El módulo Luna-25, que pesa alrededor de 800 kilos, tiene la tarea de recopilar muestras y analizar el suelo lunar, así como llevar a cabo investigaciones científicas a largo plazo en la superficie lunar. El viaje a la Luna se estima que tomará entre cuatro días y medio y cinco días y medio.
Esta misión marca el inicio del nuevo programa lunar de Rusia y busca fortalecer su cooperación espacial con China. Esta colaboración se produce en medio de tensiones con las potencias espaciales occidentales debido a la situación en Ucrania. Es importante señalar que la Agencia Espacial Europea (ESA) ya no cooperará con Rusia en esta misión ni en futuras misiones a raíz del conflicto en Ucrania.
Esta será la primera vez en décadas que Rusia enviará una misión a la Luna. La última misión lunar de la Unión Soviética fue la sonda espacial Luna-24 en 1976. Desde entonces, Rusia ha enfrentado dificultades para mantener un programa espacial innovador en comparación con iniciativas privadas emergentes, como SpaceX de Elon Musk.
Esta misión lunar refleja el renovado interés global en la exploración espacial, con varias potencias compitiendo para avanzar en la investigación y explotación de la Luna y otros cuerpos celestes.