Jueves, 28 Noviembre 2024

La relevancia de las elecciones presidenciales en Venezuela me remitió al texto de Guillermo O’Donnell y Shmitter[1]. Un texto que data de 1994 y luego fue reeditado en el 2010, en el cual ambos politólogos tratan este tema de las transiciones desde un gobierno autoritario.

El hecho de remitirme a este texto es la posibilidad de que nos pueda echar algo de luz para analizar este proceso que se está desarrollando en Venezuela. En el caos de lograr imponerse en las urnas el partido opositor al régimen.  

En ese trabajo los autores brindan una serie de elementos que nos permitan poder analizar los procesos de transición a la democracia.

Lo primero que hacen estos politólogos es definir ciertos conceptos claves involucrados en este proceso. Primero transición, sostienen que es el intervalo que se extiende entre un régimen y otro. Es decir, las condiciones o reglas que determinan las formas de acceso a los cargos de gobierno, las características de los actores admitidos, los excluidos. Pensemos aquí en Corina Machado la líder del partido opositor a Maduro, pero excluida de contienda política y el candidato elegido para enfrentar electoralmente al régimen imperante, Edmundo González Urrutia, en representación de Corina Machado.

Otra cosa a tener en cuenta es los recursos o estrategias que pueden emplear para ganar dicho acceso los contrincantes.

Para estos autores la transición implica como mínimo un proceso de liberalización. En el caso venezolano seria el de permitir realizar elecciones (lo que queda por ver en ente proceso en desarrollo, es si realmente estas elecciones serán libres, competitivas y transparentes). Esto es lo que le dará legitimidad de origen, legitimidad democrática al proceso electoral. Recordemos que Venezuela ya ha pasado por procesos electivos los cuales han demostrado ser muy amañados y fraudulentos.

Por liberalización los autores entienden que es el proceso de redefinir y ampliar derechos. Ellos consideran que toda transición comienza a partir de una liberalización que desencadena determinadas consecuencias, los alcances y la extensión de dicho proceso transicional. Es decir, derechos que son liberalizados que protegen a los individuos y a grupos sociales ante actos arbitrarios cometidos por el Estado o terceros.

Lo que debemos tener en cuenta y algo que han señalado en estos días diversos analistas políticos es que, este estadio del proceso depende del poder del régimen, es decir, podría seguir siendo arbitrario.

Pero como señalan los autores esta liberalización que comienza a darse paulatinamente y a acumularse luego es institucionalizada. Lo que hace es que se dificulte su anulación y conlleve efectivamente a un proceso de democratización.

Estos politólogos también señalan en este trabajo, que “el principio rector de la democracia es la ciudadanía” es decir, el derecho a ser tratados como iguales con respecto a la formulación de decisiones colectivas como así también a la obligación de quienes instrumentan dichas decisiones a ser accesibles y responder por igual frente a todos los miembros del régimen político. En este sentido la democratización se refiere a los procesos en los cuales las normas y procedimientos de la ciudadanía son aplicados a instituciones políticas o ampliadas a fin de incluir a individuos que antes no gozaban de los mencionados derechos y obligaciones. Hoy en Venezuela, como bien sabemos muchos de los ciudadanos de ese país que se encuentran en el exterior como consecuencias de este régimen, no les ha sido posible que pueden participar desde el extranjero de estas elecciones. Algo que debemos tener en cuenta.

Los autores en este trabajo en función a como han definido estos conceptos elaboran una serie de generalizaciones que permiten analizar la relación entre estos elementos. Sostienen que la liberalización es una cuestión de grado, como mencionaba hay elecciones con la limitación de que ciertos ciudadanos no puedan ejercer su derecho a voto.  La libertad de expresión y prensa que en Venezuela sabemos también está bastante limitada.

Nos indican también los autores que la democratización también es una cuestión de grado, porque ahí tenemos que observar dos dimensiones, las condiciones que restringen la competencia partidaria y las opciones electorales (como hacía referencia más arriba la proscripción a Corina Machado, el manejo por parte del régimen del CNE (Consejo Nacional Electoral).

Dicen los autores también que puede haber liberalización sin democratización, es decir se pueden otorgar garantías fundamentales, pero impedir la participación en elecciones libres.

Se podría decir que la liberalización es el inicio de un proceso de transición, pero por supuesto es un largo camino que se inicia. Principalmente porque más allá del régimen que permite ampliar estos derechos democráticos también depende su predisposición luego, de respectar los resultados, de garantizar la transparencia del mismo, de la protección de los derechos y de la integridad de la ciudadanía.

Como bien lo señalan O’Donnell y Shmitter en algún momento todo régimen autoritario busca legitimarse y sostienen los autores que en estos intentos por institucionalizarse es cuando chocan con los límites que les impone su propio discurso.

Por supuesto que el trabajo al que hago referencia es mucho más amplio y muy rico de leer en cuanto a las posibilidades de analizar estos procesos y los elementos que brindan para tener en cuenta al momento de querer entender  y explicar los mismos.

Me parece que las elecciones que se están llevando a cabo hoy en Venezuela, abre un panorama incierto y plantea un montón de interrogantes.

Primero que todo, hay que tener en cuenta que recién en enero en caso de perder Maduro se realizará el traspaso de poder y lo otro a tener en cuenta y que no es un dato menor, estas elecciones son solo elecciones presidenciales. En caso de ganar la oposición al régimen se encuentra ante el desafío de gobernar con toda una estructura montada en estos años por el propio régimen como así también con muchos opositores en cargos de poder, con los cuales deberá equilibrar y consensuar para poder llevar a cabo su agenda de gobierno.

Estos interrogante responden a si logrará este país una liberalización que conlleve a una democratización, cuáles serán los alcances y límites de este proceso, será capaz el régimen de aceptar el resultado y la oposición podrá estar a la altura, de resultar ganadora, de llevar a cabo este complejo proceso de transición en cierta armonía con el régimen que gobierna. Serán ambos capaces, en casos de perder Maduro, de poder articular una salida pacífica pensando en su gente, en su pueblo y sus derechos.

Demasiadas preguntas, demasiado está en juego para un pueblo que lo único que quiere es volver a vivir en democracia, poder regresar a su país en libertad y volver a reunirse miles de familias venezolanas desintegradas por el mundo a raíz de este régimen autoritario.

 

 

[1] O’DONNELL, Guillermo y SCHMITTER, Philippe (1994). Transiciones desde un gobierno autoritario: conclusiones tentativas sobre las democracias inciertas. Paidós, Buenos Aires. (Reedición 2010. Prometeo, Buenos Aires)

 

Publicado el Domingo, 28 Julio 2024 13:04 Escrito por

El personalismo es la estructuración de la política por el atractivo personal de candidatos individuales debido a su carisma, sus antecedentes o su condición de celebridad. El vínculo con el electorado es más “directo” y no mediado institucionalmente por estructuras partidarias.

Publicado el Viernes, 26 Julio 2024 12:09 Escrito por

Los sentimientos más poderosos son invisibles. Cuanto más invisibles, más poderosos. En realidad, ambos son hechos de voluntad. El amor y el odio. Ambos pueden residir en el corazón. Uno es el dueño, el otro, un usurpador. Si habita el odio, no tarda en salir afuera y hacer daño. No se soporta a sí mismo. Si habita el amor, tiene las puertas siempre abiertas.

Publicado el Sábado, 20 Julio 2024 12:05 Escrito por

Un llamado a la reflexión

La política tradicional se ha ganado un descrédito y rechazo popular sin precedentes. Las razones son evidentes: corrupción, fracaso económico, promesas incumplidas, y la desconexión generalizada de gran parte del arco político con las necesidades de la gente. Ante este panorama surge una pregunta fundamental: ¿vale la pena involucrarnos en política? Mi respuesta es un rotundo sí, porque la política es demasiado importante como para dejarla en manos de inescrupulosos.

Publicado el Martes, 09 Julio 2024 18:50 Escrito por
Página 5 de 53

Calle Angosta | Periódico Digital. Publicación digital con artículos de interés en diversas temáticas, con selección de textos, imágenes, audios y vídeos.

Archivos de programas