No es novedad que la inflación aprieta cada vez más a la economía de la gente, sin distinción de rubros. Pero uno de los sectores más afectados es el de la Indumentaria y calzado (con un incremento del 11,1%), que junto a Educación (11,9%), configuró los esquemas más elevados en el 7,1% IPC general de abril en San Luis, que fue del 7,1%.
“La verdad es que los aumentos son constantes, cada dos semanas. Hay gente que se enoja porque un día viene y ve un precio y a los tres o cuatro días vuelve y se encuentra con otro. Hay que lidiar con eso”, apuntó José Ojeda, encargado de una reconocida casa de deportes.
En su situación particular, observó que se mantienen las ventas, incluso ante un panorama cada vez más desalentador. “No sé si es gracias a los créditos, pero vemos un poco más de movimiento; estamos vendiendo muy bien”, aseguró. Al mismo tiempo, remarcó que muchos clientes optan por comprar ropa o calzado a modo de inversión: aún con las recargas que se aplican en las tarjetas de crédito, se ve una conveniencia debido a los índices de la inflación, que siempre son más altos. De todas maneras, lo que refiere al movimiento de clientes difiere en otros negocios.
“Cuando aumenta el dólar, automáticamente hay que subir los montos en algunas cosas que son importadas. A la mayoría de la gente le molesta ver estos incrementos, pero quien compra un artículo lo lleva a un precio que después crece. En definitiva, siempre es un ahorro la ropa”, opinó Patricia Toranzo, empleada de una tienda céntrica.
Tanto la joven, como en los distintos espacios consultados, confirmaron que lo que más se vende en estos momentos son los buzos, suéteres y artículos básicos y económicos. Todo con un predominio del dinero digital: estiman que el 70% de las ventas se concretan con tarjetas, el 15% con billeteras virtuales y el resto se abona con plata física.
“La actualización de la indumentaria se podría calcular en un 40% en lo que va del año. Para la gente es toda una cuestión. Por dar un ejemplo, ven una remera a $3 mil y luego a la misma prenda la encuentran a $5 mil; se enojan. Pero en el fondo no es mucho, sobre todo si se tiene en cuenta lo que pasa en el país”, destacó Toranzo.
Una situación diferente arroja Belén Pérez, quien atiende un negocio en el interior. “En nuestro caso las ventas han disminuido casi un 60%. Las personas buscan calidad, pero también precios y llevan prendas esenciales. Si se quedan sin un jean, por ejemplo, es lo que llevan. No van por el conjunto completo. Los jeans han aumentado al menos tres veces en este último tiempo. Hay artículos que estaban a $3 mil el año pasado y ahora se venden a $16 mil”, mencionó.
Subrayó que los abrigos han sufrido actualizaciones importantes. Una campera de buena calidad que el año pasado se podía encontrar en $9 mil, hoy sale al menos $50 mil. Muchos han cambiado sus hábitos de consumo y pasaron de las primeras marcas a las alternativas, o directamente mermaron la cantidad de compras.
Los listados de precios son muy variados en la capital. Hay opciones para todos los bolsillos, pero nada baja de $8 mil. Para graficar, una parka puede rondar los $60 mil, un suéter llega a los $14.900, un polerón cuesta $18.500. Un chaleco reversible se puede comprar por $33.990. Para dimensionar las variaciones, una campera económica de abrigo se puede conseguir en $20 mil, mientras que algo de primera marca alcanza hasta más de $250 mil.
En el calzado pasa algo similar. Las zapatillas para niños no bajan de $20 mil; mientras que en el calzado de adultos hay que pensar en un margen de $30 mil para comprar algo intermedio. Si se busca calidad, se tiene que recurrir a un gasto que supere los $60 mil.
La Cámara de Comercio de San Luis informó que el rubro de indumentaria tiene problemas para impulsar las ventas debido a que no configura una necesidad primera para muchos clientes. La financiación es clave para mantener el movimiento y ofrecen facilidades de pago en algunos negocios, con 3 cuotas sin interés y 6 con un recargo mínimo, otros apelan a las financieras locales.
“Los aumentos se han dado por la logística y el incremento del dólar. Pero en el caso de indumentaria especializada, en algunos espacios las ventas se mantienen. Para este segmento, los precios no han tenido grandes variaciones”, explicó Emmanuel López, presidente de la entidad, con base en el informe nacional de ventas minoristas de abril (de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa) y al diálogo con los comerciantes.
De acuerdo a la información que proporcionó, las ventas bajaron un 6,1% anual en abril, aunque crecieron el 3,3% en la comparación mensual. Para el primer cuatrimestre, acumularon un desplome del 10,3%. Así, continúa entre los rubros más complicados.
“Los precios subieron mucho en los últimos dos años por la competencia de venta informal, especialmente online. Hay tiendas que se replantean hasta dónde conviene mantener un local, porque además los precios de los alquileres tienen una incidencia muy alta”, agregó en referencia a los datos.