La primera tragedia fue el crimen de Morena Domínguez, una niña cuya muerte conmocionó al país y llevó a la cancelación de los actos de cierre de campaña por respeto a la situación.

La segunda tragedia ocurrió el día siguiente, cuando un militante de izquierda llamado Facundo Molares murió en medio de un operativo de represión policial en la Ciudad de Buenos Aires. Su muerte generó controversia y debate sobre la actuación de la policía y llevó a la suspensión de actividades proselitistas en el marco de la campaña electoral.

El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, expresó sus condolencias por la muerte de Facundo Molares y respaldó la actuación de la policía, al mismo tiempo que llamó a la paz y a la no confrontación en el país.

Patricia Bullrich, precandidata presidencial de Juntos por el Cambio, también manifestó su apoyo al gobierno de la Ciudad en medio de esta situación y criticó al oficialismo, afirmando que un cambio en el gobierno traerá "orden en serio en las calles".

Sergio Massa, precandidato presidencial de Unión por la Patria, se refirió a las tragedias y destacó la importancia de no politizar la seguridad en un contexto electoral. También enfatizó la elección entre dos modelos de país que se define en las elecciones.

Juan Grabois, otro precandidato presidencial de Unión por la Patria, responsabilizó a la policía porteña por la muerte de Facundo Molares y llamó a no resignarse a la violencia.

La situación también se tornó tensa en otros aspectos, como un corte de vías realizado por trabajadores tercerizados en la estación de trenes de Constitución, lo que llevó a preguntas sobre la continuidad de las elecciones del domingo.