Es fundamental que los productores fortalezcan las medidas de cuidado y prevención para evitar que el virus se establezca y se propague.
La alerta fitosanitaria estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2024 e implica la implementación de medidas de prevención, detección, contención y erradicación del virus. Se solicita a quienes encuentren síntomas sospechosos en los frutos que realicen la denuncia correspondiente.
Además, se ha creado un Comité de Crisis conformado por diversas instituciones y sectores relacionados con la problemática, como el Senasa, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional de Semillas (Inase), centros de investigación, universidades, gobiernos provinciales y representantes del sector público y privado.
Se llevarán a cabo charlas técnicas organizadas por el INTA y el Inase para brindar información sobre el virus y dar recomendaciones a los productores, profesionales y técnicos del sector.
Entre las pautas de cuidado, se destacan los síntomas en hojas y frutos, como deformaciones, aspecto arrugado, moteado en tonos claros u oscuros y manchas marrones o amarillas con rugosidad. Se ha implementado un sistema de monitoreo activo en las zonas prioritarias de cultivo de tomate y pimiento.
La prevención es fundamental, ya que no existe un tratamiento específico para esta plaga. Se recomienda comprar semillas en comercios registrados, asegurarse de la procedencia segura de los plantines, limitar el acceso a la zona del cultivo, utilizar ropa de protección y desinfectar el material utilizado en el manejo de las plantas enfermas.
Es importante seguir las indicaciones y recomendaciones de las autoridades sanitarias y agrícolas para prevenir la propagación del virus rugoso del tomate y proteger los cultivos.