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En ningún Otro

Publicado el Domingo, 27 Agosto 2017 10:21 Escrito por

Dios nos ama y está buscando relacionarse con nosotros, Dios tiene un propósito para nuestras vidas, Él ha venido para que tengamos vida, y la tengamos en abundancia, y su intención es que esa vida sea completa y con un propósito. Dios amó tanto al mundo que dio a su hijo unigénito para que todo el que cree en Él no se pierda sino que tenga vida eterna.

Muchos se preguntan por qué no podemos disfrutar de esa vida plena, y la respuesta es por  el pecado que nos impide relacionarnos con Dios, esto hace que no podamos entender su amor y su propósito. Todos nos separamos de Dios, pues todos hemos pecado y estamos privados de la gloria de Dios. El hombre fue creado para disfrutar de una amistad profunda con Dios, pero el egoísmo lo llevó a ocuparse de sus propios intereses y despreciar su amor.

Un abismo separa al hombre de Dios, “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que el obsequio de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Nuestro Señor, (Biblia). Por más inteligente y bueno que seamos, nunca podremos superar ese abismo por nuestros propios esfuerzos, el único que puede relacionarnos nuevamente con Dios es Jesucristo, sólo a través de Él podemos conocer el  propósito del Padre y experimentar su amor.

Pero no todo está perdido, aun siendo pecadores Dios demostró su amor por nosotros enviando a su hijo a morir en la cruz del calvario, nosotros no hicimos nada comparado con el sacrificio de Jesucristo, Dios cruzó ese abismo que nos separaban de él al enviar a Jesús a morir en la cruz en nuestro lugar. “Cristo murió por nuestros pecados… fue sepultado, y resucitó al tercer día, es el único que puede traernos salvación.

Él es el camino, la verdad y la vida, y nadie va al Padre si no por Él,  para disfrutar su amor pleno, conocer sus propósitos y entrar en su gozo necesitamos recibir a Jesucristo en nuestro corazón y  restablecer nuestra relación con Dios, nosotros por gracia hemos sido salvados mediante la fe, y esto no procede de nosotros, sino que es el regalo de Dios y no por obras para que nadie se jacte.

Él está a la puerta del corazón y llama, y si alguno oye su voz y abre la puerta,  entrará y cenará con él y él con Jesús, es una decisión aunque difícil, no imposible, Cristo puede entrar en nosotros si se lo pedimos creyendo, depende de nosotros y una simple oración puede cambiar nuestras vidas y transformarnos para siempre.

Hoy es el momento de decir Señor Jesucristo: Gracias porque me amas, necesito relacionarme con vos, gracias por morir en la cruz por mis pecados, me arrepiento de cada uno y te pido perdón, te entrego mi vida y hazme un ser humano integro según tus mandamientos, que el Espíritu Santo me llene de su poder y amor, escribe mi ombre en el libro de la vida y hazme una persona completamente distinta, gracias por perdonar mis pecados y darme una vida significativa para siempre. Así sea.

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