La verdad sale siempre a la luz y aunque la indiferencia del gobierno provincial pretenda tapar los escándalos, todo explota como una bomba de tiempo. No es para menos; la gente está indignada con la situación de la salud pública, que está en un quiebre concreto y planificado por parte del cordobés Claudio Poggi.

El caso que resuena ahora y se suma a la larga lista de dificultades en el interior es lo que ocurre con el Hospital “Dr. Ricardo Roque Ferrara”, en Santa Rosa del Conlara. Múltiples son las falencias. Impensable es el panorama. La población requiere una guardia médica permanente que asegure la atención continua de emergencias, cuestión que hasta ahora estaba impedida.

También necesitan especialistas. De siete profesionales que había, solo quedan dos. Hubo personal que se jubiló, otros renunciaron y se registran extensas licencias. Por otra parte, faltan insumos médicos, requieren la reactivación del área de Radiografía y la puesta a punto de la ambulancia. En otros términos, para Poggi, la salud en Santa Rosa del Conlara no existe. Para eso no hay plata.

Un grupo de vecinos presentó una nota con 651 firmas que advierten sobre las problemáticas. Fue recibida en manos del propio Gobernador, quien no estaba ni enterado de la situación.

La dirección del nosocomio está, por el momento, cubierta por la titular de Medicina del Interior, Stella Maris Esnaola, quien tuvo que salir a poner el hombro a las deficiencias de la ministra de Salud, Claudia Spagnuolo.

Esnaola confirmó, en diálogo con la prensa local, que Poggi se encontró con “una gran problemática” y “mucha demanda en salud”. Reconoció que el personal está “desordenado”.

“Hay muchas falencias, falta de insumos, de médicos. Hubo dos casos de muerte y no había ambulancia, nada. Es un desastre el Hospital. La falta de médicos es terrible, no hay pediatras, no hay para hacer rayos, está todo roto. Ante cualquier urgencia, estamos desamparados, todo se deriva a Villa de Merlo, donde ya no nos quieren recibir”, apuntó Griselda Zavala, vecina autoconvocada que le entregó el petitorio a Poggi.

“Esto lo venimos sufriendo hace medio año, aproximadamente. No sé qué problema hay. Lo mismo pasa con la atención de las enfermeras, quienes no quieren atender, muchas veces. Uno va y está 5 o 6 horas hasta que te atienden, cuando tienen ganas. Las guardias son terribles”, agregó.

Desde la entrega de la nota con las firmas de los vecinos, Poggi ya tiene conocimiento oficial del problema. Para salir del momento, mandó un camión sanitario para que tape los terribles baches que él mismo generó —frente al silencio del intendente, Miguel Postiguillo—, al abandonar al Hospital.

Más allá de los parches que pueda disponer, habrá que ver cómo evoluciona el drama de la salud pública en la localidad del norte puntano. Por lo pronto, Santa Rosa del Conlara huele a olvido.

### Más problemas

Lo que ocurre en Santa Rosa es apenas la punta del iceberg de una catarata de complicaciones en el sector de la salud. En Luján, por ejemplo, no hay médicos. También se supo un caso en Quines, donde dos niños fueron derivados en ambulancia, porque como el médico en cuestión no es pediatra, no los quería atender.

En el Hospital Central “Dr. Ramón Carrillo” están sin tomógrafo, porque no tienen software de actualización, según apuntan pacientes mediante la carta de lectores. Advierten, incluso, que están usando todas las ambulancias del servicio de emergencias Sempro para trasladar a los pacientes al tomógrafo del expoliclínico. Una locura.

No se puede dejar fuera de las menciones al Hospital “Madre Catalina Rodríguez”, de la Villa de Merlo, donde, además de dificultades con gran parte del personal (por despidos), hay persecución y abundan los problemas de insumos y recursos, afectando fuertemente la atención de la gente.

Así, San Luis, de ser una provincia ejemplo en materia sanitaria y con grandes inversiones, pasa a ser el derrotero de una gestión que no tiene en sus planes el acceso a un derecho tan elemental como la salud. En palabras a lo Javier Milei, salud pública, “¡Afuera!”.