Lo que ha generado aún más indignación es la respuesta de la Policía ante el incidente, según el testimonio de Ailén Giménez, madre de uno de los menores afectados.
El sábado, tras el ataque en una plaza, Giménez intentó realizar una denuncia en la subcomisaría 1° de la Estación de Interconexión Regional de Ómnibus. Sin embargo, los oficiales se negaron a tomarla, alegando que la llamada al 911 se resolvió "sin novedad" ya que el agresor no estaba presente cuando llegaron, y los chicos estaban solos.
La situación empeoró cuando, según la madre, la Policía ordenó a los niños que borraran los videos del incidente y los intimidaron diciéndoles que sus padres podrían enfrentar problemas legales si difundían las imágenes. Además, los niños fueron obligados a pedir disculpas al agresor, un claro abuso de poder.
A pesar de la negativa inicial, Giménez logró presentar la denuncia al día siguiente. Sin embargo, al acudir a la Fiscalía, la respuesta fue de indiferencia, dejándola sin más opción que esperar.
Este caso ha despertado indignación entre los padres de los menores y plantea serios cuestionamientos sobre el manejo policial y la justicia en situaciones de abuso infantil. Los padres exigen que se haga justicia y que Escalante reciba una sanción ejemplar.