Cuando los agentes de la Policía arribaron al lugar, en la esquina de Rufino Barreiro y Centenario, el joven se negó a identificarse y reaccionó de manera agresiva. Tomó distancia y comenzó a arrojarles piedras a los efectivos, con la intención de evitar su detención.
A pesar de haber escapado a pie, los policías lograron aprehenderlo unas siete cuadras después, en la intersección de Ministro Berrondo y Guido. Fue trasladado a la Comisaría 36ª, donde quedó detenido por resistirse a la autoridad y atacar a los efectivos.