar más piezas de este rompecabezas pero, en pleno siglo XXI, aún hay pasajes muy borrosos en la misteriosa de vida de las anguilas.
Y por más que se ha intentado, todavía nadie las ha visto copular. Los discretos peces siguen guardando sus secretos.
*Hay muchas otras especies de anguilas en el mundo, algunas viven en agua dulce, otras en el mar y otras pasan parte de su vida en cada una, que no desovan en los Sargazos.
Fuente : BBC
La edición del sello Resonance de "Morning Glory" e "Inner Spirit", dos discos en vivo de Bill Evans de 1973 y 1979, registrados en sus dos únicas visitas a la Argentina, refresca en los fans locales aquellos inolvidables días que permitieron apreciar en toda su dimensión el arte del genial músico.
La festejable edición del sello estadounidense Resonance de "Morning Glory" e "Inner Spirit", dos discos en vivo de Bill Evans de 1973 y 1979, registrados respectivamente en los teatros porteños Gran Rex y San Martín en sus dos únicas visitas a la Argentina, refresca en los fans locales aquellos inolvidables días que permitieron apreciar en toda su dimensión el arte del genial músico y dejaron un sinfín de anécdotas que le confirieron a esos conciertos una mística inigualable.
Un show a las diez de la mañana que confundió al público, audiencias plagadas de célebres músicos locales, un concierto en San Nicolás en un teatro semivacío en un evento asociado a la elección de una reina regional, su fascinación al ver en un show de tango al bandoneonista Walter Ríos y una actuación en un programa televisivo de Andrés Percivale que fue interrumpida en la mitad fueron algunas de las curiosidades de aquellas visitas.
Pero la presencia de Bill Evans también es recordada por la indeleble huella musical que dejó en quienes pudieron apreciar en vivo al pianista que marcó un antes y un después en el formato de trío con contrabajo y batería; en 1973, acompañado por el contrabajista Eddie Gómez y el baterista Marty Morell; y en 1979, por Marc Johnson y Joe Labarbera.
La mañana del 24 de junio de 1973, cuando todavía no se habían acallado los ruidos de los enfrentamientos de cuatro días atrás en Ezeiza durante el regreso del exilio de Juan Domingo Perón, Bill Evans hizo su debut en suelo argentino con un concierto en el Teatro Gran Rex, ante un auditorio que no colmó el lugar -un poco por falta de promoción del show y otro poco por la confusión que provocó el particular horario-, pero plagado de figuras locales de la música.
La presencia del genial pianista en el país fue gracias a las gestiones del empresario teatral Alejandro Szterenfeld, se produjo en el marco de una recorrida que también abarcó Uruguay y Chile, y no incluyó más actividades que el show mañanero en el Gran Rex, fijado en ese horario por una cuestión de agenda.
Hugo Díaz, Enrique "Mono" Villegas, Horacio Salgán, Ariel Ramírez, Eduardo Lagos, Gustavo "Cuchi" Leguizamón y Alfredo Remus fueron apenas algunos de los tantos artistas que se acercaron para escuchar a Bill Evans, describió para Télam el periodista Claudio Parisi, autor del libro "Grandes del jazz internacional en Argentina (1956-1979)".
"No fue una visita muy publicitada. Se corrió más la bolilla por el boca a boca en el ambiente de los músicos", señaló el periodista, quien puntualizó que las escasas crónicas de la época destacaron en particular la sorpresa que había generado el estilo de Eddie Gómez, hasta el momento un desconocido en nuestro país. También hubo alguna mínima polémica cuando los ortodoxos del género no digirieron del todo bien la novedad de que incorporara a su repertorio una versión de "Esta tarde vi llover", el famoso bolero de Armando Manzanero, apuntó Parisi.
"Fue una experiencia inolvidable, muy grato para todos. Un concierto maravilloso", rememoró a pedido de Télam el contrabajista Alfredo Remus, quien por intermedio del periodista Nano Herrero tuvo la oportunidad de conocer al trío en el lobby del Hotel Claridge, en donde se hospedaba.
Desde ese momento, el músico local se ofreció para transportar en su vehículo personal a Eddie Gómez y Marty Morell, quienes en sus breves horas en Buenos Aires no perdieron tiempo y fueron a un local llamado Bossa Nova, propiedad de Jorge "El Negro" González.
"A mí no me sorprendió el show porque soy `billevariano de la primera época´ y sabía bien de qué se trataba, ni me sorprendió Eddie Gómez porque conocía muy bien su estilo", explicó Remus
La segunda visita de Bill Evans al país en 1979, posible por la gestión de los empresarios publicitarios Ronnie Scally y Jorge Giovanelli -debutantes como promotores de conciertos de jazz-, incluyó dos funciones el 19 de septiembre en el Teatro Ópera, un show en el Teatro El Círculo de Rosario el 24, al día siguiente una presentación en San Nicolás y el 27, finalmente, en la sala Martín Coronado del Teatro San Martín.
Un paso en falso resultó la parada en San Nicolás, programada por la gran cantidad de ciudadanos estadounidenses que estaban radicados en esos días en esa ciudad a raíz de las labores que llevaban a cabo para una empresa petrolera. La realidad es que la audiencia no superó los 200 espectadores y la actuación tuvo que ser asociada a la ceremonia de elección de una reina regional para que no sea un fracaso total.
Sin embargo, esta posta dibujó una sonrisa de felicidad en el rostro de Bill Evans cuando entre bambalinas vio un viejo piano de la misma marca e igual modelo al que tenía cuando era niño y en el que había tomado sus primeras lecciones. "Emocionado pidió si se lo facilitaban y, obviamente, le sacaron las telas, lo limpiaron y Bill se puso a tocar ahí nomás, en los pasillos", contó Parisi.
En esta visita más extensa, Bill Evans fue llevado por el recordado conductor radial Mochín Marafiotti a Caño 14 para que vea un recital de tango, en donde quedó fascinado con el estilo del bandoneonista Walter Ríos; en tanto que el resto del trío estuvo en Jazz & Pop, el mítico local del Negro González, en donde se trenzaron en una memorable zapada junto a los músicos de Lionel Hampton, quien también actuaba en el país en aquellos días.
Un joven Adrián Iaies -vestido con ropa de soldado porque cumplía en esos días con el Servicio Militar Obligatorio- asistió en esa ocasión al show del Ópera y aún se emociona al evocar para Télam esa jornada.
"Yo conocía todos los temas que tocaron porque eran standards, pero recuerdo muy bien que cuando empezaba a sonar el tema, yo ya reconocía la versión. Era muy loco estar viendo algo que solo habías escuchado en el cuarto de tu casa, porque en esa época imaginate que no había videos, redes, ni nada de eso", contó entusiasmado el pianista argentino.
Y añadió: "En esos conciertos todo te sorprende y nada te sorprende. porque está tocando una música que conocés, con códigos que conocés; pero todo te sorprende porque los tipos en vivo siempre tocan mejor que en los discos, arriesgan más, están más sueltos. Bill Evans inventó los tríos modernos de jazz, marcó un antes y un después, así que fue ir a ver a alguien que inventó eso que estás viendo".
Además de los shows en los que fue presentado por Nano Herrera a pedido del propio músico, la gente de Buenos Aires también pudo ver fugazmente a Bill Evans tocando en televisión, en un envío que conducía Andrés Percivale. Aunque se trató de apenas medio tema, porque su actuación fue interrumpida por el cierre del programa.
Un año más tarde, con la salud minada desde hacía varios años por los excesos, Bill Evans murió con solo 51 años en un hospital de Nueva York, por lo que esos shows de 1979 quedaron en la historia como unas de las últimas grandes performances del genial pianista. Afortunadamente, ahora se pueden revivir de manera inmejorable.
A pura explosión, llamaradas de fuego, papel picado, los conocidos trucos escénicos y un irresistible rock fiestero, Kiss puso fin el sábado a la noche en la Argentina al espectáculo más grande que dio la historia del rock con su parada en el porteño Campo de Polo Argentino del "End of the Road World Tour", la gira con la que se retira definitivamente de los escenarios.
Cuando tras dos horas de show, las cuatro máscaras más icónicas del género entonaron el estribillo de "Rock and Roll All Nite", con sus figuras casi perdidas entre la gran lluvia de papel picado, estaban sin saberlo resumiendo la filosofía que guió durante 50 años a este emblema del shock rock.
Precisamente ese medio siglo de grandes himnos rockeros y golpes de efecto estuvieron presentes, a través del repertorio y de todos esos rituales escénicos Kiss sumó a lo largo de su recorrido y que le dieron su principal carácter.
En tal sentido, en las dos horas que duró el show, "El Demonio" Gene Simmons hizo su terrorífico número de escupir sangre en "God of Thunders" y su circense performance de lanzar fuego por la boca en "I Love It Loud"; y "El Chico Estrella" Paul Stanley voló sobre el público antes de "Love Gun" y rompió su guitarra al final.
Tampoco faltaron los disparos y explosiones lanzadas desde la guitarra del "Hombre del Espacio" Tommy Thayer, como en su momento lo hacía el original Ace Frehley en "Cold Gin"; ni la plataforma de la batería que se eleva en el solo de "El Gato" Eric Singer, una tradición también inaugurada por el histórico Peter Criss.
Pero más allá de las explosiones y estos esperados y celebrados momentos, la banda regaló 23 de sus grandes clásicos, fundamentalmente aquellos de los años `70, cuando el grupo alcanzó una impresionante fama; aunque también estuvieron en menor medida las composiciones de la época del glam metal, cuando la banda decidió quitarse el maquillaje.
En tal sentido, demostró una vez más que detrás de la gran parafernalia -o acaso sosteniéndola- hay una soberbia banda capaz de tocar hard rock sencillo pero contundente y fiestero; y dejó la certeza de que se extrañará su ausencia en la escena.
Tras la postergación de dos años por la pandemia de coronavirus, Kiss finalmente pudo retomar y traer a estas tierras su gira despedida, algo que convocó de manera particular al ya de por sí fiel público local.
En su mayoría con las caras pintadas como los cuatro famosos personajes del grupo, madres y padres con hijos pequeños, adolescentes y veinteañeros, y fans de la primera hora fundieron sus voces en cada uno de los estribillos y compartieron su fervor ante cada mohín de la banda o cada truco escénico. Es que el grupo no le falló y le entregó por última vez todo aquello que no puede faltar en un show de Kiss.
Cerca de las 21.30, un video mostró a los cuatro integrantes de "la banda más caliente del mundo" en el backstage yendo hacia el escenario, para luego hacer su aparición bajando desde plataformas colgantes al ritmo de "Detroit Rock City".
Entre constantes explosiones, luces resplandecientes y humo, el fervor se mantuvo en niveles altos con "Shout It Out Loud" y persistió con "Deuce" y "War Machine", pasajes en donde "El Demonio" puso en juego toda su galería gestual. En oposición, "El Chico Estrella" fue locuaz, intentó hablar en castellano y se mostró dinámico por todo el escenario.
Sin que se perdiera en ningún momento la energía, el grupo fue mezclando canciones de sus primeros discos como "Calling Dr. Love" y "Cold Gin", con temas de los ´80 como "Heaven´s On Fire", "Lick It Up" o "Tears Are Falling" y algunos de los ´90, como "Psycho Circus"; todos ellos celebrados por igual por el público.
Mientras los líderes Simmons y Stanley, cada uno con su estilo, oficiaban de grandes maestros de ceremonia a partir de mantener al extremo sus personajes, Thayer y Singer destacaron exclusivamente con sus solos y dejaron más al margen la cuestión de los roles.
Como si en ningún momento se perdiera de vista que se trataba del último cara a cara entre Kiss y el público argentino, cada pasaje del show, cada gesto y cada palabra era celebrada; y cada uno de los miembros se llevó su ovación personal.
Si como se dijo antes, con "God of Thunders" Gene Simmons escupió sangre y se elevó en una plataforma, y para "Love Gun" y "I Was Made For Loving You" Paul Stanley voló sobre el público y cantó desde la zona de la consola de sonido; "Black Diamond" marcó un primer final plagado de explosiones al ritmo de la música.
Eric Singer tuvo un momento más de protagonismo al abrir los bises con "Beth", al piano y con pistas que reprodujeron los arreglos de cuerdas originales, para que luego se sumara del resto de la banda y comenzará a decir adiós con "Do You Love Me?".
"Rock and Roll All Nite" en medio de la lluvia de papel picado y las bombas de serpentinas fue el digno cierre de esta historia que, sin embargo, de alguna manera invitó a seguir rockeando toda la noche y de fiesta cada día.
Mientras se disipaba el humo de la última explosión, por los parlantes comenzó a sonar "God Gave Rock and Roll To You" y en las pantallas se leía "Kiss los ama, Buenos Aires". A juzgar por las lágrimas en los ojos y el maquillaje del público mientras se retiraba, los fans de Buenos Aires también van a extrañar mucho a Kiss y su cautivador circo rockero.
Nombres, letras e imágenes del rock se entretejen –de Los Redondos a Federico Moura– en torno de la Masacre del Pabellón Siete del penal de Villa Devoto, perpetrada por guardiacárceles el 14 de marzo de 1978 y disfrazada de motín gracias a los medios cómplices. Entonces, oficialmente se habló de 64 muertos mientras que sobrevivientes denuncian que fueron más de un centenar.
La primera imagen –que habla– ya es bandera de lucha y de memoria. Firmada por Rocambole, emblemático autor de las tapas de los Redondos, la ilustración nos guía a reconstruir los hechos: Hugo Cardozo, sobreviviente de la masacre, había contactado al artista para pedirle ayuda con la divulgación del caso y este, conmovido, le regaló el dibujo que finalmente sería portada de “Masacre en el Pabellón Séptimo”, un vasto trabajo de investigación al respecto publicado por Claudia Cesaroni.
No es nuevo: infierno y arte se conectan para testimoniar las cuentas pendientes que la dictadura sigue teniendo con la sociedad argentina. En este caso, el falso motín –un ataque en banda por parte de fuerzas especiales contra presos acorralados en el pabellón– involucra hermandades, canciones, amigos y músicos muertos a causa de un crimen que se suma tantos de los que nunca debieron suceder, pero siempre hace falta recordar.
La segunda imagen –que grita– es el Indio Solari al frente de una de sus multitudinarias misas: Mendoza, 14 de septiembre de 2013. Lo escuchan 120.000 personas, pero el cantante no canta: durante veinticinco segundos (una eternidad en tamaña escena) arenga, invita, persuade, convence de buscar, comprar y leer ese pequeño gran libro hecho a pulmón donde se detalla el crimen de Estado cometido en dictadura y en una cárcel; allí donde la impunidad no podía ser mayor y los carceleros desataban, cebados, su orgía de sangre.
Aquella voz del Indio fue el comienzo de una reparación. “A partir de ahí explotó todo, al poco tiempo me presenté en el juzgado de Comodoro Py como primer querellante en el despacho del juez Daniel Rafecas para iniciar acciones judiciales”, recordará el testigo sobreviviente Hugo Cardozo. Algo similar le ocurrirá, en cuanto a la repercusión de sus páginas, a Cesaroni, la autora del libro.
Y tras la arenga, la canción: “Pabellón Séptimo (relato de Horacio)”. El paréntesis refiere a otro ex-detenido y sobreviviente cuyo testimonio nutrió a Solari que lo llevó, reconvertido a su primer disco solista, en modo de proclama sonora y viva: “¡Pobrecito! ¡Pobre el Cebolla! / No pudo más, se degolló por miedo/ Nadie es capaz, no pueden borrar mis recuerdos/ Nadie es capaz de matarte en mi alma”.
El Cebolla era Pablo Menta, uno de los presos muertos en el incendio provocado por los guardias. Pablo había caído por minucias de consumo y su historia la recopila Elías Neuman en otro libro –que también leyó el Indio– sobre el episodio: “Crónica de muertes silenciadas”. Quien le cuenta todo a Neuman es Horacio, compañero de causa de Menta.
En “Recuerdos que mienten un poco”, sus memorias dialogadas con Marcelo Figueras, el propio Solari lo explica: “Neuman era el abogado tanto del Horacio como del Pablo, de los que hablo en la canción. El Cebolla existió. Lo que cuento fue tal cual, los presos se asomaban por las ventanas porque no tenían otro modo de respirar entre el humo, y los guardiacárceles aprovechaban esa circunstancia para balearlos incluso desde afuera del penal”.
La tercera imagen nos lleva bien atrás, al pogo más grande del mundo: ese donde miles saltan, no siempre sabiendo lo que el Indio canta, pero llevados por la sapiencia eléctrica de su pulso, como un mantra rabioso. Fue ya hace treinta años, y a diez de la masacre: “Un sueño con Luis María/ muerto cuando me decía/ Cada día veo menos/ cada día veo menos/ creo, menos mal".
Luis María Canosa, amigo personal del Indio, también asesinado en la masacre, cantaba en la banda platense Dulcemembriyo, cuyo bajista era nada menos que Federico Moura. Los tres, como se sabe, eran oriundos de la ciudad de las diagonales y resultaron hermanados, precisamente, en el arte de hacer canciones. Esa amistad poco divulgada revela, a su vez, que los antagonismos entre bandas sólo existen en la cabeza de quienes entienden el fútbol pero no la música.
Ricardo “Mono” Cohen, más conocido como Rocambole, cuya ilustración impacto tanto y a tantos (incluyendo a los partícipes de esta nota) tuvo la gentileza de recibir a Télam para hablar del origen de la imagen que le inspiró la masacre.
-Rocambole, ¿cuándo supiste de lo que había pasado y en qué momento alzaste el lápiz para concebir tu dibujo alusivo?
-Me enteré al día siguiente, por las noticias. Después fuimos sabiendo un poco más. Recuerdo que tampoco lo trabajé mucho, es un dibujo más o menos espontáneo, compuesto en base a la sensación que me daba ese acontecimiento tan terrible.
-Pero era algo que sabemos te tocaba de cerca…
-Claro; yo lo conocía a Luis María Canosa de la Plata, era un chico bárbaro y creo que había caído preso por una pavada; un charuto o algo así.
-¿Cómo había sido tu relación con él?
-Formábamos parte de un mismo grupo. Era la década del sesenta, y en La Plata había abundante material artístico generado por gente joven. Eso que tiempo después, en Buenos Aires, se llamaría el “under”, allá se hacía desde entonces. Se armaban movidas de circo, de música, de teatro, tipo happening. De hecho, de ahí salió Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
-¿Y en ese contexto cuál era tu rol?
-A mí me convocaban para hacer los volantes, afiches, alguna cuestión escenográfica. Además, yo en esa época era prosecretario de Cultura de la Universidad de La plata y me interesaba mucho todo ese movimiento.
-¿Y qué recordás de Luis María?
-Era un buen pibe, tocaba en una banda que fue el antecedente de Virus, con Federico Moura. Todos estábamos vinculados por el arte de alguna manera, también Skay Beilinson, Poli, el Indio. La banda se llamaba Dulcememebriyo, creo.
-Antes de conversar con vos, nos preguntábamos si nos permitirías usar este dibujo tuyo para ilustrar la nota ¿Qué significa esta imagen para vos, hoy convertida en bandera de una causa?
-Obviamente, como todo autor de algo, cuando veo esa ilustración, tan querida por la gente, me siento bien. Y en cuanto al uso, nunca me preocupó el copyright; al contrario, siempre hice una militancia a favor de que el arte circule libremente; jamás impediría que se use algo mío.
Al cierre de la charla, le preguntamos a nuestro entrevistado qué está haciendo ahora: nos cuenta que su libro “Rocambole arte diseño y contracultura” un proyecto editorial independiente, ya va por la cuarta edición. En ese volumen, a su vez, colaboran invitados especiales que aportaron sus textos: Skay, Poli, Miguel Grinberg, Miguel Rep, Miguel Cantilo, entre otros.
Además, sigue trabajando en una producción incansable (parte de ella puede verse en facebook.com/rocamboleart) que nos da ganas de un futuro reportaje donde hablemos de su fértil vida y obra, llena de líneas, colores, compromiso e inspiración.
Hay una cuarta imagen que nos lleva todavía más atrás en el tiempo. La de la reconstrucción. La de los recuerdos en blanco y negro. La de atar cabos y componer un rompecabezas injusto, difícil de entender. La foto pide remontarse a la música entre 1967 y 1976; a cuando esos chicos platenses, que el rock unió y la muerte separó, parecían sin embargo inmortales.
Eran tiempos de performances en el Teatro Lozano de la capital bonaerense, donde participaban, además del Indio, Rocambole, la Negra Poli, Skay, su hermano Guillermo Beilinson, el propio Luis María Canosa y tantos otros. Ninguno imaginaba la noche de plomo que esperaba al país a la vuelta de la esquina.
La quinta imagen es sórdida y nos pone frente a la masacre, a imaginar esas horas previas de Luis María y del Cebolla, entre otros tantos pibes devorados por el humo y las llamas, sin oportunidad, sin voz, sin nadie que cantara, entonces, por ellos.
Hay una sexta imagen, pero está vacía: es un fundido a negro donde, acaso, ingrese algo de luz cuando las remisas sentencias se dicten y reviertan algo de lo injusto. Es el eslabón faltante, el silencio mismo ante la masacre consumada, aun sin condena, sin castigo ni reparación.
La sexta imagen corresponde, en definitiva, y antes de la tragedia a la deuda pendiente que el Estado tiene con los familiares. Antes de recaer en el séptimo círculo, que es el infierno del Dante y el de los represores por excelencia. Antes de volver a sufrir el séptimo otra vez, corresponde resolver algo en los estrados.
Por la memoria de los más de ochenta asesinados en el Pabellón Séptimo: para que sea revelada la foto hoy velada. Para que otro caso que no debió ocurrir supere el olvido inperdonable; porque esto también es parte de lo que debemos recordarnos hasta que la verdad y la Justicia iluminen. Y seguir recordando para apagar a los carceleros de hoy, a los reivindicadores grises y tenaces del terror institucional.
La Subsecretaria de Hidrocarburos y Combustibles, Maggie Videla, y el asesor presidencial Ariel Kogan se reunieron con las comercializadoras de gas natural, que detallaron el alto grado de renovación de los contratos de suministros con los clientes industriales, lo que asegura la disponibilidad del abastecimiento.
Fuentes oficiales explicaron que en una reunión virtual, la Secretaría de Energía junto con 48 representantes de comercializadoras de gas que operan con clientes industriales y grandes usuarios de todo el país se repasó la actualidad del sector, a días del vencimiento anual de contratos del 1 de mayo.
En el encuentro, Kogan afirmó que “este año habrá sin dudas mayor volumen de gas para la industria" al destacar en primera instancia que "las empresas productoras arrancarán en mayo con producción e inyección máxima comprometida con Plan Gas.Ar", lo que el año pasado, recién ocurrió en julio.
De esta manera, como lo prevé el plan vigente, el 30% de esa producción debe estar disponible para la industria, es decir, que si hay más volumen Plan Gas.Ar y hay directamente más gas para el sector productivo contractualizado.
Kogan también explicó que "la producción total de gas del país no para de crecer mes a mes", y que la ultima ronda del Plan Gas.Ar sumo 3 millones de m3 día, a partir de este invierno, volumen que el año pasado no existió, y que termina de saturar los gasoductos desde Neuquén.
Por su parte, los empresarios comercializadores que intervinieron durante la reunión enfatizaron que, hasta marzo pasado, renovaron los contratos de la totalidad sus clientes habituales para la campaña 22/23.
En el contexto internacional que ya se venía advirtiendo, incluso previo a la guerra en Ucrania, el proceso de contractualización comenzó a desarrollarse en diciembre del año pasado, con mínimas excepciones caracterizadas por la decisión de esos clientes de esperar hasta último momento.
Videla, explicó que la Secretaría de Energía estaba manteniendo encuentros directos con industriales, autoridades provinciales, organizaciones empresariales y, en este caso, comercializadoras, como herramienta para analizar la situación del sector con sus actores directos, y luego tomar las decisiones que sean necesarias.
Por su parte, se destacó durante la charla que las empresas productoras vienen cumpliendo sobradamente con sus compromisos con Plan Gas.Ar, y sus declaraciones juradas de proyección de su producción para el presente año, superan lo verificado en 2021.
Kogan, al respecto, explicó que “las productoras informaron también que fueron cerrando contratos para esta temporada desde fin del año pasado con la inmensa mayoría de sus clientes, con precios para el millón de BTU que van desde los US$ 3,51 hasta US$ 4,90, con máximos de US$ 5,50, en contadas excepciones.”
Finalmente, las mismas fuentes indicaron que los comercializadores avalaron en sus intervenciones esos precios, como los adoptados en sus operaciones de compraventa para un 97% aproximadamente de sus clientes ya contractualizados.
Particularizando el análisis sobre el pequeño segmento de clientes aún no contractualizado, expresaron también que básicamente corresponden al norte del país, y que fuera de ellos, solo en esos casos marginales, por pequeños volúmenes, en esta parte final del proceso de contrataciones en los últimos días, se generó una urgencia por cerrar contratos, y aparecieron entonces precios bastante más altos.
El presidente Alberto Fernández cerró un precongreso provincial del Movimiento Evita que se realizó en la Universidad Nacional de San Martín, donde se pronunció a favor de que "los que más ganan sean los que más aporten" y "quienes menos tienen reciban lo que merecen".
"Cuando llegamos al Gobierno a la economía popular le faltaban herramientas para desarrollarse" y "ahora estamos dándole esas herramientas para que pueda demostrar todo su potencial", afrimó el jefe de Estado afirmó ante los delegados bonaerenses de la organización social.
Asimismo, señaló que el Gobierno nacional está enfocado en que "los que más ganan sean los que más aporten y quienes menos tienen reciban lo que merecen".
En el acto estuvieron el secretario general del Movimiento Evita, Emilio Pérsico; el secretario de Relaciones Parlamentarias de la jefatura de Gabinete de la Nación y referente de la organización, Fernando "Chino" Navarro, e integrantes de la mesa nacional y provincial de ese espacio.
Además, asistieron la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, y el diputado nacional Leonardo Grosso, informó el Movimiento Evita en un comunicado.
En el cierre del congreso, Pérsico afirmó que "en el 2023 la única alternativa para los trabajadores y las trabajadoras es que volvamos a reelegir un gobierno del Frente de Todos".
Se trata del disco debut de Juan Carlos Baglietto que mostró la propuesta estética asumida por artistas a los que desde entonces se conoció como La Trova Rosarina, será celebrado este fin de semana, a la vez que regresa a bateas con una reedición que incluye un texto del fallecido Gerardo Rozín.
Los 40 años de "Tiempos difíciles", disco debut de Juan Carlos Baglietto que mostró la propuesta estética asumida por artistas a los que desde entonces se conoció como La Trova Rosarina, será celebrado este fin de semana en el porteño Teatro Ópera, a la vez que regresa a bateas con una reedición que incluye un texto del recientemente fallecido Gerardo Rozín.
Los recitales, a realizarse el viernes y sábado desde las 20.30 en la sala sita en Avenida Corrientes 860, marcarán el segundo y tercer paso del festejo en vio que comenzó en marzo pasado en el Anfiteatro Municipal Humberto de Nito de Rosario.
Con esta nueva serie que el sábado 7 de mayo llegará al Espacio Quality cordobés, el grupo que asume por primera vez aquella denominación popular forjada en los tempranos '80, está desplegando una nueva serie de actuaciones tras un estreno en 2019 en el Festival Nacional de Folclore de Cosquín.
Desde entonces, Juan Carlos Baglietto, Silvina Garré, Jorge Fandermole, Adrián Abonizio, Rubén Goldín y Fabián Gallardo, más una banda de apoyo, tocaron en el Colón, recorrieron escenarios del país y grabaron, en diciembre de 2019 en el Teatro El Círculo de su ciudad, un disco en vivo con varios éxitos –añejos y actuales- de sus integrantes.
Esta vez el foco de las nuevas presentaciones está puesto en los dos álbumes que Baglietto y compañía registraron en 1982: el citado "Tiempos difíciles" y "Actuar para vivir".
Con el cuadragésimo aniversario de la primera placa en ciernes, el sello Universal decidió reeditar aquel repertorio (que incluyó gemas incorporadas a la rica tradición de la música popular argentina como "Mirta, de regreso", "Era en abril" y "La vida es una moneda") en un disco rebautizado "Tiempos difíciles 40 Aniversario" que saluda, además, al que fue el primer álbum debut de un artista argentino en conseguir la certificación de Disco de Oro.
Dos personalidades como el periodista rosarino Gerardo Rozín y el músico y productor Lito Vitale, escribieron sobre el aniversario.
El escrito del creador de "La Peña de Morfi", al que accedió Télam, titulado "La Trova Rosarina fue el Big Bang antes del Big Bang", señala: "Eso era Rosario y eso éramos todos los rosarinos: las ganas de decir eso. En otros lugares de la Argentina hacían rock o lo jazzeaban, o hacían bossa nova, o hacían folclore, pero siempre metidos en los géneros. La trova fue mezcla, fusión, tránsito. Lo que no había. La trova fue también el grito. Y el grito de cansancio".
En otro párrafo, Rozín indica que "Era en abril", el primer hit, cuenta la historia de una mujer que pierde un bebé hacia el final del embarazo. "Entonces no se hablaba de esas cosas, mucho menos de la depresión. Por eso fue tan importante. La trova nació mujer", aseguró.
Y también aporta: "Me acuerdo de una filmación en Súper 8 del momento en que se fueron a Buenos Aires, donde no los esperaba nadie. Los veo, rarísimos, rajándose en un tren. No como migrantes sino para llevar la cultura. Para mostrar eso que no pudo pasar sino en Rosario. Hace ya 40 años. El Big Bang antes del Big Bang".
El aporte de Vitale se resume en el párrafo donde define a su amigo Baglietto como "un artista con increíble voz y personalidad para interpretar de una manera original y visceral nuevas y geniales canciones. Canciones de su tropa de amigos más íntimos que sorprenden con giros melódicos, imágenes poéticas y un sello tan personal que desde el inicio del desembarco de ese puñado de talentos nos quedó claro que harían historia".
Iggy Pop, pionero del punk rock a raíz de sus salvajes performances, que incluían laceraciones y la entonces novedosa práctica del stage diving -arrojarse desde el escenario al público- cumple este jueves 75 años, los cuales celebrará en medio de la preparación de una nueva gira durante el verano europeo.
Dueño de un carisma inigualable y una cautivante voz cavernosa, La Iguana, apodo con el que se lo conoce desde sus inicios a finales de los ´60 junto a la banda The Stooges, transitó más de 50 años de trayectoria con una presencia permanente en los primeros planos, más allá de altas y bajas artísticas y personales.
Pero acaso lo más importante es que Iggy Pop se ha ganado un respeto y un cariño generalizado, y ha sido tomado como un referente ineludible para el movimiento punk y para las bandas de garage.
Oriundo de Michigan, James Newell Osterberg Jr., tal su nombre de nacimiento, mostró desde muy chico su interés por la música, lo cual contó con el respaldo de sus padres, quienes le facilitaron las herramientas para que pueda estudiar batería.
Así creó algunas bandas adolescentes, entre ellas The Iguanas que le daría uno de sus famosos apodos; hasta que influenciado por el blues de Chicago y algunos sonidos radicalizados que provenían de Detroit, como el caso de los politizados MC5, formó Psychedelic Stooges, banda que luego reduciría su nombre a The Stooges.
El nombre del grupo, según contó al propio Iggy Pop, estuvo inspirado en la famosa serie televisiva "Los Tres Chiflados". "No me importa. Pueden usar el nombre que quieran mientras no se hagan llamar `Los Tres Chiflados`", cuentan que replicó el mismísimo Moe cuando lo contactaron para pedirle permiso para llamar así a la banda.
Así, la banda comenzó a ganar terreno con su rock garagero psicodélico y las impactantes performances de Iggy Pop -influenciadas por sus admirados James Brown y Mick Jagger, caracterizadas por sus contorsionados movimientos al bailar, los cortes que se hacía en el cuerpo con vidrios, la exhibición de sus genitales en varias ocasiones y, fundamentalmente, por sus zambullidas al público, lo cual inspiraría años más tarde al movimiento punk.
Con tres disco editados -el último de ellos "Raw Power" producido por David Bowie- y éxitos como "I Wanna Be Your Dog", "No Fun" y "1969", el grupo se disolvió a mediados de los `70 principalmente por problemas de adicciones que atravesaron a varios de sus miembros, especialmente al propio Iggy Pop. Hubo algunos regresos esporádicos, el último de ellos en 2013 con el disco "Ready to Die".
La necesidad de desengancharse de la heroína y su amistad con Bowie iban a derivar en su etapa más recordada a nivel artístico. Es que ambos artistas -el Duque Blanco también estaba en su punto más alto de consumo de cocaína- decidieron mudarse a Berlín para desintoxicarse y, de paso, buscar nuevos horizontes artísticos.
El resultado fue la edición de los discos "The Idiot" y "Lust for Life", los dos trabajos más aclamados de La Iguana, con clásicos como "Nightclubbing" y "Lust for Life", que tuvieron nueva vida en los `90 al ser parte de la banda sonora del icónico filme "Trainspotting"; "The Passenger", reversionada más tarde por Siouxsie and The Banshees; "Some Weird Sin"; "China Girl" y "Tonight", revisitadas en los `80 por Bowie, entre otras.
Pero en paralelo a eso, tanto en Nueva York como en Londres tomaba forma el movimiento punk, que postulaba a la postura escénica de Iggy Pop como gran ejemplo a seguir. No es casual que los Sex Pistols hayan cerrado su última actuación antes de su desintegración con "No Fun", toda una declaración de principios pedida prestada a La iguana.
Desde entonces, con su pergamino bien ganado como pionero del punk, Iggy Pop continuó con su andar con altas y bajas, aunque siempre se las ingenió para colar cada tanto algún gran disco, alguno gran éxito y para mantenerse al tanto de las novedades a partir de su unión con músicos más jóvenes.
Así como en los `80 popularizó hits como "Real Wild Child" o "Living on the Edge of the Night"; en los `90 sonó con fuerza con el disco "Brick by Brick" y su corte de difusión "Candy", junto a Kate Pierson, de B-52`s; y hace pocos años atrás llamó la atención su unión con Josh Homme, líder de Queens of the Stoge Age, en el disco "Post Pop Depression". También se consagró como el "crooner del punk" al registrar "Après", un disco de baladas francesas standards.
Con 75 años, Iggy Pop cambió las drogas por los jugos naturales y la práctica de milenarias disciplinas orientales, a la vez que afirma haber abandonado el stage diving por una simple cuestión de edad, aunque en escena se sigue contorsionando igual que a los 20 años. También se mudó a la soleada Miami y planea desde allí su nueva gira europea acompañado por una cacatúa con la que suele estar acompañado cada vez que sube un video casero a sus redes sociales. Curiosamente, el hombre que de joven cantaba "No Fun" nunca dejó de divertirse.
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