El contador Hugo Zudaire analizó que la devaluación de diciembre fue absorbida por la inflación y, por eso, los exportadores presionan por una nueva corrección del precio del dólar oficial, lo que genera corridas cambiarias.
“El sector del agro ha visto entre fines de noviembre y ahora una caída de un 23% de la capacidad de compra de sus productos. Esto augura, en alguna medida, que la próxima devaluación tendría que ser como mínimo el 23%”, explicó.
Además, el agro liquidó en junio un 24% menos de cosecha que en mayo. “Durante todo el año liquidaron 11 mil millones de dólares, que es lo que se liquidó en el mismo lapso el año pasado, cuando hubo una sequía terrible”, indicó Zudaire. A este panorama se agrega la caída de las reservas.
El contador resaltó que una devaluación permitiría no sólo que los exportadores liquiden su producción, sino que también haría recomponer las reservas del Banco Central.
“Pero el ministro de Economía, Luis ‘Toto’ Caputo, decidió recomponer las reservas bajando el déficit del Banco Central. Lo hace con Letras de Renovación Monetaria. A su vez, todos los bonos que emitió el Banco Central están en poder de los bancos, que los compran con la plata de los plazos fijos”, agregó.
Esos bonos que tienen los bancos, además, tienen una alta tasa de interés. Y consideró que Caputo “ahora echa nafta al fuego al decirle a los bancos que los bonos del Banco Central los va a sustituir con bonos de la Tesorería General de la Nación, que está teniendo superávit y que va a utilizar el superávit para pagar los intereses (de esos bonos) que no está pagando el Banco Central”.
De esta manera, la intención de Caputo es equilibrar las finanzas del Banco Central, pero ese déficit pasa ahora a la Tesorería.
“Los mercados ven todo ese desmanejo y les causa desconfianza; el mercado quería algo mucho más sencillo, que es la devaluación”, aseguró el CPN.