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¿Por que le decían Ringo a Oscar Bonavena? el mito con Ringo Star

Publicado el Martes, 27 Septiembre 2022 14:46 Escrito por

Oscar Bonavena se popularizo a nivel mundial, bajo el apodo de Ringo. Conocé la curiosa y graciosa historia sobre dicho mote, que despeja todos los mitos y rumores existentes sobre el tema. Natalio, hijo de Oscar Bonavena, reveló durante una entrevista exclusiva para IZQUIERDAZO, que su padre tenía atracción para los sobrenombres y contaba con uno por cada grupo cercano.

“A él le decían Titi cuando era joven, porque el apodo se lo puso mi familia“, contó. “Desde chico le decían así, y ese apodo le duró hasta el último día de su vida. En el barrio, sus amigos le decían Zurdo, por cuestiones evidentes”. Además, Ringuito explicó cuál fue el origen verdadero del alias por el cual el planeta entero lo conoció. Entre tantas historias se forjó la leyenda, que nadie conoció la certeza… Hasta hoy.

“Se puso Ringo cuando estaba en Estados Unidos, en 1964. Caminaba con mi mamá, y vio un cartel que decía: ‘Ring’, de anillos. Y él dijo que se iba a poner así, Ringo. No fue por Ringo Starr. La anécdota que dice que lo confundieron con Starr, fue un invento suyo”, aseveró. Ringo Bonavena en una de sus largos días de entrenamiento. Oscar Bonavena era boxeador, y Ringo fue amigo de todos Oscar Natalio Bonavena fue uno de los máximos personajes que dio el deporte argentino, aún por fuera de las fronteras propuestas por el boxeo. En numerosas oportunidades, cruzó las cuerdas del cuadrilátero para demostrar que ahí estaba, con el pecho inflado y una sonrisa de oreja a oreja. Durante sus últimos años en Buenos Aires, que fueron 1974 y 1975, Oscar Bonavena vivió en un dúplex situado en la esquina de República de la India y Avenida del Libertador. Era un séptimo piso, de 140 metros cuadrados, con enormes ventanales que daban al Jardín Zoológico, curiosamente. Por lo que relata Ezequiel Fernández Moores en su libro “Díganme Ringo“, al boxeador se lo recuerda por su discreción, aunque suene extraño.

Compraba el diario, y se sentaba en una confitería a comer un sandwich de salame, con un buen vaso de fernet con bebida cola. En un rincón de su departamento, tenía instalado su propio gimnasio. Observaba con un catalejo a sus vecinos, y hasta se ratoneaba con la sombra de la vedette Nélida Lobato. Sin cargar ni disparar, apuntaba a los animales del zoológico con un fusil, equipado con una mira telescópica. F. Mayweather: "Estoy aquí para divertirme" Play Video No era un tipo demasiado sociable. Jugaba a los cowboys con Héctor Ricardo García, y charlaba con sus animales, a quienes distinguió como sus mejores amigos. Lo fascinaban. Le hablaba al león, y le gritaba a las águilas, que ni siquiera acusaban recibo de los alaridos de Bonavena.

Fuente :  https://izquierdazo.com

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