El objetivo del taller es permitir que las vecinas aprendan una nueva actividad y también produzcan mantas para donar a personas de bajos recursos, ayudándoles a pasar el invierno con menos frío.
Las clases se llevarán a cabo todos los sábados de 16:30 a 18:00.
Andrea Albornoz, una de las integrantes de la iniciativa, explicó que junto a Vanina y Verónica han estado realizando tareas en la iglesia durante algún tiempo, y ahora deciden compartir sus conocimientos para ayudar a los demás.
Con la llegada de las bajas temperaturas, desean asegurarse de que las familias tengan algo para protegerse. Aunque Albornoz es la que menos sabe de tejido, sus compañeras son expertas y la idea surge de crear abrigos que también puedan servir como una distracción con una meta gratificante.
El taller tiene un doble propósito: las participantes pueden aprender a tejer y, a medida que avanzan en los niveles, pueden dedicarse a emprender y comercializar lo que crean para generar ingresos económicos si no tienen trabajo, o hacer prendas para sus hijos, familiares o amigos.
Además de cumplir con el objetivo de donar mantas, el taller busca crear un espacio de encuentro y contención. Albornoz considera que tejer juntas genera charlas, nuevas ideas y ayuda a acercarse a la meta de mirar al otro y dejar de lado los problemas personales. Han recibido donaciones de lanas y agujas, por lo que no es necesario que las participantes lleven sus propios materiales al comienzo del taller, ya que tienen algunos disponibles. Albornoz destaca que comprenden que los materiales de tejido pueden ser costosos, pero están abiertos a recibir donaciones de aquellos que tengan cosas en sus hogares que no utilicen y que puedan ser reutilizadas.
Las personas interesadas en participar pueden acercarse a la primera clase, que se llevará a cabo hoy de 16:30 a 18:00 en la parroquia ubicada en la calle 9 de Julio 1719. Durante esta clase inicial, se repasarán los conceptos básicos del tejido a dos agujas, los puntos y las técnicas necesarias para armar las distintas piezas que luego se unirán para formar las mantas.
Albornoz confía en que habrá una buena convocatoria y espera que más personas se acerquen a medida que se enteren del taller. Aunque al principio sean pocas participantes, el objetivo es cumplir con la iniciativa y convertirla en una realidad tangible. Afortunadamente, cuentan con el apoyo del padre Diego Torres, quien los acompaña en estas iniciativas solidarias.