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La radiofonía llegó a San Luis con un gobernador Mercedino

Publicado el Sábado, 31 Marzo 2018 14:15 Escrito por
De brazos cruzados y con un par de copas para brindar. León Guillet, a quien se dedicó la primera transmisión radial de San Luis, en diciembre de 1925. De brazos cruzados y con un par de copas para brindar. León Guillet, a quien se dedicó la primera transmisión radial de San Luis, en diciembre de 1925. Foto José La Vía - Archivo Histórico

Don León Guillet nació y murió en Villa Mercedes. Fue intendente de esta ciudad desde 1916 hasta 1922 en que se trasladó a la Capital Provincial para ocupar el sillón de Justo Daract. Cuenta Jorge Rosales en su blog  INBICIBLE que fue el 29 de diciembre de 1925, en casa de Pastore ubicada en la esquina de Pringles y Colón, en donde esperaban los radioescuchas que la usina diera energía eléctrica, a las 21:00 hs.

Cuando por fin la luz artificial alumbró el rostro ansioso de cada uno de los presentes, el murmullo se hizo silencio. Había llegado el momento. Quien estaba a cargo de la fonola puso un disco a girar, y la inconfundible voz de Caruso interpretando “A la luz de la luna” comenzó a viajar por el aire. Era la señal de ajuste que daba inicio a la primera emisión radiofónica en San Luis, identificada como "QA 5 - Radio Puntana”.

En una programación dedicada especialmente al gobernador León Guillet, la audición fue captada “con intensidad y muy buena modulación”, destacaba El Pueblo en su edición al día siguiente. Varios aficionados locales con aparatos de una, dos o más lámparas y otros a galena, habían podido seguir la emisión. En su mayoría eran equipos caseros, dado el elevado costo de los receptores que sólo se conseguían en Buenos Aires.

Edificio del Club Social de Belgrano y San Martín, donde había sido instalado en setiembre de 1924, el único equipo de radio de la ciudad. (Foto La Vía - Archivo Histórico)

La emisión inaugural contó con la participación en vivo del maestro Antonio Papa en piano, acompañado por Calero y Latorre en violín, Vidal y Fernández con guitarra. La formación musical ejecutó un variado repertorio que integró piezas de tango, foxtrot, huainos, zambas y chacareras. En el intermedio también la señorita Berta Elena Vidal contribuyó leyendo un poema inédito titulado “Canto al amor”.

El impulsor de la iniciativa había sido el joven Gregorio Santolalla, a quien muchos conocían por su interés en promover las virtudes del flamante medio de comunicación. Sobre todo después de vivir un par de años en Buenos Aires y haber regresado a San Luis, fascinado por el nuevo invento tecnológico que conquistaba grandes audiencias en las principales ciudades del mundo.

Con el entusiasmo de sumar aquí más aficionados, comenzó en 1924 a publicar una sección en La Opinión bajo el título “La radiofonía al alcance de todos”. A través de sucesivas entregas semanales enseñaba a lectores, los pasos para construir un equipo propio que les permitiese captar estaciones de Mendoza, Córdoba, o lugares alejados como Chile, Nueva Zelanda, Japón y Estados Unidos.

Aviso publicado el 17 de diciembre de 1921 en la Reforma por Francisco Santolalla, padre de Gregorio. (Archivo Histórico)

Los Santolalla -originarios de Logroño (España)- estaban radicados en San Luis desde la primera década del siglo XX. Tenían una tienda llamada “La tacita de plata” en Rivadavia 676, que cerraron en 1922 al irse a Buenos Aires, pero reabrieron al volver dos años después, bajo el nombre “La Castellana”. Aquel retorno había coincidido también con la instalación del único receptor en la ciudad que pertenecía al Club Social.

En ese exclusivo salón donde concurrían las personalidades más distinguidas, un grupo de caballeros tuvo el privilegio de compartir en la noche del 2 de setiembre de 1924, las primeras audiciones en el equipo comprado por la institución. Su armado estuvo a cargo de Ricardo Arancibia Rodríguez, seguramente interesado en seguir las repercusiones que empezaban a tener sus composiciones musicales en las "broadcasting" porteñas.

En 1926, con el permiso otorgado por el Ministerio del Interior, la estación de Santolalla transmitía regularmente. El alcance de sus rudimentarios equipos era de 300 kilómetros, pero podía oírse a los 13.000 con onda corta. El dato lo citaba El Pueblo al destacar las condiciones inventivas del joven emprendedor, quien aún sin disponer de todas las comodidades había tenido el ingenio para concretar su proyecto.

En febrero del mismo año, la emisora había pedido autorización a la Municipalidad para instalar un micrófono en la glorieta de plaza Pringles, con el fin de transmitir las retretas que allí ofrecía la banda de música de la policía. También sumó un espacio diario de noticias locales, nacionales e internacionales a partir de las 21:30. Y si alguna conferencia importante tenía lugar en la ciudad, buscaba la forma de emitirla en directo.

Para mantener la radio Santolalla invitaba a realizar aportes, mientras seguía instruyendo a través de la señal en cómo armar un receptor. El modelo básico –según indicaba- requería 40 mts de alambre esmaltado de 0,8 mm para bobina, 1 varilla y cursor (metálicos), 1 trozo de galena buena calidad y 5 bornes de bronce o níquel. Su valor total era entonces de 5 pesos. Una diferencia enorme frente a los 295 que costaba un equipo de fábrica.

Tal era la funcionalidad de estos improvisados receptores, que en Potrero de los Funes, estando ubicados en un pozo rodeado de sierras, lograron escuchar perfectamente estaciones de Capital Federal, Montevideo y Chile. El comentario lo hacía La Reforma, que en ediciones anteriores también había destacado que los equipos -por su sencillez-, podían ser manejados incluso por un niño.

Publicidad de equipos de radiotelefonía y repuestos aparecida en el suplemento semanal de La Reforma del 5 de octubre de 1924 (Archivo Histórico de San Luis)

Las últimas noticias de Radio Puntana que publican los vespertinos de San Luis datan de setiembre de 1927. La actuación del dúo criollo Menvielle-Aguilar acompañado por el guitarrista José Lucero, tuvo una gran repercusión. Y ante los insistentes pedidos de repetición llegados a la "broadcasting", los músicos prometieron una próxima audición radiotelefónica, señalaba la prensa.

Ese mismo mes también la señal había brindado un importante servicio a la comunidad, por el viaje a Chile de un grupo de cadetes militares de San Luis. A través de sus transmisiones, los familiares pudieron mantenerse informados en todo momento sobre el desarrollo de la incursión en aquel país trasandino. E invitaba a dejar mensajes en el domicilio de Rivadavia 676, para ser enviados a Santiago.

Desde entonces ninguna nueva mención sobre la emisora de Santolalla aparecería en los diarios. Sólo la constante queja por la falta de filtros en los motores de comercios, que interferían las estaciones porteñas en los receptores particulares. Aún faltaban 15 años más para que saliera al aire LV 13 "Granaderos Puntanos", la radio que identificó a los sanluiseños y sería la gran protagonista en los acontecimientos de la Ciudad y la Provincia.

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