APU Stream es el programa de la Agencia Paco Urondo que se transmite los sábados de 11:30 a 14 hs por los canales de YouTube y Twitch de Gelatina. En esta ocasión, el programa contó con la presencia de Abelardo Vitale y Nicolás Tereschuk, comunicador y politólogo respectivamente, quienes brindaron su análisis sobre la situación política actual.
Agencia Paco Urondo (APU): Anteriormente, en Argentina se aplicó un modelo desindustrializador basado en la violencia política. Hoy, Javier Milei lleva adelante su plan económico con altos niveles de consenso. ¿Cuál es su lectura al respecto?
Nicolás Tereschuk (NT): Nadie entiende nada, pero probablemente porque nadie baja una línea clara tampoco. Creo que cuando hay confusiones tan grandes en el debate público es porque faltan coordenadas claras. Muchas veces, en estas situaciones, se revisa todo, hay autocrítica, depresión e internas, lo cual está bien, y se arrojan culpas. En el peronismo, en particular, a menudo se observa lo que está de moda y parece ser el signo de los tiempos.
La representación en política parece ser muy directa. Si la gente se vuelve fascista o lo que está de moda es gritar y ser auténtico y desprolijo, los representantes buscan ese formato. Sin embargo, la representación tiene un canal de ida y vuelta. Es cierto que hay intereses e ideas que los representantes también transmiten.
APU: ¿Qué opina sobre Milei?
NT: A mi modo de ver, Milei no está solo representando algo que existe, sino que constantemente impone algo muy fuerte, lo cual termina moviendo hacia donde él pretende. Los dirigentes del peronismo, en cambio, están en situaciones diversas donde esa línea no se baja tan fuerte, lo cual es natural y razonable por el momento que se vive. Será necesario que se bajen coordenadas claras.
Abelardo Vitale (AV): Es un buen momento para hacerse preguntas y esforzarnos más en eso que en apresurarnos a dar respuestas. Perder es malo, a nadie le gusta perder. Acabamos de perder como peronistas, por lo que es absolutamente razonable que estemos confundidos, enojados y deprimidos. Es un momento particularmente flojo de nuestra dirigencia, lo cual tiene que ver con los efectos de toda derrota.
APU: ¿Flojo por no bajar línea?
AV: No solo por eso. No se trata solo de bajar línea, sino de escuchar. Escuchar significa entender los fenómenos sociales que están pasando en nuestro país. Nuestra confusión no solo se debe a la derrota, sino también a un momento muy cambiante en el mundo. La pospandemia ha cambiado mucho, y estamos viendo la emergencia de derechas radicales en muchos lugares con distintas situaciones económico-sociales.
APU: ¿Por ejemplo?
AV: Por ejemplo, en Países Bajos los números no justifican un viraje hacia el nazismo, y sin embargo, está ocurriendo. Aunque hubo algunos resultados electorales alentadores en Francia y Gran Bretaña para el campo progresista, no deja de haber un crecimiento importante de posiciones de derecha extrema en el debate y la opinión pública mundial.
No estamos aislados del mundo y esos cambios nos obligan, a los que formamos parte del campo nacional y popular, a repensar algunas cuestiones porque si el mundo ha cambiado, no podemos seguir teniendo las mismas respuestas que hace diez, veinte o treinta años.
APU: ¿El peronismo da viejo?
AV: No sé si da viejo o débil, que no es lo mismo. Creo que debemos volver a posicionarnos y retomar cuestiones sencillas. Por ejemplo, los peronistas creemos que es más importante ser solidarios que egoístas, que la justicia social se expresa integralmente en una comunidad, y no en el individualismo para ser exitoso.
¿Cuáles son nuestros principios? No necesariamente volver a la doctrina, aunque nos da un marco y un lugar desde donde hablar. No tiramos nuestro pasado por la ventana. Vale para la doctrina, para Cristina y Néstor, y para cada experiencia del peronismo a favor de lo popular.
APU: Ese sería otro tema a desarrollar.
AV: La mayoría de los argentinos siguen pensando en la solidaridad y la comunidad como valores que nos constituyen. Deberíamos ser más y preguntarnos en qué estamos fallando.
APU: Da la sensación de que se esperan definiciones claras y no las hay, como si fuera un peronismo timorato o débil.
NT: El peronismo está como si el voto popular lo hubiera puesto en un oficialismo en espera. No, lo puso en la oposición. El opositor se opone. ¿Es lindo ser opositor? No, es mucho mejor ser oficialista.
AV: Para nosotros, los peronistas, es mejor ser oficialista. Está lleno de expresiones políticas que prefieren ser oposición siempre, porque es más fácil.
APU: No sabemos ser oposición.
NT: Ser opositor implica oponerse a todo. Tiene que haber algunos dirigentes compañeros que hasta te den un poco de vergüenza por cómo se oponen, y otros que lo hagan con más altura. Observemos cómo hacían oposición ellos. El opositor se opone. Me parece que hay algo ahí entre guardarse o callarse.
AV: Y cierta responsabilidad propia de aquellos que están acostumbrados al manejo del Estado. A nosotros no solo nos gusta ser gobierno sino que siempre tenemos un fuerte compromiso a la hora de serlo con la gestión. Te puede salir bien o mal después, pero tenemos un gran respeto institucional. No hay mucha discusión con respecto a Venezuela, según mi posición. Para los peronistas, lo que vale son los votos, cuando ganamos y cuando perdemos.
NT: El Estado debe garantizar que todas las partes vean los votos y, si tienen un reclamo, lo hagan en otra instancia. Una fuerza política que tiene ese compromiso con el tema de los votos, para la cual el voto es sagrado, perdió dos segundas vueltas y entregó las llaves. Pretendemos que las elecciones en todos lados, y el respeto a ellas, sean como las de acá. Esa es una posición clara y es la misma que Lula da Silva, Gustavo Petro y México. El comunicado del bloque de Diputados de Unión por la Patria, el más grande que hay en la Cámara de Diputados, fue muy claro en todos los aspectos.
APU: En cuanto a los liderazgos, algunos acusan al gobernador Axel Kicillof de ser tibio en su enfrentamiento con Milei.
AV: Yo lo veo claro. De todos los dirigentes con responsabilidad, sin lugar a dudas, Kicillof está siendo el principal opositor, incluso pagando costos. Por ejemplo, la discusión de Bahía Blanca. Esa oposición que manifiesta con su gestión, su equipo de gobierno y la fuerza política que lo acompaña, tiene costos.
NT: Fíjate la dificultad que existe. Tomar un rol nuevo de oposición en el marco de una crisis global y no barrial como las derechas radicales. Le sumas el cambio en el manejo y la vinculación con la tecnología y la crisis en un sector de la sociedad, el de los varones jóvenes, con posiciones más agresivas, excluyentes e individualistas. Son varias crisis que se condensan en el fenómeno de Milei.
APU: En ese sentido, también se pelea y después tiene que disculparse.
AV: Una de las características más valoradas de Milei por sus seguidores es ser auténtico. No es careta, dice lo que piensa. Ser auténtico no es lo mismo que decir la verdad. Esta autenticidad es muy valorada por los varones jóvenes menores de treinta años. ¿Debemos copiar las mentiras de Milei o su autenticidad? Creo que la autenticidad es un valor importante.
NT: ¿Cómo es una autenticidad no violenta, no fascista, no excluyente, no discriminadora?
APU: ¿Cómo se puede ser auténtico?
AV: Diciendo lo que crees, de verdad. Por ejemplo, para nosotros, que haya una ínfima minoría que viva 150 mil veces mejor que el resto de la población está mal. Estamos en contra de eso, eso es auténtico.
APU: Sobrevuela la crisis del progresismo o la crítica del mismo como tema.
NT: La autocrítica es del otro. En este momento de gran confusión y un peronismo que enfrenta varias crisis, hay una sobrerrepresentación de las diferencias internas. Cuando voy a ver al electorado, a las personas reales, esas diferenciaciones son ínfimas.
AV: En la sociedad no está eso. Las discusiones que tenemos en la militancia, y sobre todo entre los dirigentes, están lejos de captar la realidad. Me preocupa la falta de escucha. No es solo caminar en la calle, sino usar elementos y mecanismos que permiten hacer una escucha social. Cuando vas a ver los datos sin prejuicio, no lo que quieres refrendar, eso no pasa.
APU: Hace poco salió el libro “¿Por qué ganó Javier Milei?”, de Javier Balsa, que aborda estas coordenadas.
NT: Balsa hizo muchas encuestas y construyó cuatro categorías: en lo económico, nacional y popular o neoliberal; en lo social o cultural, progresista o conservador. Descubrió que la mayoría, si es neoliberal, tiende a ser conservador, y si es nacional y popular, tiende a ser progresista.
AV: La familia es la Nación, los niños somos los ciudadanos y los liderazgos políticos son estos padres. Todos procesamos la información en alguno de estos encuadres conceptuales.
NT: El debate termina siendo moral. Milei aborda una batalla moral. Dice que la inflación y la emisión son temas morales, donde el emisor es degenerado y diabólico. Combater eso con un cuadro es complicado.
APU: ¿Por qué nuestra dirigencia queda atrapada en micro-discusiones?
AV: Porque están sobreconsumiendo medios, streams y Twitter en vez de escuchar y estudiar a la gente. Hay notas, libros y podcast que le piden al peronismo que haga tal cosa o tal otra. Si nos piden es porque creen que algo tenemos para dar. Tenemos presente, el futuro depende de nosotros construirlo.
NT: Se están disputando liderazgos y se disfrazan de diferencias orientativas o programáticas. En vez de decir que no quieren que alguien conduzca más, dicen que el problema es conceptualizar mal el déficit fiscal.
APU: La forma en que expresamos nuestra disputa de poder es ineficiente en términos de productividad electoral.
AV: No es malo que nos pase ahora porque falta para las próximas elecciones. Peleémonos, es muy propio del peronismo, pero con más claridad. Si discutimos el liderazgo, empecemos por eso, no qué programa llevar adelante en tres años. Un proyecto de país sí debemos discutir, no puede ser el mismo que hace cincuenta años. Los valores no cambian, pero el mundo sí.
Nuestro proyecto tiene que volver a ser nacional. Hoy somos una confederación de partidos provinciales que comparten el nombre. Cada gobernador piensa primero en él y después en lo nacional. No puede ser así. Si vamos a disputar lo nacional, disputamos lo nacional.
NT: En un momento de muchos cambios, lo programático tiene relevancia, pero lo que ha expresado históricamente en el peronismo es el liderazgo.
APU: ¿Algún otro comentario de cierre?
AV: Hemos perdido emocionalidad. La pérdida de emocionalidad en la propuesta política es preocupante. Para convocar, la promesa debe ser emocionante. No puedes decir que vas a mejorar un punto y medio del producto bruto, eso no le mueve nada a nadie.
NT: Cuando las emociones priman el desconcierto o la depresión, la forma de salir de esas es con otras emociones, no con una cuestión programática racional.