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Juana Azarduy de Padilla

Publicado el Viernes, 03 Marzo 2023 08:50 Escrito por

3 de Marzo de 1816 la heroína boliviana Juana Azarduy de Padilla, al Frente de 200 mujeres a caballo, derrota a las tropas españolas, libera a su marido prisionero y es nombrada teniente coronel.

El nombre de Juana Azarduy remite a una canción y a un poema de Félix Luna y Ariel Ramírez inmortalizado por la voz de Mercedes Sosa. Aquellas melodías y palabras permitieron conocer a una luchadora que lo dio todo por la independencia de América.

Aquellas mujeres no solamente eran excelentes espías y correos sino que algunas de ellas, como doña Juana Azurduy, comandaban tropas en la vanguardia de las fuerzas patriotas.

Nació en Chuquisaca en 1780, mientras estallaba y se expandía la rebelión de Tupac Amaru. quiso que fuera monja y ella quiso ser libre. Ganó Juana y hubo que sacarla del convento de Santa Teresa, según el parte de la Madre Superiora, por su irreductible conducta altiva.
Fuera la esperaba la lucha contra los españoles y el amor de la mano del comandante Manuel Asencio Padilla. Participó con Padilla en la revoluciones de Chuquisaca y La Paz en 1809, y un año después alojó en su casa a Juan José Castelli, uno de los comandantes de las tropas patriotas que iba a cumplir su sueño de hacer la revolución en el Alto Perú.

Juana colaboró hasta con lo que no tenía para abastecer a las tropas libertadoras que venían desde Buenos Aires.
Tras la derrota de Huaqui los realistas lograron rodear su casa en la que resistió como pudo junto a sus hijos, hasta que Padilla en una acción absolutamente temeraria logró liberarlos.

En la foto Juana Azarduy de Padilla en una recreación actual de su persona tomada de los antiguos retratos


Juana ayudó a crear una milicia de más de 10.000 indios y comandó varios de sus escuadrones. Libró más de treinta 
combates, siempre a la vanguardia.

Juana lo fue perdiendo todo, su casa, su tierra y cuatro de sus cinco hijos, Manuel, Mariano, Juliana y Mercedes, en medio de la lucha. No tenía nada más que su dignidad, su coraje y la firme voluntad revolucionaria. Por eso, cuando los Padilla estaban en la más absoluta miseria y un jefe español intentó sobornarla Juana le contestó enfurecida: "La propuesta de dinero y otros intereses sólo debería hacerse a los infames que pelean por mantener la esclavitud, más no a los que defendían su dulce libertad, como hacemos nosotros a sangre y fuego".

Juana salvó a su marido que había caído prisionero en febrero de 1814 en una operación relámpago que dejó sin rehenes y sin palabras a los enemigo españoles. 

El 3 de marzo de 1816 Padilla y Juana atacaron al general español La Hera cerca de Villar. Allí Juana al frente 200 mujeres indias a caballo logró detener a los realistas españoles, recuperar fusiles, quitarles el estandarte y cubrir la retirada de su compañero.

Juana fue una estrecha colaboradora de Güemes y por su coraje fue investida con el grado de teniente coronel con derecho al uso de uniforme, según un decreto firmado por el Director Supremo Pueyrredón el 13 de agosto de 1816 y que hizo efectivo el general Belgrano.

El general Belgrano debía entregarle el sable correspondiente, pero prefirió brindarle el suyo, el que lo había acompañado en Salta y Tucumán y durante el heroico éxodo jujeño.

Tres meses después, en el combate de Villar fue herida por los realistas. Su marido acudió en su rescate y logró liberarla, pero a costa de ser herido de muerte. Era el 14 de noviembre de 1816. Juana se quedaba sin su compañero y el Alto Perú sin uno de sus jefes más valientes y brillantes.

Juana siguió peleando ahora en las tropas de Güemes. Cuando Guemes, conocido como el padre de los pobres, fue asesinado a traición en junio de 1821, decidió volver a su tierra. 

Estaba en Chuquisaca con su hija Luisa y su nieta Cesárea una tarde de noviembre de 1825 cuando al abrir la puerta se encontró nada menos que con el general Simón Bolívar, que quería tener el honor de conocerla. Fue un abrazo profundo, con pocas palabras. Estaba todo muy claro pero para el Libertador se hizo necesario decir "Esta república de Bolivia en lugar de hacer referencia a mi apellido, debería llevar el tuyo".

Fuente: www.efemeridespedrobeltran.com/es

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