Después de meses de múltiples reclamos y de no recibir respuestas ni soluciones por parte del gobierno provincial, profesores del Instituto de Formación Docente Continua (IFDC) siguen en lucha para exigir una recomposición salarial. Ayer al mediodía, en la sede de Villa Mercedes, realizaron una olla popular para volver a visibilizar el conflicto.

El clima de agotamiento inundó el ingreso de la casa de estudios ubicada en la calle 9 de Julio. Participaron de la jornada profesores y también estudiantes.

“La verdad es que la sensación es denigrante, porque vemos que la actividad docente, lejos de recomponerse o revalorizarse, cada vez se precariza más”, manifestó Juan Pablo Corsiglia, docente del profesorado de música.

Felipe Andrés Pelaez, presidente del centro de estudiantes por la lista “Unión Estudiantil” en el IFDC, coincidió con Corsiglia sobre la precarización laboral que sufren. “Entendemos que un trabajador no puede estar en una situación de casi esclavitud por un salario que está muy por debajo de lo digno”, sostuvo el joven.

Los manifestantes expresaron un doble reclamo: primero el que comparten con todos los empleados estatales, que es el de una recomposición salarial que coincida con el nivel inflacionario actual. Por otro lado, piden una modificación del formato de liquidación que tienen. “Estamos con un problema de 'ítems' donde los profesores responsables, por cantidad de horas y funciones, cobramos mucho menos que cualquier otro docente del sistema educativo”, expresó Corsiglia.

En lo que va del año, solo recibieron un quince por ciento de aumento en sus haberes, pero según la inflación desde diciembre de 2023 hasta la actualidad, debería ser más de un cien por ciento.

“Esta medida es una forma que tenemos de compartir, de juntarnos, de sumar a los estudiantes y también a la comunidad a nuestra lucha”, expresó el profesor.

“Vamos a ser futuros profesores y comprendemos la importancia de la educación. Por más que el sistema no funcione de manera correcta como nosotros lo entendemos, los que lo sostienen siempre son los docentes”, concluyó Pelaez.

Corsiglia aseguró que no hay forma de garantizar una calidad educativa cuando sus sueldos no llegan a la mitad de la canasta básica. “Si un trabajador de la educación tiene que laburar en comercios, brindar clases particulares o hacer mil actividades para llegar a fin de mes, no es posible que se pueda capacitar, planificar o corregir de forma dedicada”, dijo.

Todos trabajaron en conjunto y cocinaron un guiso de lentejas. Los insumos fueron donados por vecinos. Algunos colaboraron con dinero y otros, con alimentos.