De todas las pruebas por las que fue detenido e imputado por el femicidio de Anahí Micaela Robledo Yuvero, el rastro de sangre en una de sus camperas es el elemento que más compromete a Amado Reimundo Díaz.
Si bien aún falta realizar una pericia más específica, todo indicaría que el vestigio hemático que mancha la prenda del único detenido por el crimen es humano. Solo resta determinar si es de la adolescente asesinada a puñaladas.