Según el Indec, uno de cada diez puntanos es indigente, reflejando un deterioro social alarmante que va de la mano con un incremento de la desocupación.
El brutal ajuste nacional y provincial ha impactado especialmente a los sectores más vulnerables. En San Luis, la indigencia creció del 5,6% al 9,8%, lo que indica que miles de personas no logran cubrir sus necesidades alimentarias básicas. Además, la falta de empleo sigue en aumento, afectando tanto a quienes buscan trabajo como a aquellos que han dejado de intentarlo.
Natalia Buss, responsable del comedor solidario Estrellita de Belén, relata el impacto de la crisis en la demanda de ayuda alimentaria: “Está fea la situación. La gente tiene que elegir entre comer o pagar los servicios”. La realidad en los merenderos refleja el creciente número de personas que no pueden cubrir sus necesidades básicas.
A nivel nacional, la pobreza subió a 52,9%, el dato más alto desde 2003, mientras que la indigencia afecta al 18,1% de la población.