Todo es erróneo; intencionalmente erróneo. En el borde del sentido están indicando, con Infobae a la cabeza, que las acciones rusas generarán una ruptura con China.
Se encuentran sugerencias semejantes en el interior de los artículos de El País, The Washignton Post, CNN, La Nación y Clarín. Algunos textos van firmados, lo cual evidencia el desdén hacia el propio oficio que puede generar un sueldo más o menos bueno.
Lo último que haría China en este siglo es quebrar el sólido vínculo con Rusia. Todo el armado Multipolar se asienta allí, con vectores en varias direcciones (ASEAN, BRICS, Asia Central y Oriente Medio, aunque América).
Al revés del disparate mediático, China, a través de la Nueva Ruta de la Seda, está intentando hilvanar todas esas regiones y allí Rusia cumple roles fundamentales: En materia geoeconómica y, claro, de seguridad sobre el territorio asiático.
Luego, se señala que Alemania y Francia se endurecen ante Rusia cuando en la reunión de Múnich y en la de Bruselas sus representantes indicaron que era preciso aflojar la tensión y promover el diálogo entre los protagonistas.
Asimismo, estos medios sostienen que hay hostigamiento ruso sobre Ucrania cuando es el gobierno de Kiev el que viene bombardeando Lugansk y Donetsk y causando muertes en la población civil.
En el orden histórico, más deformaciones. Lo que se llama "Anexión de Crimea" no es otra cosa que el levantamiento popular contra el golpe de Estado de 2014, canalizado a través del Congreso de ese distrito y de un plebiscito donde se logró el 98 por ciento de aprobación.
Las poblaciones de las dos repúblicas recientemente reconocidas ya están abiertamente en favor de Rusia. Las razones exceden holgadamente el idioma y la identidad: los planes de ajuste del gobierno de Kiev -atlantista y pro norteamericano- han originado pobreza masiva y desempleo récord.