La responsable del atroz hecho es su propia madre, una subinspectora de la Policía Provincial, que confesó haber cometido el filicidio.
El espeluznante descubrimiento se produjo en la manzana 7 del barrio, luego de que la misma Marina Silva, una oficial con ocho años de servicio, realizara una llamada cerca de las 8 de la mañana para admitir lo sucedido. En su desgarrador relato, reconoció ser la autora del crimen y afirmó que había dejado dos cartas en el lugar, cuyo contenido está siendo investigado para esclarecer el contexto y posibles motivos detrás de este trágico acto.
Silva, antes de huir, había comunicado su decisión a algunos familiares, sumiendo en shock y consternación a sus seres cercanos. La policía lanzó una intensa búsqueda que concluyó con su hallazgo en el perilago de dique Cruz de Piedra, donde fue detenida con vida.
Según las primeras hipótesis, la mujer habría disparado contra sus hijos, de 7 y 2 años. La Policía de la Provincia continúa investigando los detalles del caso mientras el barrio Los Fresnos permanece sumido en el dolor y el desconcierto.