La Policía y la Justicia trabajan de manera conjunta y exhaustiva para combatir este tipo de delitos. El subcomisario Sebastián Acevedo, a cargo de la Unidad de Investigación de Ciberdelitos, que es una dependencia conjunta de la Policía y el Ministerio Público Fiscal, señaló que el incremento se ha observado principalmente en delitos económicos que afectan el patrimonio de las personas. Además, también se han incrementado los casos de grooming, que implica el acoso a menores utilizando tecnología digital, y la intrusión en empresas, donde se roban bases de datos o se interfiere en los sistemas digitales a gran escala.

La suplantación de identidad es otro delito que se ha incrementado, y aunque en sí mismo no es un delito, se utiliza como medio para cometer estafas. La capacidad de los delincuentes para actuar desde cualquier parte del mundo con recursos limitados y bajo identidades falsas representa un desafío para las investigaciones. Sin embargo, las autoridades instan a las víctimas a realizar las denuncias correspondientes, sin importar la cantidad de dinero que hayan sido estafadas.

La Unidad de Investigación de Ciberdelitos trabaja bajo el convenio del Programa de Fortalecimiento para la Investigación de Ciberdelitos y Ciberseguridad del Ministerio de Seguridad de la Nación. El equipo de trabajo tiene la capacidad de solicitar informes a empresas de telecomunicaciones, bancos y otras plataformas digitales, como Meta (Facebook e Instagram), para apoyar las investigaciones.

La Unidad ha manejado alrededor de 1.200 casos en 10 meses de trabajo, lo que representa un promedio de 2 a 5 casos diarios. Sin embargo, se estima que la cantidad de delitos denunciados es mucho mayor, ya que muchas víctimas no se percatan de que han sido víctimas de un ciberdelito. El equipo no solo se dedica a la investigación, sino que también brinda contención a las víctimas, especialmente en casos sensibles como la pedofilia, donde operan grandes organizaciones delictivas.

El subcomisario Acevedo destacó que formar parte de esta Unidad es un desafío importante debido a la complejidad y novedad de los delitos que investigan. La jurisdicción del ciberespacio no tiene límites geográficos y requiere capacidades y conocimientos especializados. El equipo se mantiene actualizado en áreas como criptomonedas y lavado de activos.

Entre las recomendaciones, se destaca la necesidad de desconfiar de lo que se encuentra en las redes y plataformas digitales, prestar atención a las direcciones URL y seguir recomendaciones de seguridad al realizar compras en línea. Los padres también son instados a vigilar el uso que sus hijos hacen de los dispositivos digitales.

La Unidad de Investigación de Ciberdelitos también lleva a cabo campañas preventivas y se enfoca en la educación digital de los usuarios. Los expertos destacan la importancia de la legislación actual y la necesidad de seguir los ejemplos de países como Europa y Estados Unidos, que han logrado avances significativos en la forma de abordar estos problemas.