Históricamente, la infidelidad masculina ha sido explicada en parte por teorías evolutivas. Desde una perspectiva biológica, algunos argumentan que los hombres podrían estar más inclinados a buscar múltiples parejas para "asegurar" la propagación de sus genes. Sin embargo, esta teoría ha sido debatida y criticada por simplificar la complejidad de las relaciones humanas.
Las mujeres, por otro lado, han sido tradicionalmente vistas como más selectivas en la elección de parejas, priorizando la calidad sobre la cantidad. Sin embargo, esto no significa que las mujeres sean inmunes a la infidelidad. Estudios recientes sugieren que, en la actualidad, las tasas de infidelidad femenina están acercándose a las masculinas.
Culturalmente, se ha normalizado la idea de que los hombres son más infieles. La sociedad ha sido más tolerante con la infidelidad masculina, mientras que la femenina ha sido estigmatizada. Sin embargo, con los cambios en los roles de género y el empoderamiento de las mujeres, estas normas están cambiando.
Las mujeres hoy en día tienen más independencia económica y social, lo que les permite explorar relaciones fuera del matrimonio sin la misma presión social que antes. Esto podría explicar el aumento en las tasas de infidelidad femenina.
Diversos estudios han intentado medir quién es más infiel. Una encuesta reveló que aproximadamente el 20% de los hombres y el 15% de las mujeres han sido infieles al menos una vez en su vida. Aunque los hombres aún lideran en las estadísticas, la brecha se ha estrechado.
Otro estudio de la Universidad de Indiana encontró que las razones detrás de la infidelidad son similares en ambos géneros. Tanto hombres como mujeres buscan satisfacción emocional y física fuera de sus relaciones oficiales cuando sienten que estas necesidades no están siendo cubiertas.
La respuesta a quién es más infiel no es definitiva y depende de diversos factores individuales y contextuales. Lo que está claro es que la infidelidad no es exclusiva de un género y puede ocurrir en cualquier tipo de relación. La clave para evitar la infidelidad podría estar en la comunicación abierta, la satisfacción mutua y el compromiso genuino entre las parejas.
En última instancia, la infidelidad es un tema complejo que no puede ser reducido a simples estereotipos de género. Tanto hombres como mujeres son capaces de ser fieles o infieles, dependiendo de las circunstancias y las dinámicas de su relación.