Según la especialista, la muerte de Sánchez, ocurrida el 4 de septiembre pasado, fue producto de un edema pulmonar, una complicación que podría haber sido desencadenada por factores tanto clínicos como no clínicos, incluyendo el estrés y la tensión sufridos durante el asalto.
Miatello detalló que llegó al departamento de la víctima, ubicado en el barrio La Rioja de Villa Mercedes, alrededor de las 14:35 horas. Al ingresar, encontró el cuerpo de Sánchez tendido boca arriba en un pasillo, entre dos habitaciones. El desorden en el lugar evidenciaba que los ladrones habían revisado minuciosamente cada rincón.
Durante su inspección, la forense observó que la víctima presentaba moretones y pequeñas escoriaciones en el rostro, manos y brazos. También tenía sangre seca en la nariz y uñas rotas, señales de un posible forcejeo. Sin embargo, aclaró que la muerte no fue traumática, sino que se debió a un edema pulmonar, una condición que provoca la acumulación de líquidos en los pulmones.
La médica explicó que el edema pudo ser consecuencia de una complicación cardíaca, como un infarto o una arritmia, pero también señaló que factores no médicos, como el estrés extremo o la tensión del momento, podrían haber contribuido significativamente al deterioro de la salud de Sánchez.
El historial clínico de Sánchez, revelado durante la audiencia, mostró que la mujer padecía hipertensión arterial, arritmia y problemas respiratorios. A pesar de necesitar un inhalador, Sánchez era fumadora crónica, lo que pudo agravar su estado de salud en una situación de alta tensión como la que vivió durante el asalto.
La declaración de la forense añade una dimensión compleja al caso, sugiriendo que aunque el asalto no fue directamente violento en términos físicos, el impacto emocional y el estrés resultantes podrían haber sido suficientes para desencadenar el edema pulmonar que llevó a la muerte de Mafalda Sánchez. Ahora, el tribunal deberá considerar cómo estas circunstancias influirán en el juicio contra Guillermo Páez.