Domingo, 24 Noviembre 2024
Osvaldo Bianchi

Osvaldo Bianchi

Viste que tener un cero kilómetro es fantástico; todo perfecto, todo funciona y hasta el olor tan particular nos llena la mente y el ánimo de ponderación; con decirte que se siente como que uno conduce mejor! Ahora, ¿te acordaste que hay que echarle nafta (esa que ahora indiscriminadamente aumenta porque la misma hace tres meses era fea), pagar un seguro mucho más caro, impuestos más elevados...

¿Cómo andamos? ¿Está todo bien? ¡Ponele que sí! Viste que levantar una pared lleva su tiempo y esfuerzo; es un proceso, es decir, nunca un soplar y hacer botellas, sino un paso a paso en el que se conjugan materiales, condiciones e idoneidad de quien la construye, porque sola tampoco se hace.

Por momentos uno se resiste a la obviedad, solo para que la claridad no resulte odiosa; pero cuando las evidencias son tan elocuentes, cualquier parecido con la realidad deja de ser fantasía. Es más, uno ya no sabe cómo hechos tan contundentes pueden seguir ameritando esperas estériles, hasta no saber por dónde empezar...

Cuando Favaloro decía que había que tomar un vasito de vino por el asunto de las coronarias, muchos interpretamos que ese 'vasito' podría ser de 500 o 1000cc; las cosas, de pronto, no siempre son buenas o malas en sí mismas si no que depende también del uso que le demos.

Claro que uno tiene que vivir con esperanzas y gratitud por lo mucho bueno que nos pasa: sol, aire, vida, en fin...; sin embargo, todo parece lúgubre, penoso, triste; o, por lo menos, descontento e incierto.

A medida que el tiempo transcurre la zozobra se vuelve odiosa; basta una mirada como para interrogar (nos) -y al buen decir de nuestra entrañable amiga - '¿qué nos está pasando?'-. Es cierto, hemos mal elegido por acción u omisión pero, a decir verdad, vamos como de mal en peor.

Cuando hay tormenta, hay que mantener la casa cerrada; si abrimos un poquito la puerta es posible que el viento impetuoso nos lleve puestos, incluso con todas las pertenencias que -seguramente- con real sacrificio sostenido en el tiempo hemos conseguido.

Después de la Babel odiosa parece recurrente acudir a las historias bíblicas; pero nada es al azar y algo debe haber porque tengo entendido que dentro del judaísmo, como pasa en todas las religiones, hay facciones, desprendimientos, acepciones, maneras de interpretar y cosas por el estilo.

Viste que cuando uno tiene que viajar no se pone a pensar de una qué conductor me tocará, si estará alcoholizado al momento de manejar o si tendrá la suficiente pericia como para no ir zigzagueando todo el tiempo; tampoco uno considera si funciona el aire acondicionado con estos calores o la calefacción con semejante frío...

Recuerdo ese episodio, en el que todas las lenguas se confundían y nadie entendía nada; en efecto y entre otras cosas, la cultura parece estar muy en peligro. Un artista que declara no haber llegado nadie (entiéndase 'que la defienda', si no todo lo contrario) resulta para los odiosos de siempre un contraejemplo que otro par declare que "se vayan al carajo" los que quieren arrodillarnos.

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Calle Angosta | Periódico Digital. Publicación digital con artículos de interés en diversas temáticas, con selección de textos, imágenes, audios y vídeos.

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