De esta manera, la DGA secuestró más de 500 termos que carecían de la certificación del Instituto Nacional de Alimentos (INAL), y por tanto “podrían ser dañinos para la salud de las personas”, según indicó el organismo en un comunicado.
Se trató de mercadería valuada en $16.000.000 que fue secuestrada, y la multa total podría alcanzar los $80.000.000.
Además, informaron que también “se presume fraude marcario en productos con inscripciones de marcas reconocidas como Stanley”.
El hallazgo tuvo lugar en el contexto de 25 operativos simultáneos en comercios del barrio porteño de Once y de la Ciudad de Córdoba, en el marco del artículo 123 del Código Aduanero.
Específicamente, de los operativos, 14 tuvieron lugar en la Ciudad de Buenos Aires y 11 en Córdoba, y en los mismos también se detectaron juguetes en infracción que según indicó la Aduana “también carecían de certificaciones de seguridad y de la documentación que respaldara su legítimo ingreso al país”.
Los controles, según indicaron desde la Aduana, tenían como objetivo comprobar la legal tenencia y legítimo ingreso a plaza de la mercadería de origen extranjero.
“Los agentes aduaneros solicitaron la debida documentación de las mercancías exhibidas a la venta y constataron numerosas infracciones, en concreto, la falta de estampillas fiscales —cuya presencia exige el artículo 986 del Código Aduanero— permitió presumir que habían sido importados en forma indebida”, agregaron.
Además, como el uso de las mencionadas mercaderías en infracción supone el contacto directo con alimentos, la falta de certificación del Instituto Nacional de Alimentos (INAL) —dependiente de la ANMAT— constituye una infracción adicional.
En ese sentido, resaltaron que el aval de dicho organismo requiere el estudio del material, sus contaminantes y el posible pasaje de sustancias no deseables a los alimentos.