En esa época nuestro país transitaba el camino hacia la Independencia de España cuando se creó el Primer Triunvirato de Gobierno, el paso posterior a la Revolución de Mayo y el antecedente de la declaración de la Independencia en 1816.
¡Qué el celeste y blanco luzca hoy muy cerca de nuestro corazón! La Escarapela Nacional fue creada como distintivo para fomentar sentimientos de unidad y de fuerza.
En aquel entonces fue el General Manuel Belgrano quien cursó su pedido solicitando los colores celeste y blanco, basándose en que los cuerpos del ejército usaban escarapelas de distintos colores y era necesario uniformar al Ejército Revolucionario y, a su vez, distinguirlo de los enemigos.
Es uno de nuestros símbolos patrios más destacados, junto al escudo, el himno y la bandera. Fue el primero de todos ellos. El que marcó, con su celeste y blanco, los colores de nuestra bandera. Sin dudas la Escarapela es un símbolo tradicional dentro de la gama de elementos que forjan la identidad nacional.