Aunque no tienen contacto con ella desde el domingo 16, el fiscal instructor Maximiliano Bazla informó que no se trata de una desaparición, ya que la mujer expresó su voluntad de no ser encontrada.
Según Bazla, Analía se presentó en uno de los establecimientos donde trabaja y manifestó claramente que no desea ser buscada. A pesar de ello, la Policía continúa intentando ubicarla para entrevistarla y descartar cualquier situación irregular.
Luis, el padre de Analía, confesó estar desconcertado y angustiado. "Quiero saber si está bien, si está viva", expresó entre lágrimas. Según él, su hija dejó de responder llamadas y mensajes de un día para otro. A esto se suma que tampoco ha asistido a los tres colegios donde trabaja como docente, aunque trascendió que está de licencia hasta el lunes.
Entre las hipótesis que maneja la familia, destacan:
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Una posible relación conflictiva con su pareja.
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Comentarios de Analía a principios de año sobre sentirse perseguida.
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Efectos secundarios de la medicación oncológica que consume.
Analía, además de docente, es licenciada en Administración de Empresas. Según el fiscal Bazla, recientemente participó en un acto escolar donde habló con algunos amigos, lo que confirma que se encuentra con vida y en pleno uso de sus facultades.
Sin embargo, su decisión de mantenerse alejada ha desconcertado a sus padres, quienes aseguran que no conocen las razones detrás de su conducta.
Luis y el resto de su familia solo desean confirmar que Analía está bien. Piden que, si alguien tiene contacto con ella, se lo hagan saber. Mientras tanto, la Policía sigue trabajando para ubicarla y despejar dudas sobre su estado emocional y físico.
El caso de Analía pone sobre la mesa cuestiones delicadas, como el derecho de las personas adultas a decidir sobre su privacidad y las implicancias emocionales que esto tiene en sus seres queridos.