Según una encuesta regional reciente, 9 de cada 10 jóvenes encuentran barreras significativas al buscar trabajo, y más de la mitad está en la informalidad laboral. Estas cifras reflejan una crisis que se profundiza en un contexto de recesión económica, con creciente pobreza e indigencia juvenil.

El 72% de los encuestados señaló que la falta de experiencia es el principal obstáculo para acceder a un empleo formal. Además, el 70% termina desempeñándose en actividades que no son de su interés, generalmente por urgencia económica. Esto afecta tanto sus expectativas laborales como su desarrollo profesional, en un escenario donde el 62% de los jóvenes vive en pobreza y el 25% en indigencia.

La precarización laboral afecta de manera directa a este sector etario. Según el Ministerio de Economía, el 57% de las mujeres jóvenes y el 56% de los hombres jóvenes no perciben aportes jubilatorios por su trabajo. Esta situación limita sus derechos laborales y su acceso a beneficios sociales.

En cuanto a ingresos, los jóvenes reciben, en promedio, un 30% menos que el resto de la población activa, pese a trabajar casi las mismas horas. La situación se agrava para las mujeres, quienes enfrentan mayores brechas salariales.

La precarización laboral también repercute en el acceso a la vivienda. Cuatro de cada diez jóvenes viven con sus padres o abuelos porque no pueden costear una vivienda propia. Según la Fundación Tejido Urbano, entre 2 y 2,5 millones de personas de entre 25 y 34 años no logran emanciparse debido a la falta de ingresos suficientes o de ahorros.

Entre las áreas donde más buscan empleo los jóvenes destacan ventas y atención al cliente (43%), marketing y publicidad (18%) y tecnología de la información (18%). Sin embargo, el 70% termina trabajando en sectores que no son de su interés, principalmente debido a necesidades económicas urgentes y a la falta de experiencia.

Los datos reflejan un panorama preocupante. Las barreras de acceso, la informalidad y los bajos ingresos son desafíos que demandan políticas públicas urgentes. Según expertos, es clave generar estrategias que promuevan la inclusión laboral y garanticen condiciones dignas para este sector, que representa casi el 25% de la población total en el país.

La juventud argentina enfrenta una crisis sin precedentes, que amenaza con perpetuar la pobreza y limitar las oportunidades de desarrollo. La atención a este segmento debe ser una prioridad en cualquier agenda de recuperación económica y social.