Martes, 05 Noviembre 2024

La Otra Sintonía

Publicado el Domingo, 10 Septiembre 2023 09:16 Escrito por

Recuerdo cuando mi Papá me hablaba de qué era la Música. “El arte de combinar los sonidos” –me decía. ¿Lo habría sacado de un libro de Teoría Musical? ¿Y la sintonía? Para Google “es la igualdad de frecuencia entre un emisor y un receptor”. Un espacio para entenderse diríamos nosotros; una situación para generar el diálogo, y un código en común para comunicarse. La afinación consiste precisamente en eso, en ajustar el tono del sonido de algún instrumento con una nota musical.

En definitiva, lograr la armonía, ese equilibrio y proporción entre las distintas partes de un todo cuyo resultado es la belleza.

“Cuando los sonidos están afinados, se convierten en música. Cuando están desafinados, en ruido. Lo mismo pasa contigo. Si tus aspectos están en sintonía, te conviertes en música. Si están desafinados, te conviertes en ruido” Sadhguru

Decir que la verdadera salud radica en tener sintonía con la naturaleza, es muy real. También que es importante sintonizar los estados emocionales para escuchar y hablar con el Otro. Para entender sus momentos, su vida, para coincidir y decidirse a construir algo juntos. Pero… hay que comunicarse presencialmente de persona a persona.

¿Cuál es la frecuencia, el espacio, para el diálogo que posibilite la comunicación y el entendimiento? Se habla continuamente de la necesidad de reestablecer los lazos de solidaridad quebrados y rotos en nuestra sociedad argentina. Y no se quiere ver la paulatina desaparición de esos lazos. Pareciera que no hay sintonía, diálogo, conversación; en cambio… hay gritos, denuestos, insultos, amenazas, y lo que es peor, se sintonizan frecuencias no sólo extrañas al ser nacional que hace a nuestra identidad y que borran nuestra historia reciente, sino que además se niega el significado de lo humano, de lo que es la persona, del respeto a la dignidad de cada uno de ser como es, y de que somos una comunidad, mutuamente responsables unos de otros.

Hemos reemplazado la comunicación cara a cara por la intermediación del celular y la televisión. Reemplazado la presencia del otro por una imagen del Otro, no siempre verdadera, dando lugar a la suspicacia y a la mentira. Si a ese Otro nos lo presentan como un extraño, un objeto, una no-persona, es perversión atribuirle la suspicacia de lo que no sabemos qué es, cuando en realidad no es “qué”, sino “Quién” es. De ese modo, al igual que el rumor, los odios diseminados sobre la cabeza del Otro como brasas, se desparraman discrecionalmente, retornando violentamente como tempestad no reconocida.

Vemos lo que queremos ver y no lo que realmente ocurre. Es otra la sintonía. La de los salarios injustos, la de los precios injustos, la de los alquileres injustos, la depreciación de la moneda, el desamparo legal, la inacción e insuficiencia del gobierno sobre medidas contundentes para detener una crisis en ascenso, mientras crece la marea del odio como solución de los falsos profetas.

Las instituciones, los partidos políticos, las agrupaciones y sindicatos nadan en el desconcierto y el miedo de los que se ahogan, porque priorizan su propia supervivencia ignorando el clamor de la gente por la soberbia de sus malas prácticas. Y es la población la que sufre las consecuencias. Entonces ya no se trata de seguir mirándonos al espejo, de pensar y hablar tanto, de opinar y chatear por las redes, sino de salir de las cuatro paredes exigiendo justicia, solidaria y comunitariamente, poniéndonos al lado del Otro concreto, sin tantas elucubraciones, evitando caer en la tentación de la mentira de los medios y del odio esgrimido por la seducción violenta de iluminados individuales e individualistas.

“Sintonicemos el Bien, no el mal. Transformemos el ruido en música”.

El camino es la decisión y el hacer, más que esperar una solución electoral; reuniéndonos, organizándonos, decidiendo acciones en conjunto con una mentalidad solidaria, comunitaria, sin engaños ni falsas promesas.  Confiar unos en otros, aunque difícil y no imposible. Camino real para cualquier salida, si queremos una convivencia de estabilidad y progreso; un camino que deviene de hacer y exigir acciones valientes, empezando desde el interior de la conciencia de cada uno y llamando a la conciencia de los Otros; los que están con nosotros y los que están en contra de nosotros.

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