Comenzó su labor en la isla de Lesbos, donde realizaba vigilancia nocturna junto a otras organizaciones no gubernamentales. Su tarea era observar desde las montañas de la costa si había embarcaciones a la deriva. Cuando recibían un aviso, él y su equipo, que ya estaban entrenados, se dirigían rápidamente en lanchas rápidas hacia el lugar donde se encontraban los migrantes para rescatarlos. Mauro vivió en Lesbos durante dos períodos distintos, sumando un total de aproximadamente 10 meses.

Inicialmente, Mauro tenía la intención de regresar a Argentina, pero se dio cuenta de que la situación en Europa era mucho más grande de lo que había imaginado y decidió dedicarse por completo a esta causa noble. Con el tiempo, ascendió a Coordinador de Buque y Rescate, encargándose de la entrega de chalecos salvavidas, comida y mantas. Viajó por varias islas que se convirtieron en el epicentro de la entrada de refugiados a Europa. Aunque enfrentan obstáculos sociopolíticos que dificultan el acceso a ciertos puertos, la ONG Open Arms continúa operando con ímpetu.

Mauro recuerda con orgullo una reciente misión cerca de la isla italiana de Lampedusa, donde una barca de metal se estaba hundiendo. Gracias a la rápida acción de su equipo, todas las personas a bordo, incluido un bebé de 5 meses y una mujer embarazada, pudieron ser rescatadas. Mauro abandonó sus estudios de Imagen y Diseño en la Universidad de Buenos Aires para dedicarse plenamente a esta labor humanitaria.

No está solo en esta tarea, ya que trabaja junto a otros siete argentinos, incluyendo al capitán del buque, Ricardo Sandoval, y otros miembros del equipo. Juntos, han llevado a cabo rescates en Bangladesh el año pasado, rescatando a náufragos que habían estado cinco días en el mar y presentaban síntomas de hipotermia. Coincidentemente, el día del rescate coincidió con la final del Mundial de Fútbol en Qatar, por lo que todos celebraron juntos a bordo del barco.