Dios no te ha dado espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de templanza, no te avergüences de lo que has creído y reten las sanas palabras en la fe, el amor y esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.
No te involucres en los negocios sucios de la vida, agrada a Dios por medio de la honestidad, procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, evita profanas y vanas palabrerías; apártense de la iniquidad, huyan de los deseos juveniles y sigan la justicia, la fe, la caridad, la paz, e invoquen al Señor de puro corazón.
En los tiempos postreros vendrán tiempos peligrosos, dijo Dios por medio del profeta, habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, detractores, desobedientes a los padres, ingratos y sin santidad, sin afecto, desleales, calumniadores, destemplados, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, arrebatadores, amadores de los deleites más que de Dios. No resistan a la verdad, y no sean hombres corruptos, no se alejen de la fe en Cristo Jesús.
Todos los que quieren vivir píadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución, mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados, empero persiste tú en lo que has aprendido en la palabra de Dios ya que toda escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, para que el hombre sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra.
El señor nos libre de toda mala obra, de toda corrupción, de toda indiferencia y maldad y que el Señor Jesucristo nos acompañe con su Espíritu y la gracia de Dios esté sobre nosotros.