La catástrofe, que ha dejado cientos de muertos y decenas de desaparecidos, fue una experiencia impactante para la puntana de 19 años. "Es de película lo que sucedió; nunca pensé vivir algo así", expresó.
El martes 29 de octubre empezó como un día común, aunque con fuertes lluvias previas y ráfagas de viento. Sin embargo, la situación empeoró rápidamente. "Mi pareja me empezó a enviar videos de cómo se estaban inundando distintas zonas", recordó Abigail. Al regresar del trabajo en el auto de una compañera, la joven notó que todas las calles y autopistas, incluida la que conecta con Madrid, estaban ya anegadas.
Muchos conductores, incluidos Abigail y sus compañeros, buscaron refugio en zonas elevadas, como una rotonda. Desde allí, la joven pudo ver cómo la crecida cubría un local de McDonald’s, mientras sus empleados pedían auxilio desde el techo. En una escena impactante, camioneros lanzaban cuerdas para ayudar a unas treinta personas atrapadas en un puente cercano. "Pasamos la noche arriba de un camión, sin ayuda de bomberos ni la Guardia Civil", relató.
No fue hasta las cinco de la mañana que el agua comenzó a bajar, permitiéndole a Abigail y a su compañera llegar a la autopista, la cual estaba destruida. "Volví caminando a mi casa en Catarroja; el barro llegaba más arriba de la rodilla", contó.
La joven criticó la falta de respuesta de las autoridades, pues, según relató, la alerta roja se activó cuando ya muchas zonas estaban inundadas.