Dios es tú amparo y fortaleza, Él es tú pronto auxilio en todos los problemas y aunque la tierra se estremezca, aunque los montes se hundan en el fondo del mar; aunque sus aguas bramen y se agiten, y los montes tiemblen ante su furia, no tienes que temer Él está contigo.
Dios te dice permanentemente que no se turbe tu corazón y si crees en Dios; debes creer también en Jesucristo porque Él te dará cosas maravillosas que nadie conoce.
Por lo tanto, si aceptas en tu corazón a Dios, muéstrale humildad bajo su poderosa mano, para que Él te exalte a su debido tiempo. Deposita en Él todas tus angustias, porque Él tiene cuidado de ti.
Dios te dice “bendito el hombre que confía en mí, que soy el Señor, y bendito el hombre que en mí pone su confianza”. Dios te compara como un árbol plantado junto a los arroyos; que echa sus raíces junto a las corrientes, y que no se da cuenta de cuándo llega el calor; sus hojas siempre están verdes, y en los años de sequía no se marchita ni deja de dar fruto. Dios en su gran amor te pregunta: ¿Estás agotado de tanto luchar?, ven a mí, porque yo te haré descansar.
Lleva su yugo y aprende de Él, que es manso y humilde de corazón, y hallaras descanso para tu alma, porque su yugo es fácil, y su carga es liviana”.
Nada es fácil, todo lleva su propio esfuerzo, la vida tiene sus altibajos, y Dios lo sabe, es por eso que Él te manda que te esfuerces y seas valiente. Que no temas ni desmayes, porque Él es el Señor tu Dios, y estará contigo por dondequiera que vayas.
Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que Él ha llamado de acuerdo a su propósito. Es por eso que considérate muy dichoso cuando estés pasando por diversas pruebas, porque cuando tu fe es puesta a prueba, produce paciencia. Pero procura que la paciencia complete su obra, para que seas perfecto, cabal y sin que te falte nada. Si requieres de sabiduría, pídesela, y Él te la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche.
Busca el reino de Dios y su justicia para que te de las fuerzas, y en los momentos de tribulación no te angusties; cuando estés en apuros, no te desesperes; en momentos de hostigamiento, no te sientas desamparado; en los momentos que estés derribado, no te sientas destruido; Por lo demás, hay que mantenerse firme en el Señor y en el poder de su fuerza.
El Señor es bueno; es un refugio en el día de la angustia. El Señor conoce a los que en Él confían, de modo que si alguno está en Cristo, ya es una nueva creación; atrás ha quedado lo viejo: ¡ahora ya todo es nuevo!. Y en momentos de angustia, desesperación, amargura y sufrimiento podamos decir a viva voz “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
jalyD
