Si en la provincia de San Luis, la Política fuese cosa seria, es decir, el resultado del debate y lucha de las mejores ideas, proyectos y propuestas para gobernar, con amplia participación, podríamos hablar de la vigencia de un sistema democrático… ideal, pero no imposible. Ni hablar de debates político-ideológicos.
Es lamentable la separación entre los dirigentes y el pueblo. Se observa cuando los políticos hablan del pueblo como distinto a ellos. ¿Cómo puede ser? Dicen –sobre todo en el Justicialismo partidario provincial y local- que tienen que estar unidos porque de otra manera no podrán afrontar con éxito las elecciones del 2023.
Más vale encendeer una vela que maldecir la oscuridad. Proverbio chino
Una gran esperanza se presentó con este gobierno nacional. Sucede en cada gestión. Pero este gobierno no era una promesa electoral más, sino el resultado de una resistencia que se hizo de mil maneras, humilde y sin rencores, porque tenía el objetivo de reconstruir un país de todos y para todos.
Escuché un interesante comentario con relación al crecimiento de la ultraderecha y sus exponentes públicos que en la argentina –y está sucediendo en todo el mundo- son los Libertarios y los de pensamiento afín, aunque nieguen identificarse con ellos. El periodista recordaba a Ingmar Bergman en “El huevo de la serpiente”, que mostraba lo que estaba incubando la crisis social, política y económica de Alemania después de la primera guerra mundial.
Una gestión gubernamental racional, parte de gobernar como decía Platón y los más antiguos: con sabiduría. Eso significaría hoy ecuanimidad, prudencia y justicia. Desde allí, todo lo demás vendría por añadidura. Claro que esto que parece –y sin duda lo es- ancestral, bíblico y griego, no deja de tener vigencia para lograr y garantizar una vida digna a cualquier sociedad.
En San Luis, es necesario construir un Movimiento Popular donde la población sea protagonista de su gobierno. Un gran Movimiento que incluya a todos los sectores sociales y políticos, peronistas y no peronistas, progresistas y de izquierda, a los sindicatos, organizaciones sociales e instituciones, pero sobre todo, y en primer lugar, a los auténticos protagonistas que nos pueden garantizar un gobierno distinto: las representaciones legítimas que construya la población.
El reciente plantón que les hizo a los Gremios Docentes el Gobierno de la provincia de San Luis, cerrando unilateralmente las Paritarias, es una demostración no sólo de su incapacidad de negociar en términos honestos para que las partes pongan sobre la mesa planteos que lleven al debate hacia esperados acuerdos, consensos o concertaciones; demuestra un feroz autoritarismo que atenta contra la dignidad de todos los docentes, de sus representantes y del gobierno mismo.
La creciente polarización electoral entre el oficialismo y la oposición en la provincia de San Luis, o sea, entre el Frente de Unidad Justicialista y la alianza San Luis Unidos concretamente, preocupa no sólo a éstos contrincantes y aliados, de uno y otro bando, también le quita el sueño a los sectores, agrupaciones y partidos políticos tradicionalmente oportunistas y oscilantes entre ambos. Y aquellos que consecuentemente no apoyan ni a uno ni a otro, como la Izquierda, no generan la suficiente expectativa de un proyecto político viable en lo inmediato. Los independientes suelen jugar de local, pero a nivel provincial se definen por la polarización.
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